Paso al lado de la empresa húngara Magyar Vagon. Faltan horas para que expire el plazo de presentación de un recurso ante el Tribunal Supremo por el bloqueo del Gobierno a la oferta pública de adquisición (OPA) para hacerse con el 100% de la española Talgo por 619 millones de euros, pero nada hace indicar que vaya a ser interpuesto.
El Ministerio de Transportes y Movilidad sostenible, con Óscar Puente al frente, justificó el bloqueo a la operación por los posibles vínculos de la empresa húngara con la Rusia de Vladimir Putin. Magyar Vagon está participada al 45% por el fondo estatal Corvinus, y el país está dirigido por el ultraderechista Viktor Orbán, muy cercano a Putin.
El pasado 27 de agosto la empresa húngara recibió la noticia como un jarro de agua fría. El Ejecutivo español vetaba la OPA con la justificación de que había "riesgos insalvables para la seguridad nacional". La corporación húngara tenía dos meses para formular un recurso, plazo que acaba este fin de semana.
La entrada en escena de la empresa vasca Sidenor, que maniobra para entrar en Talgo, ha sido otra palada más de arena sobre Magyar Vagon. Esta es aún más pesada si se tiene encuenta que es un socio del agrado del Gobierno. Este diario ha tratado de contactar con la corporación húngara pero no ha obtenido respuesta
Todo hace indicar que no va a pelear en los tribunales, al menos en los españoles -tiene la opción de hacerlo en Bruselas-. Y eso a pesar de que, cuando se conoció el bloqueo, desde el fabricante industrial fuentes de la compañía aseguraron que acudirían a los tribunales y reclamarían una indemnización al Gobierno. Incluso, se habló de la posibilidad de presentar otra nueva OPA. Lo cierto es que casi dos meses después no ha habido movimientos.
Uno de los principales motivos es que el consejo de la húngara se encuentra dividido acerca de si acudir a los tribunales. No hay consenso. Por otra parte, tal y como ha podido saber este diario a través de fuentes jurídicas, Magyar Vagon buscó un despacho de abogados para litigiar, pero el hecho de querer un contrato en base a la consecucion del éxito -los abogados solo cobrarían si ganaban el litigio- provocó que las posibilidades de encontrar profesionales se redujera considerablemente.
Todo se les ha puesto en contra. La entrada en escena de la empresa vasca Sidenor, que maniobra para entrar en Talgo, ha sido otra palada más de arena sobre Magyar Vagon. Esta es aún más pesada si se tiene encuenta que es un socio del agrado del Gobierno. Este diario ha tratado de contactar con la corporación húngara para tener su punto de vista sobre estos aspectos, pero no ha obtenido respuesta.
Confianza en la operación Sidenor-Talgo
La operación con el grupo industrial Sidenor también es del agrado para el Gobierno vasco -Talgo se fundó en esa región y tiene instalaciones allí-. Su lehendakari, Imanol Pradales, expresaba días atrás su confianza en que Talgo y Sidenor alcancen un acuerdo para que el fabricante de trenes tenga "estabilidad y futuro", agregando que el Gobierno Vasco "va a favorecer que se pueda producir".
Pradales indicó que la intención es acompañar la operación para que Talgo pueda tener "una salida", porque es "una empresa estratégica en el sector ferroviario". Pradales ha incidido en la "acreditada trayectoria" del presidente de Sidenor, José Antonio Jainaga.
"Quiero confiar en que Sidenor y los que tienen interés en vender su posición puedan llegar a un acuerdo y desde ahí podamos articular un acompañamiento industrial que refuerce a la empresa en Euskadi y que también le dé un horizonte de estabilidad y de futuro a ese ámbito industrial, que es muy importante", ha señalado.
Pradales ha mencionado que Talgo tiene cientos de trabajadores en Euskadi, una cadena importante de proveedores vascos y más de 4.000 millones "en ventas en estos momentos que tiene que ir resolviendo en los próximos años con contratos relevantes en Alemania, en el conjunto del Estado y en otros países". "Por lo tanto, nos interesa favorecer un arraigo de esa compañía industrial, que tenga un plan industrial de futuro y creo que nos interesa que haya un socio industrial empoderado, un empresario industrial que otorgue garantías", ha concluido.