Un trayecto en autobús desde Valencia hasta Elche se convirtió en una odisea de siete horas para una pareja de vecinos de L'Eliana, quienes, junto a otros pasajeros, quedaron atrapados en la V-30 debido a una fuerte inundación que anegó la carretera a la altura de la pedanía de La Torre. Durante las horas de angustia, la pareja rescató a cinco personas que se habían visto obligadas a abandonar sus vehículos en medio de una cola interminable, en la que el agua alcanzaba altos niveles y muchos intentaban escapar de la situación de forma desesperada.
Al final, sin ayuda de las autoridades y con el autobús fuera de servicio, lograron llegar al centro de Valencia caminando en plena madrugada.
Una odisea de madrugada: la DANA y sus estragos
Todo comenzó hacia las 20:00 horas del martes, cuando la pareja tomó un autobús de la compañía Alsa desde la estación de Valencia con destino a Elche. El vehículo, que llevaba aproximadamente treinta pasajeros, no avanzó mucho antes de quedar atrapado en la V-30. En cuestión de minutos, los pasajeros comenzaron a notar cómo el agua desbordaba la mediana desde un barranco cercano y poco después los vehículos comenzaron a detenerse formando una larga fila de coches. Según narró la pareja, la escena fue desconcertante, con personas intentando desesperadamente dar marcha atrás y salir de sus coches, algunos incluso subidos en los techos o en la mediana para evitar ser arrastrados por el agua.
Antes de partir, la pareja había expresado su preocupación al conductor debido a las noticias de inundaciones en algunos de los pueblos del trayecto. El conductor les tranquilizó asegurando que algunos compañeros habían logrado llegar sin problemas y optó por una ruta más cercana a la costa, eliminando paradas intermedias.
Sin embargo, las condiciones empeoraron rápidamente. La fuerte tromba de agua que azotó la región dejó el autobús atrapado en el medio de una marea creciente. Durante horas, el conductor mantuvo el motor encendido mientras los pasajeros intentaban conservar la calma. Pero el agua continuó subiendo, y varias personas comenzaron a abandonar sus vehículos en busca de un lugar seguro. Fue entonces cuando la pareja decidió intervenir para ayudar a los que estaban en peligro.
La chica narró que rescataron a cinco personas en total: "Dos empezaron a golpear en la parte trasera del autobús y rompimos la luna trasera con un pico de diamante y los subimos. Se cortaron pero estaban bien. También rescatamos a un hombre que abandonó su coche y a otras dos personas que iban a la deriva", afirman. Pese a la angustiosa situación, lograron mantener la calma y dar apoyo al resto.
La espera se prolongó durante más de siete horas, mientras el nivel del agua fluctuaba y Protección Civil pasaba sin ofrecer indicaciones claras. Finalmente, el conductor, observando que algunos vehículos lograban moverse y que había espacio para avanzar, decidió reanudar la marcha. “Teníamos mucho miedo, ya que la corriente era muy fuerte y temíamos que el autobús fuese arrastrado”, relató la joven, agradecida con el conductor por su determinación de continuar.
La situación continuó siendo incierta durante el avance. En un momento, el conductor optó por retroceder al darse cuenta de que, hacia atrás, el camino estaba menos inundado. Sobre las cuatro de la madrugada, el autobús alcanzó una posición en la que pudieron hablar con dos agentes de policía, quienes les indicaron que era seguro comenzar a caminar. Según relató la pareja, “Después de todo lo que habíamos pasado, no podíamos arriesgarnos a que nos atropellasen también”, comentó una de ellas, recordando el agotamiento y la tensión de la noche.
El autobús falló y el único remedio era avanzar a pie
Los policías sugirieron que los pasajeros subieran de nuevo al autobús y que el conductor intentara llevarlos al centro de Valencia, donde el nivel del agua había disminuido. Durante el trayecto en dirección contraria, el vehículo quedó varado en la zona de Cruz Cubierta debido a una falla en la batería, lo que obligó a los pasajeros a descender nuevamente. A esas alturas, intentaron pedir un servicio de Cabify para continuar su trayecto hacia L'Eliana, pero todos los vehículos privados tenían órdenes de no salir de Valencia debido a la emergencia.
Sin otra alternativa, y sin ninguna indicación de Protección Civil o de la Policía sobre cómo proceder, los pasajeros decidieron caminar hacia Nuevo Centro, acompañados por la pareja, que había contactado con unos amigos para encontrar un refugio seguro. Afortunadamente, en ese momento ya había dejado de llover.
Para la pareja, las más de siete horas atrapados en la V-30 fueron una experiencia marcada por la frustración y la incertidumbre. En sus declaraciones, lamentaron que ni Protección Civil ni la Policía atendieran sus llamadas ni proporcionaran ayuda en medio de la emergencia. “Llamamos al 112 decenas de veces, pero las líneas estaban ocupadas o el número parecía no funcionar”, señalaron.
A pesar del peligro y la falta de asistencia, la pareja expresó su alivio por haber llegado a salvo y su agradecimiento hacia el conductor del autobús, que tomó decisiones críticas en un momento desesperado. Ahora, tras una noche que quedará grabada en su memoria, solo esperan que en el futuro se implementen medidas más eficaces para responder ante emergencias que se lleguen a dar similares.
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