El Partido Republicano estadounidense se ha pegado un tiro en el pie a tan solo unos días de las elecciones en Estados Unidos en las que Donald Trump espera volver a la Casa Blanca. El comediante Tony Hinchcliffe desató la polémica el pasado 27 de octubre durante un mitin de Trump en el que dijo que Puerto Rico es "isla flotante de basura". Lo hizo en mitad del Madison Square Garden en Nueva York, el estado con mayor población puertorriqueña en todo el país, con 723.621 habitantes (según el censo de 2010). Los desprecios hacia la isla llegan hasta tal punto que es uno de los muchos territorios que dependen de EE. UU. y que no tienen derecho a voto en las elecciones presidenciales.
Las críticas no tardaron en llegar, tanto por parte de la comuniad puertoriqueña en EEUU, de los que residen en la isla e incluso de grandes caras que en las últimas semanas habían apoyado a Trump que ahora se han echado para atrás. Por ejemplo, el conocido cantante Nicky Jam, puertoriqueño que incluso acudió a un mitin del candidato, ha retirado ahora su apoyo al expresidente: "Puerto Rico se respeta". Otros artistas, entre ellos Jennifer López, Ricky Martin, Luis Fonsi, Bad Bunny y René Pérez (Residente), también han rechazado estos comentarios y han pedido votar por la demócrata Kamala Harris.
El escándalo ha llegado a tal punto que la campaña de Trump se desmarcó de los comentarios. "Este chiste no refleja las opiniones del presidente Trump ni de la campaña", dijo Danielle Alvarez, asesora principal de la campaña. Incluso el legislador republicano por Nueva York, Anthony D’Esposito, pidió al Partido Republicano que "se mantenga en el mensaje" de defensa a la isla y apuntó que está "orgulloso" de su origen puertorriqueño.
Este incidente, en la hora límite de la campaña, puede ser un gran palo para Trump, que ha buscado en el voto latino una gran cantera de apoyos. Además, Joe Biden y Kamala Harris no han dejado pasar el tren y ha lanzado un anuncio para captar votos en el que dice: "Nunca olvidaré -dice entonces Harris- lo que hizo Donald Trump. Abandonó la isla y no ofreció más que rollos de papel y ofensas. Los puertorriqueños merecen algo mejor. Como presidente, siempre lucharé para ustedes y sus familias". Por su parte, Biden señaló que la única basura que ve son "sus seguidores" (los de Trump).
Un "territorio" de segunda
En Puerto Rico, sus habitantes, no pueden votar a quien será su próximo presidente, concretamente, pueden depositar la papeleta, pero esta es considera como una 'preferencia'. La designación de "territorio" estadounidense, y no uno de los 50 estados, es el estatus político que mantiene a la isla caribeña lejos de poder elegir a quien se sentará en el Despacho Oval. Por ello, Puerto Rico es administrado por el Congreso -al ser un territorio de EE.UU.- razón por cual tampoco tiene representación a nivel congresional (excepto por un “comisionado residente” o “delegado electo popularmente” que, al igual que la isla, no puede votar); tampoco tiene representación en el Colegio Electoral, de ahí que no pueda emitir votos para la Casa Blanca.
Pese a todo, los habitantes de Puerto Rico mantienen la consideración de ciudadanos estadounidenses, y pueden participan en las elecciones primarias presidenciales, eligen su propio gobernador; pero cuando depositan su voto para el próximo presidente éste es tratado como una 'preferencia' hacia un candidato sobre otro y no tendrá en ningún momento efecto en los resultados oficiales.
El sentimiento españolista
La comunidad puertorriqueña es grande en Estados Unidos y este ataque puede desatar una ola de patriotismo isleño que merme los votos de Trump o incluso que no revierta a favor de Harris y simplemente la abstención de esta comunidad crezca considerablemente. No es nuevo que en la isla existe un movimiento que pide Puerto Rico se convierta en la 18ª comunidad autónoma de España, liderado por Adelante Reunificacionistas.
Según este grupo, casi el 20% de los puertorriqueños querrían ser españoles, quedando claro que el pasado colonial de la isla ha dejado marca en el territorio, y esta identidad podría cobrar aún más fuerza si en Estados Unidos esta comunidad se siente repudiada. De hecho, el mismo 5 de noviembre, coincidiendo con las elecciones en EEUU, el gobernador de Puerto Rico, Pedro Pierluisi, convocó un referéndum para votar sobre el estatus político de la isla respecto a Estados Unidos.
(1 de 2) Nuestra primera ponencia en el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas. Hoy dimos un gran paso adelante hacia la Reunificación de #PuertoRico y #España #UN #Decolonization #Committee Ver completo aqui ?https://t.co/pCQXfwS4Tz pic.twitter.com/85gBLWhikK
— AdelanteReunificación (@AdelanteReunif_) June 20, 2024
El desencanto es tal -reforzado por las palabras en el mitin de Trump-, que tres activistas lanzaron dos días después pintura roja sobre las estatuas de presidentes estadounidenses del Paseo de los Presidentes, en la avenida de la Constitución, en el Capitolio de San Juan, como respuesta a los recientes insultos contra la isla caribeña.
"Es un acto de expresión del pueblo puertorriqueño ante la política de odio que se está liderando desde el partido Republicano encabezado por Donald Trump", afirmó Tito Román, uno de los activistas, tras lanzar la pintura y antes de ser arrestado por ello.