La dimisión de José Manuel Pérez Tornero como presidente de Radiotelevisión Española ha generado una situación de incertidumbre dentro de la corporación que no será fácil de resolver. Su marcha dejará a este medio de comunicación sin un poder ejecutivo y designar a su sustituto requeriría poner de acuerdo a 2/3 de los diputados del Congreso, algo que parece, hoy por hoy, casi imposible.
El bloqueo parlamentario es más incómodo para la derecha parlamentaria que para los partidos del Gobierno. Principalmente, porque la fórmula de ‘toma de decisiones’ que se impondrá en la corporación a partir de ahora –y la composición del Consejo- deja la balanza inclinada en favor de la izquierda a nivel interno.
Para entender bien las dinámicas internas de RTVE, merece la pena hacer un recorrido por los acontecimientos que han producido en los últimos años dentro y fuera de Prado del Rey y Torrespaña.
Fue en verano de 2018 cuando los grupos parlamentarios acordaron en el Congreso la celebración de un concurso público para despolitizar RTVE.
Cuatro años después, el pasado martes por la tarde, los nueve consejeros designados 'a dedo' por PSOE, PP, Podemos y PNV -sin respetar el resultado del concurso- recibían oficialmente la noticia de la destitución del presidente –presionado por Moncloa- y se dividían en bandos para elegir a su sustituta al frente del Consejo de Administración. Que finalmente fue Elena Sánchez, la favorita del Ejecutivo.
En la reunión, sucedieron dos situaciones de compleja digestión. La primera es que tres de los nueve consejeros presentaron sus candidaturas a la presidencia de este órgano. Elena Sánchez fue apoyada por la otra vocal del PSOE, por los dos de Podemos y por el del PNV.
Consuelo Aparicio fue votada por los que designó el PP. Y a Ramón Colom -el verso suelto del PSOE- no le votó ninguno de sus compañeros. Había acudido por la mañana a Moncloa y allí le transmitieron que debía apoyar a Elena Sánchez. Sin embargo, se saltó la orden.
El método para controlar RTVE
El segundo punto del que se les informó es que se conformará un órgano de ‘decisión mancomunada’ que ejercerá el poder ejecutivo en RTVE. Estará conformada por la presidenta del Consejo –Sánchez-, por secretario general de la corporación, Alfonso Morales; y por la directora general corporativa, Marta Torralvo. Esta última, nombrada por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI).
El Consejo está actualmente conformado por tres miembros del PSOE, dos de Podemos, tres del Partido Popular y uno del PNV. Los tres designados por los populares –Jenaro Castro, Consuelo Aparicio y Carmen Sastre- deberán abandonar el órgano en 2024 junto a Colom y Baños (PNV) porque así se decidió en un sorteo. Es decir, sobre el papel, Génova 13 se quedaría sin representación interna a partir de esa fecha.
Los precedentes invitan a pensar –coinciden fuentes del Consejo y del Parlamento- que ejercerán su puesto en funciones hasta que los grupos parlamentarios consensuen a sus sustitutos. Ahora bien, para alcanzar la mayoría parlamentaria cualificada haría falta un gran pacto que a los socialistas, en principio, no les conviene, toda vez que podrían mantener el actual statu quo de RTVE hasta 2027, cuando finalizará el mandato de dos consejeros de Podemos y dos del PSOE. Entre ellos, Elena Sánchez.
Torrespaña está bajo control
Al frente de los servicios informativos se encuentra Pep Vilar, con quien no tienen problemas en Moncloa. Lo mismo sucede en el área de contenidos de entretenimiento, que está controlada por José Pablo López, quien llegó a RTVE con el beneplácito del Gobierno y quien procede de Telemadrid, desde donde libró una larga batalla con el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso. La perdió cuando el Ejecutivo autonómico cambió la ley para destituirle, en un claro intento del PP de controlar esta televisión pública.
Un antiguo consejero de la corporación explica a este periódico que la situación que se plantea actualmente es similar a la de 2011, cuando dimitió Alberto Oliart. Entonces, RTVE encargó un informe a los letrados del Congreso para saber quién debía asumir las funciones ejecutivas hasta que se eligiera a su sustituto. Su contenido lo dejaba claro: absolutamente nadie. Ni el presidente del Consejo, ni el Consejo, como órgano colegiado, ni ningún directivo ni órgano mancomunado de RTVE, recuerda.
Este informe –incide- lo conocían en el PSOE en la primavera de 2018, cuando el expresidente José Antonio Sánchez agotó su mandato. En ese momento, no se planteó la opción de que Sánchez siguiera en funciones porque lo hubiera hecho sin poder ejecutivo. De ahí que el Gobierno socialista –recién investido- decidiera elaborar un Real Decreto para designar un Consejo de Administración provisional.
El texto contemplaba que, en caso de que el Congreso no fuera capaz de alcanzar un consenso sobre los diez vocales, se designaría a una administradora única. Así ocurrió. Y por eso llegó Rosa María Mateo a la cúspide de RTVE.
¿Por qué no se opta actualmente por una fórmula similar? Porque el Tribunal Constitucional tumbó ese decreto ley por “vulnerar el derecho fundamental a la participación ciudadana a través de los medios de comunicación”. Por tanto, la elección de Mateo quedó anulada.
Leyes sobre RTVE
Un tiempo antes, este tribunal también había tumbado la normativa que aprobó el Congreso en 2012 –con la mayoría absoluta del PP- para eliminar la obligación de que el presidente y los consejeros de RTVE sólo pudieran jurar su cargo si eran respaldados por 2/3 partes del Congreso o del Senado. Esa ley situaba la mayoría necesaria en la mayoría absoluta de diputados o senadores.
Por esta razón, el sustituto de Pérez Tornero deberá estar respaldado por el 66% de los votos en la Cámara Baja.
¿Y cómo está actualmente la situación? El Partido Popular no apoyará al posible candidato que proponga el PSOE porque en Génova dan por roto el pacto político sobre RTVE que se alcanzó en marzo de 2021, al considerar que Pérez Tornero ha dimitido por las presiones ejercidas desde Moncloa.
Resulta difícil pensar que entre el PP y Vox logren 2/3 partes de los escaños en las próximas elecciones generales. Así que se hace necesario un nuevo pacto político para renovar RTVE y –estiman fuentes del Consejo- ni el PSOE ni Podemos tendrán prisa en rubricarlo, tanto por la situación de dominio en la que quedan en la actual RTVE como por el menor número de consejeros que les correspondería en su Consejo si las próximas elecciones generales las gana Núñez Feijóo.
Situaciones de este tipo se han dado anteriormente en la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales, en Canal Sur o en el Consejo Audiovisual de Cataluña. De hecho, en este último órgano Ciudadanos nunca tuvo a un consejero porque los independentistas bloquearon su elección, incluso cuando la formación naranja se convirtió en la principal fuerza política en esta comunidad autónoma.
Todo puede pasar a partir de ahora -apuntan fuentes parlamentarias-, dado que con varias instituciones en una situación similar a la de RTVE, podría haber un reparto de sillas que culminara con un nuevo presidente de la corporación. Ahora bien, si el bloqueo continúa, los partidos del Gobierno no tendrían excesivos problemas para gestionar la televisión pública a su criterio.