Suena bien tener la oportunidad de que tu jornada laboral sea cubierta por la jornada escolar si tienes hijos menores. Porque los malabares que tienen que hacer los padres recurriendo a los abuelos, las canguros, los vecinos o quien se precie está a la orden del día. Suena muy bien, a priori parece que te facilitan la vida, la vida productiva, en ningún caso facilitan la vida del menor, ni la vida en familia, ni fomentan los valores de lo que es importante, ni tampoco significa que eso sirva para conciliar sino para hacer niños esclavos de la escuela.
La escuela no tiene como función aparcar a los niños, sino el aprendizaje y el conocimiento, pero andamos aparcando a niños y viejos porque no son productivos. Lo sorprendente de todo esto es que, como sociedad no pongamos el grito en el cielo y compremos milongas, y más cuando se lanzan desde un partido que se dice de izquierdas como el PSOE. Cuesta creer que Podemos no haya puesto el grito en el cielo ante lo propuesto por el socialista madrileño Juan Lobato, quizás con la mejor de sus intenciones. Se plantea quizás ayudar a los padres sin ser consciente de lo perjudicial que eso resulta en el ámbito social, familiar y educacional.
El error parte de base, conciliar no es esto, no es aparcar a los niños en la escuela, esclavizarlos allí vistiéndolo de extraescolares super guays como la robótica, el deporte o la cultura. Si compramos todo compramos que tengamos que dejar a los bebés de cuatro meses, cuando acaban las bajas paternales, a cargo de extraños en las guarderías y en el mejor de los casos con los sufridos abuelos. Y damos por válida esa función y trabajamos para que emocionalmente no nos cueste dejar al bebe llorando en manos de alguien que no es su progenitor.
Nadie tiene en cuenta la OMS que establece la importancia de la lactancia materna hasta los 6 meses, pero las bajas laborales no van en la misma línea
Nadie tiene en cuenta la OMS que establece la importancia de la lactancia materna hasta los 6 meses, pero las bajas laborales no van en la misma línea. ¿De qué sirve que las diputadas de Unidas Podemos vayan al Congreso con sus bebés y hagan gala de cómo los cuidan si pasan de diseñar políticas de conciliación? Las pantallas digitales nos hacen de grandes canguros cuando tenemos que teletrabajar y no nos queda otra. Nos estamos engañando sin percibir que deberíamos revelarnos ante un sistema en el que sólo es efectiva en algún caso esa conciliación en el ámbito del funcionariado. Fin.
En los trabajos del ámbito no público, empresas grandes o pequeñas, por mucho que se quiera no se puede remar a contracorriente. Hemos perdido el norte en este país de lo que es realmente conciliar, de lo importante que es y la gran responsabilidad que tienen todos los padres en la crianza, la enseñanza y la educación de sus hijos. Proliferan cada vez más, más centros de psicología infantil cuando quienes deberían asistir a los profesionales son los padres. Un niño a quien necesita es a sus papás, su familia, sus allegados, tener esos vínculos fuertes para poder crecer de forma sana, con sólida autoestima, como adulto. Nos quejamos luego de los problemas de salud mental o delincuencia que proliferan entre los adolescentes, pero no nos hemos dado cuenta de que para poder sobrevivir y ganarnos la vida nos han forzado y obligado a mantenerlos alejados de nosotros.
Hagan que las escuelas ofrezcan menús de calidad a bajo coste o gratuitos como ya se hace para los más desfavorecidos, pero vestirlo de ayuda es un insulto
Muchos de los problemas sociales actuales de la juventud –altos índices de suicidios, agresividad, ansiedad, anorexia o bulimia, acoso escolar- se resolverían con mayor y mejor atención por parte de la familia. Nos hemos deshumanizado sin ser conscientes de ello. Una escuela en funcionamiento 11 meses al año de 7 a 19 hrs es sencillamente una aberración, lo vistan como lo vistan. Que nadie ponga el grito en el cielo es decepcionante, que lo proponga y compre la izquierda es demencial. Que lo vistan de luchar contra la pobreza infantil no tiene nombre. Hagan que las escuelas ofrezcan menús de calidad a bajo coste o gratuitos como ya se hace para los más desfavorecidos, pero vestirlo de ayuda es un insulto a lo que debe ser la vida de un niño y la vida familiar. Solo se entiende la propuesta socialista si se parte de la base de un mal enfoque de la situación sin ser consciente de las necesidades de nuestros pequeños. De hecho, me quedo con un informe de 40 expertos de la OMS y Unicef que dice que ningún país del mundo está protegiendo adecuadamente la salud de los niños, ni su medio ambiente ni su futuro. Todo se recoge en el informe A Future for the Word’s Children ¿Qué futuro les espera a los niños del mundo?.