Cataluña

Puntilla a la imagen del independentismo en la UE tras el contacto con Rusia: "Ha consolidado las alarmas"

El Parlamento Europeo prevé examinar los detalles de la relación entre el Kremlin y el 'procés' y la sensación en las cúpulas europeas es de escándalo con la nueva realidad bélica

  • El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont -

Mientras el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, extiende su red independentista en todos los continentes a través del envío de delegados, intentando internacionalizar la causa secesionista, en Bruselas crece la sospecha y el alarmismo hacia su forma de operar. La capital europea se ha convertido en el centro de operaciones de su estrategia internacional pero también en una 'jaula' para su diplomacia. El Parlamento Europeo indagará durante un año "la influencia extranjera en todos los procesos democráticos de Europa", haciendo especial hincapié en la desinformación y prevé examinar los detalles de la relación entre el Kremlin y el 'procés'. Este nuevo grupo de trabajo, presidido por el socialista francés Raphaël Glocksmann y cuyo vicepresidente será el eurodiputado del Partido Popular Europeo, Javier Zarzalejos, profundiza en una primera comisión finalizada en marzo y que ya introducía los vínculos entre independentistas y Rusia.

La propuesta de este grupo de trabajo llega después de que el Organized Crime and Corruption Reporting Project hiciera público que Carles Puigdemont se reunió con un delegado de Vladimir Putin, Nikolai Sadovnikov, un día antes de proclamar la independencia en 2017. Una información que ha acabado de consolidar las alarmas en las cúpulas europeas, tal y como afirman fuentes conocedoras, sobre todos tras el estallido de la guerra en Ucrania. Las instituciones europeas ya recibieron la primera alerta en septiembre de 2021 cuando el New York Times publicó que Josep Lluís Alay, quien era por aquel entonces Jefe de la Oficina de Carles Puigdemont, viajó a Moscú para reunirse con funcionarios del Kremlin.

Tal y como defiende Zarzalejos, la imagen de los independentistas exiliados en la capital del viejo continente se ha ido distorsionando cada vez más. "Han tenido la simpatía del sector más ultra del nacionalismo flamenco pero aquí nunca han conseguido el suficiente apoyo ni les ha aceptado ningún grupo parlamentario. La curiosidad inicial se superó enseguida", matiza el eurodiputado. Si el traslado a Waterloo del expresidente y la llegada a Bélgica de otros políticos independentistas como Diana Riba, Jordi Solé, Toni Comín y Clara Ponsatí llegó a tejer apoyos jurídicos e interés político, poco a poco los respaldos se han ido dispersando y, tras confirmarse el apoyo de Rusia a la causa independentistas, la sensación en el Parlamento Europeo divaga entre el escándalo y la preocupación por la seguridad europea. Así, el segundo mandato de la comisión especial está orientado a este punto, tal y como ha explicado Glocksmann, y es que analizar la desinformación como método de desestabilización de las democracias europeas es uno de los grandes retos que quedan por delante. El propósito es que los comicios europeos de 2024 queden "blindados".

Pegasus, de 'caballo ganador' a pantomima

Hace tan solo unos días que el exdirigente de Convergència Democràtica de Cataluña (CDC) Víctor Terradellas admitió ante el juez del 'caso Voloh' que Carles Puigdemont se había reunido varias veces con delegados de Putin. Esta confirmación ha supuesto la puntilla que ha acabado de golpear la estrategia que el expresident había arrancado hace apenas tres semanas cuando, junto a otros pesos pesados del independentismo, dio una rueda de prensa en el Parlamento Europeo por el espionaje de Pegasus. En ese momento se dirigió directamente a la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von Der Leyen, pidiéndole que actuara para que "España rindiera cuentas". Ahora, estando en el punto de mira ruso, la credibilidad de Puigdemont está en entredicho.

Intentaron hacer del Parlamento Europeo una caja de resonancia y apropiarse del 'gran espionaje' de Pegasus

La rueda de prensa ofrecida por los independentistas el pasado 19 de abril, con el logo del Parlamento Europeo de fondo, no era sino un intento de internacionalizar la causa independentista y denunciar al mundo la 'represión' española. "Intentaron hacer del Parlamento Europeo una caja de resonancia y apropiarse del escándalo de Pegasus cuando el Parlamento Europeo era el primero que quería investigar", apunta Zarzalejos. Lo cierto es que en Bruselas sigue habiendo desconcierto por Pegasus y ya han iniciado medidas. Acoge en su seno otra comisión, de la que Puigdemont forma parte, para investigar el uso que, a parte de España, también han hecho Polonia y Hungría del programa israelí. La Eurocámara ha ofrecido, además, a todos los eurodiputados revisar sus móviles y la polémica continúa mientras la Comisión Europea se pone de perfil y defiende que son los Estados los que tienen competencias.

Por su parte, Junts no ha querido hacer ninguna declaración a Vozpopuli sobre la investigación que inicia el Parlamento Europeo. El expresident ya ha afirmado que no seguirá al frente de la formación y seguirá con su actividad como eurodiputado exiliado y coordinador de la estrategia internacional del secesionismo. Su planteamiento difiere del de ERC y se distancia poco a poco de las filas de Oriol Junqueras: mientras Pere Aragonès se centra en atraer inversión extranjera, Puigdemont se aferra a su papel aguerrido por la causa catalana.

Los tres puntos clave de la comisión

De momento, con el estallido de Pegasus, la comisión especial prevé concretar sanciones a países que promulguen la desinformación en Europa, potenciar las herramientas de los países miembros para contraatacar la desinformación y, sobre todo, abordar la amenaza rusa en Europa. Este último punto espera esclarecer los vínculos entre los independentistas y el Kremlin, así como dar propuestas para evitar en un futuro otras irrupciones rusas tanto en redes sociales como en simpatías ocasionales como las ocurridas en 2017 con los independentistas.

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