La fusión de Caixabank y Bankia ha conseguido una revalorización de la participación del Estado en BFA a través del FROB de un 92%. Esto se traduce en un incremente de 1.800 millones de la participación, si se toma como referencia el 3 de septiembre de 2020, día en el que se anunció la fusión de Bankia y Caixabank.
En concreto, la participación del FROB tiene un valor en Bolsa, a cierre de mercado de este viernes, de 3.700 millones de euros, al ostentar un 16,117% de la nueva Caixabank, que tiene un valor bursátil de 23.200 millones de euros. Cuando el Estado era accionista de Bankia, éste tenía un 60,63% de la entidad, y su valor era de 1.900 millones de euros.
Este dato es muy positivo, pues abre la puerta a que el Gobierno decida poner a la venta un nuevo paquete de acciones y así desinvertir en la entidad y recuperar parte del dinero que se le inyectó a Bankia para ser rescatada. Hasta el momento sólo se han recuperado algo más de 3.000 millones (entre dividendos y venta de dos paquetes de acciones). Con lo que el neto restante supera aún los 20.000 millones de euros.
Está cifra se irá reduciendo poco a poco y la próxima remuneración será mediante el dividendo de 2021. El Consejo de Administración de Caixabank acordó proponer a la próxima Junta General de Accionistas la distribución de un dividendo en efectivo de 0,1463 euros brutos por acción, con cargo a los beneficios recurrentes de 2021, a abonar durante el segundo trimestre de 2022.
Con el pago de este dividendo, el importe de la remuneración al accionista correspondiente al ejercicio 2021 será de 1.179 millones de euros, equivalente al 50% sobre el resultado consolidado ajustado por los impactos extraordinarios de la fusión con Bankia. Esto supondría una inyección para el estado de unos 190 millones de euros con cargo a las cuentas del pasado ejercicio. Una cifra aún insuficiente, pues de venderse en este momento todo el paquete de acciones, aún faltaría por recuperar unos 16.000 millones de euros.
Resultados de Caixabank
CaixaBank ha obtenido en 2021 un beneficio de 5.226 millones de euros, casi cuatro veces más que en 2020, cuando ganó 1.381 millones, al incorporar los impactos extraordinarios asociados a la fusión con Bankia, y se plantea elevar hasta el 60 % el porcentaje de ganancias destinado a dividendo (payout).
Sin estos extraordinarios, el beneficio del banco se situaría en 2.359 millones, un 70,8 % más que en 2020, cuando los resultados se vieron afectados por las elevadas provisiones realizadas para hacer frente a la crisis de la covid-19, según la información remitida a la CNMV.
En concreto, las cuentas de 2021, el año en que se ha ejecutado la integración de Bankia, incorporan una aportación contable de 4.300 millones del fondo negativo de comercio y un coste de 1.433 millones del proceso de reestructuración de empleo y otros conceptos asociados a la fusión.
Los ingresos por dividendos totalizan 192 millones, 45 más que en 2020, principalmente por uno mayor de BFA (98 millones, que incluye el ingreso de un dividendo extraordinario por importe de 54,5 millones).
El volumen de negocio de CaixaBank se sitúa en 972.922 millones de euros. Los recursos de clientes ascienden a 619.971 millones, lo que representa un crecimiento del 49,2 %, y los activos bajo gestión se sitúan en 158.020 millones (+48,2 %).