El juzgado de los Penal número 14 de Madrid ha sentenciado a Juan Muñoz Bloise como autor de un delito de extorsión a Juan Abelló a la pena de 5 meses de prisión e inhabilitación especial para el derecho a sufragio durante el tiempo que dure la condena así como al pago de la mitad de las costas.
Otro de los acusados José Pozo fue absuelto. El condenado tenía un informe de la Agencia Tributaria que amenazó con difundir si no le pagaba 20 millones de pesetas.
Juan Muñoz Bloise saltó hace algunos meses a las páginas de los periódicos con ocasión de la llamada ‘Operación Penicilina’. En este asunto intentó con Miguel Bernad, secretario de Manos Limpias, ver a Ana Patricia Botín, presidenta del Banco de Santander, para explicarle que su padre Emilio no había muerto por causas naturales sino que había sido asesinado con una inyección.
Muñoz Bloise alardeaba en los primeros años de la democracia de su parentesco con la dirigente socialista Carmen García Bloise, algo que era falso. Varios medios han calificado a este personaje como extorsionador, y así lo definieron Fernando Jauregui y Pilar Cernuda en el libro Los Servicios Secretos.
El fiscal había calificado los hechos protagonizados por Muñoz Bloise como un delito de extorsión para el que solicitó 11 años de prisión. La acusación particular pidió cinco años de cárcel. La defensa la absolución y en todo caso la atenuante de dilaciones indebidas.
En la sentencia se declara probado que en 1997 José Pozo Fernández se puso en contacto con José Díaz Rato, persona de confianza de Juan Abelló, y le informó que tenía un informe de la Agencia Tributaria, firmado por el inspector de Hacienda José María Sánchez Cortés, sobre Abelló, su esposa y empresas de su grupo, incluida la matriz Nueva Compañía de Inversiones. Díaz Rato se negó a pagar cantidad alguna. Posteriormente hubo un segundo encuentro en una cafetería de Madrid.
Posteriormente, en 1998, Juan Muñoz Bloise se entrevistó con José Díaz Rato y le pidió veinte millones de pesetas a cambio de dos informes. El primero era de la Agencia Tributaria y contenía información confidencial de Juan Abelló, su esposa y sus empresas. En caso de que no le entregara el dinero le amenazó con presentar una querella en la Audiencia Nacional. El segundo era sobre las finanzas del empresario.
20 millones simulados
José Díaz denunció el caso a la Policía y llegó a pactar un encuentro para pagar a Muñoz Bloise en el que le entregó una bolsa con 20 millones (en realidad eran billetes simulados), mientras que el interlocutor le entregó los informes auténticos. A la salida del despacho la Policía detuvo a Juan Muñoz Bloise.
La sentencia hace referencia a que la causa ha estado paralizada en numerosas ocasiones por causas no imputables a los acusados desde que se presentó el escrito de acusación en noviembre de 2001.
Quedó probado en el juicio “la veracidad del informe tributario objeto de la extorsión a través de reconocimiento de su autor en el juicio oral”. Otro policía declaró que comprobó que los folios con lo que se quería extorsionar correspondían a folios que habían salido de la Agencia Tributaria.
José Pozo dijo en el juicio que el informe sobre Juan Abelló era muy grave si bien no le pidió dinero. Fue Muñoz Bloise el que amenazó al representante de Juan Abelló con publicar la información en su boletín confidencial llamado Confidencial 2000 y en el diario El País.
En una de las conversaciones grabadas se destaca el ánimo de lucro del acusado Juan Muñoz Bloise “pues habla del reparto del dinero y en definitiva de la motivación económica que preside su actuación, que nada tiene que ver con su imagen que el mismo pretende dar de mero intermediario en la entrega de documentos y del dinero”.
Tras repasar la doctrina la jueza señala que no procede sino el dictado de una sentencia condenatoria “teniendo en cuenta que la intimidación en ese caso resulta clara y se basa en la amenaza de divulgación de informaciones fiscales contenidas en un informe de la Agencia Tributaria auténtico, y por ende, de carácter confidencial”.
Vulneración de derechos
El informe contenía datos fiscales cuya divulgación, según la sentencia, “podría ocasionar prejuicios por la vulneración de sus derechos atendiendo al carácter reservado de los datos objeto de divulgación”. “El acusado –añade- intimida a las víctimas con la nominación de un mal determinado, posible y creíble por cuanto en aquellas fechas el acusado tenía medios para publicar la información objeto de la extorsión”.
Durante la instrucción quedó acreditada la existencia y veracidad de las acusaciones que hacía la Agencia Tributaria y es que Abelló no pagaba lo que debía de abonar a Hacienda.
Se da la circunstancia de que Muñoz Bloise y José Díaz Rato se conocían desde hace años. No es la primera vez que Abelló se vio envuelto con escándalos relacionados con sus tributos. Por otra parte, no hace mucho uno de sus sobrinos fue detenido en la operación Emperador.