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Podemos se cuelga la medalla del logro inicial de los estibadores

El partido de Pablo Iglesias festeja con la Coordinadora de trabajadores portuarios la derogación del decreto de Fomento. En cambio, sólo un diputado del PSOE, padre de un estibador, se retrata con los operarios que habían amenazado con paros generales.

"Es una victoria de los estibadores, que estaban en la tribuna y a los que hemos aplaudido muchas veces". Así respondía este miércoles la portavoz parlamentaria de Podemos, Irene Montero, a una pregunta del conductor de Las Mañanas de Cuatro sobre la derogación del decreto de la estiba en la Cámara baja. Pero lo cierto es que la formación morada ha lucido como propia la victoria inicial de estos trabajadores portuarios en un conflicto donde todavía se librarán muchas más batallas dentro y fuera del Congreso hasta la búsqueda de una solución.

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, y otros diputados de su grupo festejaron junto al líder de los estibadores, Antolín Goya, que la Cámara baja, gracias a sus votos y a los de PSOE, ERC, PDCat, Bildu, Compromís, Coalición Canaria y Nueva Canaria, tumbara la reforma del Gobierno. Abocando así al país a una multa de casi 23 millones de Bruselas por retrasar la liberalización de la estiba y a otros 134.000 euros diarios hasta que la nueva normativa sea una realidad. 

Iglesias, azote de los sueldos "privilegiados", no tuvo reparo alguno en retratarse puño en alto con estos estibadores, quienes cobran, de media, 65.000 euros anuales. Algunos de ellos incluso llegan a percibir entre 110.000 y 115.000 euros. Además, sus puestos de trabajo son prácticamente hereditarios, de modo que los operadores portuarios no pueden acudir al mercado libre, una de las cuestiones que pretendía corregir, por mandato de Bruselas, el decreto ley impulsado por el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna.

Así mismo, el aparato de redes sociales de Podemos se volcó en presentar como un éxito "histórico" de esta formación que por primera vez no prosperara un decreto ley del Gobierno rechazado por sindicatos de trabajadores. Hay un precedente de 1979, cuando la Diputación Permanente del Congreso rechazó la convalidación de un decreto del Ejecutivo de Adolfo Suárez que prorrogaba la actuación de la Junta Central de Acuartelamiento. Pero en aquella ocasión, no había un conflicto socio-laboral de por medio como el de ahora.

"La fuerza de nuestro voto y trabajo ha tumbado la propuesta del gobierno que quería precarizar y liberalizar el sector", difundió la cuenta oficial de Podemos en las redes sociales, colgándose también la medalla. Sin embargo, en la práctica, la derogación no se habría producido sin el voto contrario del PSOE, que tiene más diputados que el partido morado y es la segunda fuerza en el Parlamento.

Pero los socialistas no se atribuyeron méritos titánicos y rehuyeron toda posición triunfalista en pro de la continuidad de las negociaciones entre Gobierno, patronal y sindicatos para encontrar una salida satisfactoria para todas las partes. Los estibadores habían amenazado con varias jornadas de huelga si el decreto salía adelante.

La cautela de Susana Díaz

Ese perfil prudente, bien medido, es el que está adoptando la presidenta de la Junta de Andalucía y aspirante a la secretaría general del PSOE, Susana Díaz, que fue quien garantizó a los estibadores el 'no' de la bancada socialista al decreto del Ejecutivo, alejando la posibilidad de la abstención. La baronesa andaluza procuró pronunciarse este miércoles con mucha cautela sobre futuros acontecimientos, si bien no dudó en cargar contra la incapacidad del Gobierno de Mariano Rajoy para llegar a un acuerdo entre los actores implicados.

En este contexto, el líder de los estibadores, Antonio Goya, quiso rebajar la euforia tras fotografiarse con Iglesias y declaró que "lo que ha ocurrido hoy no es una victoria para nadie", insistiendo en que "el objetivo" ahora es poder discutir "con la más absoluta normalidad (...) cuál es la norma que hay que presentar a Europa para cumplir con la sentencia del Tribunal de Luxemburgo".

El único diputado del PSOE que se retrató con los estibadores fue Salvador de la Encina, diputado por Cádiz y vicepresidente primero de la Comisión de Fomento. La patronal señaló que De la Encina, que viene realizando tareas de portavoz en esta materia, podría incurrir en un "conflicto de intereses" que le inhabilitaría como interlocutor en las negociaciones, ya que tiene a un hijo trabajando como estibador en el Puerto de Algeciras.

Los estibadores de la Coordinadora Estatal de Trabajadora del Mar se repartieron entre la tribuna de invitados del Congreso y una sala de la zona de oficinas que les cedió Compromís, Esquerra Republicana, PDCat y Coalición Canaria, fuerzas adscritas al Grupo Mixto. A los estibadores sorprendió la abstención de Ciudadanos, socio de investidura del Gobierno, y así lo recogieron con sorna en su perfil de Twitter.

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