Cristina de Borbón voló anoche desde Ginebra hasta Barcelona para acudir esta mañana a trabajar a la sede de la Caixa, entidad en la que está en nómina desde 1992. En esta ocasión la Infanta ha querido estar cerca de su marido a la espera del resultado de la vistilla en la que mañana se pedirán medidas cautelares para el exduque de Palma y su socio Diego Torres.
A diferencia de la comunicación de la sentencia, que se hizo a los representantes legales de todas las partes, los condenados tendrán que acudir mañana a la Audiencia de Palma. La Fiscalía Anticorrupción de Baleares es quien ha pedido la celebración de la vistilla, pero aún es una incógnita la petición final que realizará Pedro Horrach. Según las declaraciones que ha hecho el fiscal en los últimos días "propondrá alguna medida para limitar la libertad de movimientos del principal condenado junto a Diego Torres y disuadirle de que se fugue mientras el Tribunal Supremo revisa su sentencia de seis años y tres meses de cárcel". Horrach, que ha insistido en que "la magnitud de la condena es un factor importante para el riesgo de fuga", puede valorar también otras circunstancias como el arraigo familiar o la situación económica. En este caso puede solicitar prisión eludible bajo fianza, retirada del pasaporte o comparecencias periódicas.
Los abogados de Urdangarín, según ellos mismos han adelantado, insistirán mañana en que su defendido nunca ha fallado a ninguna de las citas judiciales que han tenido en los últimos años y que no cuentan con infraestructura económica para una hipotética fuga. Similar argumento mantendrá la defensa de Diego Torres. Fuentes judiciales insisten en que "el futuro de ambos estará mañana inexorablemente unido"
Cabe la posibilidad de que el tribunal rechace cualquiera de las peticiones que solicite la Fiscalía. El Tribunal tiene varias alternativas, el ingreso en prisión preventiva de forma inmediata e incondicional, la petición de una fianza, la retirada del pasaporte o la obligación de comparecer periódicamente en una comisaría o en un juzgado cercano a su residencia.
Si el Tribunal se decantara por la pena más extrema, la de cárcel, Urdangarin sería escoltado mañana mismo desde la Audiencia Provincial a la cárcel de Palma. Sería un destino provisional en todo caso, hasta el traslado a la prisión elegida por el exduque.
NO HAY RIESGO DE FUGA
La mayoría de fuentes judiciales apuntan sin embargo a que será muy difícil que el tribunal estime riesgo de fuga. El fiscal jefe de Baleares, Bartomeu Barceló, ha dicho hoy que "La prisión preventiva se tiene que acordar si hay riesgo de fuga, si se pueden ocultar pruebas o si se puede atentar contra intereses de las víctimas; y ninguno de estos casos se va a dar", ha afirmado.
Sobre si el fiscal Horrach tiene autonomía para tomar la decisión de las medidas cautelares que solicitará, Barceló iniste en que "el ministerio fiscal es una institución jerárquica y esto lo dice la Constitución"."No se tienen que tomar las decisiones ni a la ligera ni de forma independiente porque los fiscales no somos independientes, los jueces son independientes, los fiscales no y estamos dentro del organigrama del Ministerio Fiscal; hay que tomar la decisiones más o menos consensuadas", ha precisado.
Sobre el criterio general de solicitar prisión preventiva cuando las condenas superan los 5 años, Barceló ha indicado que "no hay un criterio establecido, taxativo y previsto en la ley y hay que valorar las circunstancias de cada caso en concreto".
Barceló ha puntualizado que, en el caso Nóos, ninguna de las penas fijadas por cada delito al que han sido condenados Urdangarin y Torres excede esos 5 años, aunque la suma sí los supera. Así las cosas, el ex duque de Palma podría seguir en libertad hasta que el Tribunal Supremo se pronuncie y la sentencia pase a ser firme.