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La desconocida playa de Fuerteventura: de aguas cristalinas y rodeada de historia

Así es una playa de la costa norte de Fuerteventura, un oasis de paz con un pasado fascinante

Las Islas Canarias, también conocidas como las Islas Afortunadas, son un archipiélago volcánico situado en el Océano Atlántico frente a la costa de África. Compuesto por siete islas principales y varias islas menores, este paraíso natural ofrece una combinación única de playas paradisíacaspaisajes volcánicos impresionantes y una rica cultura e historia.

Entre las Islas Canarias, Fuerteventura destaca por sus extensas playas de arena dorada, sus aguas cristalinas y sus fuertes vientos, ideales para la práctica de deportes acuáticos como el windsurf y el kitesurf. Pero más allá de las playas más conocidas, Fuerteventura esconde tesoros naturales aún por descubrir, como la Caleta del Marrajo.

Un oasis de tranquilidad en el norte de Fuerteventura

Situada a unos diez minutos en coche al norte de El Cotillo, en el municipio de La Oliva, la Caleta del Marrajo es una playa natural que parece sacada de un cuento de hadas. Con una longitud de 600 metros y una anchura de 70 metros, esta playa se caracteriza por su arena fina y dorada, sus aguas tranquilas y cristalinas y un entorno alejado del bullicio turístico.

Rodeada de formaciones rocosas de origen volcánico, la Caleta del Marrajo ofrece rincones únicos para relajarse y disfrutar del sol y el mar. A marea baja, se forman pequeñas piscinas naturales de agua cristalina, ideales para darse un refrescante baño o para que los niños jueguen sin peligro.

Un paraíso para los amantes del kitesurf

Gracias a los vientos alisios que soplan con fuerza en la zona, la Caleta del Marrajo es un paraíso para los amantes del kitesurf. Las condiciones del viento son perfectas para practicar este deporte, tanto para principiantes como para expertos.

Un lugar con historia

A pesar de su aspecto virgen, la Caleta del Marrajo esconde una rica historia. Su nombre proviene de la palabra "marrajo", que en guanche, la lengua de los aborígenes canarios, significa "tiburón". Sin embargo, no hay que preocuparse por los tiburones, ya que no son habituales en la zona.

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