El juez de menores de Granada Emilio Calatayud afirma que en la actualidad se están celebrando algunos juicios por acoso escolar, si bien opina que este tipo de delitos no siempre se denuncia y se "tapan mucho" por parte de los centros.
En una entrevista concedida a Europa Press, Calatayud sostiene que ya se ha condenado a colegios como responsables civiles subsidiarios en casos de acoso, de los que llegan "menos" al Juzgado de los que "parece haber".
Reconoce que a él se han dirigido bastantes padres "desesperados" por el acoso a niños "muy pequeños", de ocho, nueve y diez años, sin embargo solo se puede intervenir judicialmente cuando el acosador tiene 14 años, ya que antes no existe delito.
En todo caso, este juez, conocido por sus sentencias ejemplares dirigidas a la reinserción social del menor que ha delinquido, se muestra contrario a modificar la edad penal en este o en cualquier otro supuesto, abogando por reforzar la educación, la concienciación, la intervención de los servicios sociales y de los propios centros.
Sí se ha mostrado contrario a que "al final, sea la víctima la que se tiene que ir del colegio cuando los que deben marcharse son los agresores" y cree que, al margen de las medidas judiciales, este asunto debe abordarse desde la educación y la autoridad que deben imponer los padres a sus hijos.
Hijos maltratadores
Es precisamente la pérdida de esa autoridad sobre los hijos lo que este magistrado, por cuyas manos han pasado unos 19.000 chavales desde los años ochenta, vincula con un delito que está en auge en los últimos años, el maltrato de menores a sus padres.
Aquí "no hay un único perfil" y en algunos casos se vinculan con la adicción a las nuevas tecnologías o con el crecimiento en una familia desestructurada donde el menor ha convivido con el maltrato. No obstante, también es frecuente el caso del niño al que "se le ha consentido todo desde pequeño" sin pedirle ninguna responsabilidad y que acaba por "convertir la vida familiar en un infierno".
La mayoría de estos menores agresores responden ante la Justicia porque han sido denunciados por sus propios padres "y cuando lo hacen es porque están muy quemados" y "han agotado todas sus posibilidades".
Cuando encierras a un chaval lejos de su casa y a las diez de la noche se apagan las luces y se cierran las celdas, no se oyen voces de maltratadores o delincuentes, sino llantos de niños
"Mi consejo es que es mejor denunciarlo cuando es menor, pero muchos padres tapan hasta que tienen 18 y 19 años y ahí mi consejo es echarlos de casa", sostiene el magistrado, quien advierte de que lo segundo es siempre "mucho más duro·
Calatayud reconoce que ha internado a muchos jóvenes por maltratar a sus padres -aunque la primera opción suele ser la libertad vigilada- pero también que existe un alto grado de reinserción y que en muchas ocasiones estos mismos menores acaban por "darle las gracias".
"Nuestro trabajo también es acompañarles en la madurez", agrega, matizando que aunque puedan "ir de duros", "cuando encierras a un chaval" lejos de su casa y a las diez de la noche se apagan las luces y se cierran las celdas, "allí no se oyen voces de maltratadores o delincuentes, sino "llantos de niños", que al fin y al cabo, es lo que son.