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La fiebre del Ozempic para perder peso: una moda que perjudica seriamente a la salud de los diabéticos

El 'boom' por el Ozempic para adelgazar deja a los diabéticos sin este medicamento

  • Un farmacéutico muestra una caja de Ozempic

El 'boom' que hay en España por pincharse Ozempic es real. Ozempic es un medicamento para adultos que sufren de diabetes de tipo 2 y que contribuye a mejorar los niveles de azúcar en sangre, si se acompaña con dieta y ejercicio.

Pues bien, Ozempic se ha postulado como la solución estrella para la Navidad. Un medicamento que funciona para luchar contra la obesidad. Este fármaco cuenta con la semaglutida como componente activo principal, y este lo que hace es liberar insulina por el páncreas, que es la hormona clave para disminuir los niveles de glucosa que circulan por la sangre. 

El componente activo del Ozempic impide que se producza glucagón, una horma que es la culpable de la producción de nueva glucosa, por ello, contribuye a mantener a raya los niveles de azúcar en sangre. 

Efectos de pincharse Ozempic

Pincharse Ozempic tiene diferencias implicaciones como una menor sensación de hambre y digestiones más lentas en el estómago. Todo esto termina en una reducción de la grasa corporal. Un medicamento que, debido a la popularidad que ha ganado por su uso para perder peso, ha supuesto un grave problema para la salud de los diabéticos, quienes se enfrentan a desabastecimientos de producto por culpa de esta moda.

La endocrina María Amaro, en declaraciones a 'El Mundo', advierte de los peligros de desinformación respecto a Ozempic, así como los preocupantes efectos secundarios que esconde el medicamento: "La popularidad que ha adquirido refleja un grave problema de desinformación y de falsa percepción de su seguridad, porque muchos recurren a él para perder peso de modo rápido (incluso sin necesitarlo), pasando por alto que el fármaco está aprobado para tratar la diabetes y que sus efectos secundarios pueden llegar a ser muy severos si se administra sin una supervisión médica". 

Entre los efectos más graves se encuentran los temblores, mareos, palpitaciones, daños intestinales y en los casos más extremos: pérdida de conciencia.

 

 

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