Santiago Sánchez Ramírez, el hombre que simuló atentar contra Juan Carlos I y Felipe VI apuntándolos con su fusil desde la ventana de un hotel, también grabó un vídeo en la ciudad deportiva de Valdebebas junto a Ronaldo y Casillas para mostrar lo fácil que habría sido acabar con sus vidas.
Según han informado a Efe fuentes de la investigación, Sánchez Ramírez, que ha sido juzgado esta semana en la Audiencia Nacional, se dedicó a grabar vídeos mostrando los fallos de seguridad del actual Rey y del emérito, de políticos y hasta del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pero también tuvo como objetivo a los jugadores del Real Madrid. Para ello, acudió a la ciudad deportiva del equipo y esperó a la salida de los jugadores, junto a las vallas donde aguardan los fans, hasta que salieron los componentes del equipo, entre ellos Cristiano Ronaldo e Iker Casillas, y se hizo selfies con ellos. Luego, mandó esas imágenes al Real Madrid y les advirtió de los fallos de seguridad en Valdebebas, lo que hizo saltar las alarmas en el equipo y les llevó a poner los hechos en conocimiento de las fuerzas de seguridad.
Hasta nueve años de cárcel
Sánchez Ramírez se enfrenta a una petición de pena de 9 años de cárcel por tenencia y depósito de armas. Fue juzgado el pasado martes en la Audiencia Nacional, aunque su caso se investigó en los juzgados de plaza de Castilla hasta que el fiscal decidió que podían ser delitos terrorismo y contra la Corona.
Finalmente, se estimó que esos delitos eran muy gravosos y que nunca intentó realmente matar al Rey, aunque lo tuvo a tiro varias veces, concretamente en dos desfiles del Día de la Hispanidad de 2012 y 2013 (en este caso Juan Carlos I) y también en el día de la proclamación de Felipe VI en 2014. En esas tres ocasiones, se alojó en el hotel Palace con vistas a la plaza de Neptuno y en el Villa Real frente al Congreso con un arsenal de armas, algunas de ellas reales.
El acusado tuvo licencia de armas hasta 2010 y consta que antes de ese año compró y vendió varias (algunas cortas y otras largas), pero a partir de 2010 no lo hizo, al menos de manera legal. Sin embargo, en las imágenes de los vídeos que hizo para denunciar los fallos de seguridad, en los que apuntaba desde los hoteles a los dos reyes superponiéndoles una mirilla, a la princesa Leonor y a diferentes políticos, aparecen armas reales que estuvieron algún día en su poder, por lo que la Fiscalía considera que sí fue a los hoteles con ellas.
Burla a la seguridad de Rajoy y del Rey
Concretamente, usó armas reales en los dos vídeos del Día de la Hispanidad, cuando estaba alojado en el Palace, y se sospecha que en el día de la proclamación grabó el vídeo con un arma simulada. En ese vídeo, se observa a los francotiradores de las fuerzas de seguridad que había apostados en el tejado del Congreso frente a él, que no se dieron cuenta de que Sánchez Ramírez estaba en la habitación del hotel apuntando.
En el caso del vídeo sobre Mariano Rajoy, las mismas fuentes han explicado que se situó a la entrada del Congreso y relató, uno a uno, los fallos de seguridad del presidente. Explicó a cámara, entre otras cosas, que los guardaespaldas de Rajoy iban con las ventanas abiertas porque hacía calor, por lo que le habría sido sencillo, decía, disparar contra uno de ellos.
Los vídeos denunciando estos fallos de seguridad los publicaba luego en Youtube, aunque lo hacía con la opción de "ocultos", de tal manera que sólo los podían ver las personas a las que se los mandaba directamente, entre ellos el CNI, el Real Madrid y políticos.
En el juicio celebrado el miércoles, el acusado afirmó que todas las armas que utilizó son "totalmente legales" y que su intención era "demostrar que una persona era capaz de introducir 30, 40 o 50 armas en un hotel la mañana del desfile".
"Mi idea era acreditar que esas armas que tenían cierta peligrosidad estaban a disposición de cualquier ciudadano, de cualquier terrorista", dijo este vecino de Torrejón de Velasco (Madrid), a quien un día paró la Guardia Civil porque andaba por el polígono con un arma de guerra Cetme, aunque la investigación no fue más allá en ese momento.