¿Podría la estatua de un diablillo herir el sentimiento religioso? Esta pregunta tendrá pronto una respuesta oficial. Y es que, el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 1 de Segovia tendrá que dirimir si colocar una estatua de este personaje que, según cuenta la leyenda, levantó el Acueducto segoviano en una sola noche supone un ataque al sentimiento religioso, como ha denunciado un grupo de vecinos.
La polémica surgió hace unas semanas cuando el artista José Antonio Abella y el empresario José Luis Herrero de Andrés donaron a la ciudad la escultura alegórica de bronce, de 1,7 metros de altura, para su colocación en un muro de la calle de San Juan. La Junta de Gobierno local no vio ningún problema en ello y accedió.
Los ofendidos
Sin embargo, un grupo de vecinos se sintió ofendido por la iniciativa y decidió presentar una demanda ante el Juzgado segoviano por sentir que afecta a su sentimiento religioso, por lo que el juez ha ofrecido al Ayuntamiento la posibilidad de presentar alegaciones.
La alcaldesa de Segovia, Clara Luquero (PSOE), ha anunciado este jueves que presentarán un escrito ante el Juzgado para defender la colocación de esta estatua del diablillo que, según cuenta la leyenda, levantó el Acueducto en una sola noche, pero sin que le diera tiempo a colocar la última piedra de este monumento de origen romano.
En una rueda de prensa, Luquero ha asegurado que el Ayuntamiento tiene "autoridad absoluta" para aceptar esta donación de los creadores de la obra, quienes además se han ofrecido para asumir el coste de su colocación, por lo que la concejala de Patrimonio Histórico y Turismo, Claudia de Santos, ha destacado la "generosidad, inocencia y normalidad" de ambos, mientras que ha lamentado que estén siendo objeto de "escarnio".
La concejala ha subrayado que esta pieza "no pretende ser una sesuda y aburrida lección de historia, sino un guiño a la leyenda del Acueducto" que, tal y como ha explicado, forma parte del patrimonio inmaterial de Segovia.
Escultura
La escultura representa un diablillo que va sentado sobre el muro de la calle San Juan y usa unas tenazas para sujetar un sillar de granito, con un tono "simpático" alejado de visiones aterradoras de la iconografía medieval: "es un diablo sonriente y rechoncho, hasta la burla, muy alejado de un siniestro demonio con el que asustar a los niños", ha argumentado la concejala.
El autor de la obra ha añadido un teléfono móvil, con el que el propio diablo se está haciendo una foto con su obra, el Acueducto, al fondo.
Este hecho supone una invitación para que los turistas se fotografíen junto al diablillo y un guiño que permite al escultor y al visitante dejar constancia de su cariño hacia la ciudad de Segovia, ya que en la cara visible del teléfono móvil figura la inscripción "I love Segovia".