El teniente Luis Gonzalo Segura no se plantea la rendición. El Tribunal Supremo ha confirmado la expulsión que le impuso el Ministerio de Defensa al cometer una falta muy grave por realizar de forma reiterada actos contrarios a la disciplina y la subordinación de sus superiores.
Segura empezó hace dos años a “denunciar las corruptelas que existen en las Fuerzas Armadas”, según ha declarado a Vozpópuli en una entrevista. Publicó un libro, Un paso adelante, y concedió varias entrevistas en las que aseguraba la existencia “un sistema de protección de malas prácticas”. “Ningún mando ha sido expulsado jamás por malversación. Y sí hay condenados. Nadie ha sido expulsado por acoso sexual, cuando sí hay militares condenados”, critica.
Dos meses de arresto
La publicación no sentó bien en Defensa, ni tampoco las sucesivas entrevistas. Fue condenado a dos meses de arresto por la reincidencia en su conducta. En 2015 fue expulsado finalmente del Ejército por “vulnerar el régimen disciplinario”.
La confirmación de la sentencia por parte del Supremo no le ha sentado bien. “Es una decisión dura. Pero todos conocemos la politización del Tribunal. Aunque esperaba la sentencia, siempre tienes algo de esperanza”. Considera que la situación es “triste, porque te das cuenta de que las denuncias de torturas y malversaciones en las Fuerzas Armadas no llegan a ninguna parte”.
Recurso a la justicia europea
Sin embargo, asegura que “nadie pone en tela de juicio que lo que yo digo es falso. Lo envuelven todo en la falta de disciplina”. Por eso tiene “mucha esperanza” en el recurso. Ha confirmado a este medio que desde hoy mismo va a preparar un recurso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. “Tengo que recurrir a Europa. Lo último que puedo hacer es rendirme”, dice. Confía que el recurso “implica una posibilidad pero es un proceso largo que puede llevar entre cinco y diez años”.
“La libertad de expresión favorece las buenas prácticas. Las malas prácticas conducen a esas corruptelas"
El objetivo de Luis Segura es “volver de Europa con la libertad de expresión debajo del brazo”. Es decir, que se anule su condena y se le readmita en el Ejército. “Soy militar, siempre he dicho que soy militar y quiero seguir siéndolo. Esta es mi profesión, es lo que he querido hacer siempre por eso espero que me readmitan”.
En su reivindicación por “los derechos de los militares” considera “fundamental que exista la libertad de expresión en las Fuerzas Armadas. Los policías la tienen y allí no reina el caos. No es necesario mantener una disciplina del siglo XIX”. Advierte que “la libertad de expresión favorece las buenas prácticas. Las malas prácticas conducen a esas corruptelas”, que asegura que hay que atajar porque “los militares están al servicio de la ciudadanía”.
