A partir del 1 de julio, las farmacias en España incorporarán un nuevo aliado en la lucha contra la obesidad: Mounjaro. Este medicamento, desarrollado por la farmacéutica Lilly, se une a la batalla contra una enfermedad que afecta a más de 8,5 millones de españoles. A un costo de 271 euros al mes y sin estar financiado por el Sistema Nacional de Salud (SNS), Mounjaro promete ser el tratamiento más efectivo disponible en el mercado, pero también el más costoso.
Mounjaro, cuyo principio activo es la tirzepatida, ya ha demostrado ser altamente eficaz en ensayos clínicos tanto para la diabetes como para la obesidad. Según los estudios, este medicamento logra un control glucémico significativo en el 90% de los pacientes diabéticos tratados y normaliza los niveles de glucosa en casi la mitad de ellos, comparado con el 19% de sus competidores. En términos de pérdida de peso, el 96% de los usuarios de Mounjaro experimentan una reducción de al menos el 5% de su peso corporal, y un notable 40% alcanza una pérdida superior al 25%, equiparable a los resultados de una cirugía bariátrica.
A pesar de su elevado precio, la llegada de Mounjaro ha sido recibida con entusiasmo por la comunidad médica. Según el Dr. Cristóbal Morales, responsable de la Unidad de Salud Metabólica en el Hospital Vithas de Sevilla, estos nuevos medicamentos son herramientas muy poderosas en la lucha contra la obesidad, una condición que está vinculada a una serie de patologías graves, incluyendo enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.
Un desafío para la financiación pública
La decisión de Lilly de no solicitar inicialmente la financiación pública del SNS para Mounjaro se basa en la necesidad de una disponibilidad más rápida del medicamento. José Antonio Sacristán, director médico de Lilly, ha explicado que el proceso de aprobación de la financiación pública es lento, y la empresa quería que el fármaco estuviera disponible para los pacientes lo antes posible. Sin embargo, las negociaciones para incluir Mounjaro en la cartera pública están en curso, con la esperanza de que se resuelva pronto.
El elevado precio de Mounjaro plantea una barrera significativa, especialmente para los pacientes de estratos socioeconómicos más bajos, que son los más afectados por la obesidad. Iñaki Marina, de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO), expresa su frustración ante la situación: "Es muy desalentador tener un medicamento tan eficaz y saber que muchos pacientes no podrán acceder a él debido a su costo".
Diferencias con sus competidores
En comparación con otros medicamentos de su clase, Mounjaro se posiciona como el más caro. El tratamiento mensual de mantenimiento de 5 miligramos cuesta 271 euros, y la dosis de 10 miligramos, que se utiliza en casos de escalada terapéutica, puede llegar a los 358 euros. Otros medicamentos similares incluyen Wegovy, que cuesta entre 180 y 292 euros según la dosis, y Ozempic, que tiene un precio aproximado de 140 euros al mes.
La tirzepatida, el ingrediente activo de Mounjaro, actúa no solo sobre los receptores del GLP-1, como lo hacen la semaglutida en Ozempic y Wegovy, sino también sobre los receptores del GIP. Este efecto dual mejora la respuesta en un mayor número de pacientes, proporcionando una herramienta adicional para los profesionales de la salud en el tratamiento de la obesidad y la diabetes.
¿Cuáles son los efectos secundarios?
Aunque los beneficios de Mounjaro son evidentes, los médicos advierten que su uso debe ir acompañado de un estilo de vida saludable, que incluya una dieta balanceada y ejercicio regular. "No existe una solución mágica", afirma el Dr. Morales.
Además, se han reportado algunos efectos secundarios con el uso de Mounjaro, como molestias gastrointestinales, náuseas, y en algunos casos, diarrea o estreñimiento, lo que lleva al 4,2% de los pacientes a interrumpir el tratamiento. También está contraindicado en mujeres embarazadas y en personas con antecedentes de cáncer de tiroides, debido a estudios que sugieren un posible riesgo en modelos animales.
La obesidad es una condición crónica y, como tal, requiere un tratamiento continuo. Los estudios muestran que los pacientes que dejan de tomar Mounjaro tienden a recuperar una parte significativa del peso perdido. Esto subraya la importancia de un tratamiento a largo plazo y de un seguimiento médico continuo para asegurar la efectividad y seguridad del medicamento.