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El Pequeño Nicolás de las ambulancias "con diez años ya ayudaba vestido de auxiliar"

El menor detenido por suplantar a un médico ya se vestía con diez años como auxiliar en la residencia de mayores de Zarzalejo y ayudaba en las tareas con los internos

El menor detenido por suplantar a un médico llevaba años trabajando en las residencias que administra su madre en Colmenarejo y Zarzalejo. Los clientes de estos centros recuerdan con cariño al chico. "Tenía mucho desparpajo y se le veía tablas. Decía a los viejecitos: 'tenéis que tomar ésto' y les daba pastillas", relata a Vozpópuli una de estas mujeres que tuvo a un familiar suyo interno dos años.

Este joven de 17 años presuntamente realizaba funciones y decía ser el director de una residencia de ancianos en Zarzalejo (Madrid), según adelantaron a Vozpópuli fuentes de su entorno. Su pasión siempre fue ser médico desde que terminó la Educación Secundaria Obligatoria pero no le gustaban los estudios. Una vez completada la ESO firmó un contrato laboral como coordinador asistencial en la residencia de ancianos Santa Fe de Colmenarejo, donde su madre es administradora única. 

No fue su primera experiencia laboral en estos emplazamientos. Carmela tuvo a un familiar dos años ingresado en el centro de Zarzalejo. Su experiencia comenzó en 2015. Tanto ella como su hija visitaban con asiduidad a su persona querida y en ese sitio conocieron al menor, que tenía diez años, y a su madre que era la responsable de administrar la sociedad. El pequeño hijo de la jefa siempre les había llamado la atención.

Con 10 años ya ayudaba en el centro

"Era muy poquita cosa, muy pequeño pero con mucho desparpajo", recuerda esta clienta que ya perdió las conexiones con esta familia. Afirma que ella veía como este joven iba siempre vestido con el uniforme de la residencia donde pasaba la mayoría de su tiempo los fines de semana.

Al parecer repartía las pastillas de los tratamientos a los "viejecillos" a los que decía "os tenéis que tomar ésto" con "mucho cariño". "Era un niño muy espabilado para los diez años que tenía. Siempre pensaba que se defendía muy bien que había mamado esa profesión y que lo llevaba en los genes", asegura.

No obstante, este menor era "muy fantasioso" y "muy espabilado". Cada vez que acudían al lugar salían "alucinadas" del potencial de este pequeño. Tanto ella como su hija nunca tuvieron ningún problema con la residencia. "Se desenvolvía muy bien incluso ayudaba a levantarse a los ancianos", recuerda. Ahora la mascarilla era su principal aliada para que no fuera identificado como menor.

Siempre vestido de enfermero

En la actualidad este menor ocupa el trabajo de "coordinador asistencial de la residencia de mayores". Los clientes actuales del centro defienden que siempre está "muy atento a todo". "Siempre sale vestido de enfermero", subrayan los vecinos de Zarzalejo que se muestran sorprendidos por las últimas informaciones que se han publicado sobre la vida de este joven.

Muchas de estas personas afirman que el menor, del que desconocían la edad, es la persona con la que hablan para planificar las salidas o los tratamientos de los familiares que tienen internos. "Obviamente su comportamiento está mal pero no nos ha hecho nada", afirman.

El increíble caso de este pequeño adolescente sobrepasa la realidad. Un joven que es calificado por sus allegados como "inteligente, educado y volcado en sus aficiones". Desde pequeño fue diagnosticado con el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).

Sin finalidad económica

En ese punto es donde solicitaba las ambulancias que eran pagadas por la sociedad. Él se encargaba de devolver el importe a las cuentas de la compañía de su propia nómina. "Todo lo realizaba de forma altruista por pasión sin una finalidad económica", aseguran estas fuentes. 

En este puesto organizaba el material, los turnos y decía qué medicación debía administrarse a cada paciente a pesar de su corta edad. Aunque actuara de buena fe, estas fuentes, subrayan que no tenía titulación ni experiencia para poder desempeñar las funciones que estaba desarrollando.

"Muy buena voluntad"

Durante la pandemia fue quien dijo haber conseguido centenares de pruebas covid para los internos de la residencia. "Lo hacía de muy buena voluntad", defienden estas fuentes consultadas. De forma paralela desde pequeño fue haciéndose pasar por cargos como: policía, fiscal, profesores o directores de instituto. 

El puesto de director de la residencia también fue otra de sus invenciones, aunque le siguieran la corriente los trabajadores del lugar. Toda su 'careta' de profesiones fue descubierta por dos agentes el pasado mes de agosto. 

Este joven se hizo pasar por un médico, al vestirse con una bata, durante el traslado programado de un interno de la residencia. El anciano tenía que ser conducido hasta un hospital madrileño. Ya en el centro llegó a decir a los especialistas que tratamiento poner al paciente. "Eres muy buen médico", llegó a decir uno de los sanitarios que participó en esta intervención del pequeño.

¿Necesitas algo más?

Una vez acabado este traslado dijo al conductor de la empresa privada de ambulancias: "¿Necesitas algo más?". El técnico le comunicó que tenía que acudir a otro aviso a una casa de Móstoles de una menor con problemas psiquiátricos. Allí consiguió con mucho cuidado tratar a la adolescente. Sin embargo fue el inicio de su final.

Al ser una paciente con trastorno psicológico se personaron en el domicilio varios agentes de la Policía Nacional de Móstoles. Se percataron de la juventud del médico pero la mascarilla ocultó su verdadera edad. Todo parecía perfecto hasta que cometió un fallo. Una expresión que acentuó la desconfianza de estos policías. Lo dejaron pasar pero iniciaron una investigación. Nunca llegó a piratear ni acceder a los sistemas encriptados de los servicios de emergencias de la Comunidad de Madrid.

Colaboró con la Policía

Las diligencias practicadas confirmaron la identidad del joven su edad y este pequeño fue detenido a finales de septiembre por un delito de intrusismo profesional. Ya había presuntamente cometido este delito con anterioridad. En su 'trayectoria profesional' se había llegado a poner en contacto con la Policía por si necesitaban ayuda en alguna intervención. Este menor se mostró totalmente colaborador con los investigadores del caso durante las 24 horas que duró su arresto.

En dependencias policiales explicó todas y cada una de las acciones que había llevado a cabo. La autoridad judicial decretó su puesta en libertad a la espera de juicio.

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