La tecnología es esencial para progresar y cuando se pone a disposición de las personas tiene el fin de ahorrarnos tiempo y facilitarnos cualquier tarea. Este es el caso de las cajas de autopago. Un sistema de pago que ya se instaló hace algunos años en muchos supermercados y tiendas de ropa para agilizar los procesos de compra de los clientes. Sin embargo, como ocurre con la banca digital, la elevada edad de algunos consumidores y la imposibilidad de contar con conocimientos para enfrentarse a un proceso nuevo y desconocido, hacen que las cajas de autopago no acaben de 'cuajar' entre los consumidores españoles.
Las dificultades para aplicar los pasos del proceso, para desalarmar la ropa o pasar los códigos de barra por el lector, son solo algunas de las trabas a las que se enfrentan los consumidores de mayor edad. Un sistema que por contra, sí que cala entre el público joven que prioriza su tiempo y se encuentra más familiarizado con este tipo de sistemas digitales, aunque muchos de ellos siguen preferiendo el sistema convencial por "pereza".
Efecto contrario al deseado con las colas
Las cajas de autopago que tienen la intención de evitar colas y dar una mayor agilidad al proceso de pago en las tiendas ha tenido justamente el efecto contrario. Colas, personas que se agobian al no saber completar el proceso, asistencia por parte de empleados... Una idea que parecía brillante en un primer momento se ha convertido en un fracaso en el sector de la distribución. Una medida que permitía a las empresas asignar otras actividades internas a sus empleados ahorrándoles así una tarea repetitiva y menos productiva, y el consiguiente ahorro de costes.
Según datos de Enrique Dans, profesor de de Innovación y Tecnología, en uno de sus artículos comenta que las expectativas que había en 2013 con las cajas de autopago eran espectaculares:
"Las expectativas de la industria eran impresionantes: en el año 2013, había ya 191,000 cajas de autoservicio instaladas en el mundo, y se calculaba que en 2025 llegarían a los 1,200 millones"
"No ha funcionado y ha sido un auténtico desastre"
Según comenta el experto, "no solo no ha funcionado, sino que ha sido un aténtico desastre". Hay máquinas que nos son fáciles de usar y muchas personas se atascan durante el proceso. A esto hay que sumar que trabajadores que habían sido destinados a otros actividades en las tiendas, ahora tienen que prestar ayuda a las personas que no se aclaran con las operaciones, además de los robos que también se incrementan con este sistema (de forma intencionado o descuido).
Algunos de los problemas más comunes
Estos son algunos de los problemas más comunes que tienen los clientes al pagar en autocobro:
- - Dispositivos que se escanean varias veces
- - Intefaces complicadas para algunos consumidores
- - Artículos que se escanean de forma doble cuando el cliente los mueve por la caja
- - Pesar fruta o verduras y dificultad para seleccionar los productos en las pantallas
- - Desalarmas la ropa o bebidas alcohólicas
En resumen, todos estos problemas han derivado en un aumento de las colas en el autopago y que muchos consumidores sean reacios a pasar por ahí. Esto ha llevado a algunas empresas a plantearse su viabilidad dentro del sistema de pago y a valorar si deben prescindir de ellas. Un fracaso que no es ajeno a otros países. Francia, que instaló este sistema para aumentar la apertura de horarios de algunas tiendas también experimentó problemas. Sin duda, las cajas de autopago tienen muchos retos por superar de cara al futuro.