Isabel Díaz Ayuso tiene un sueño: que la Formula 1 regrese a Madrid 46 años después. El objetivo es que la ciudad pueda albergar un Gran Premio en 2027, pero el problema es evidente: no existe en estos momentos un circuito con capacidad para organizar un evento de tal magnitud. Pero esto es algo que desde Sol quieren solucionar mediante una inversión de capital que permita crear un trazado adecuado para los criterios de la FIA.
El circuito que más se acerca es el Jarama-RACE, situado a las afueras de Madrid, que tiene una calificación de grado 3 según la FIA (hay seis niveles en total). Para poder organizar un Gran Premio de Formula 1, es necesario obtener la máxima certificación. Según fuentes del circuito, el trazado madrileño "no se encuentra lejos" de las especificaciones técnicas que exige la federación.
¿Qué especificaciones son estas? Lo curioso es que los circuitos tienen unas nociones básicas, pero no las conocen al 100%. Fuentes del Jarama-RACE cuentan a Vozpópuli que conocen si cumplen con los requisitos FIA poco antes de una pruebas, cuando los peritos de la federación visitan las instalaciones para darle un aprobado o suspenso. Porque aunque existen requisitos básicos, la FIA actúa con flexibilidad, siempre que la seguridad sea total.
En el mundo, hay 37 circuitos que cumplen con los requisitos de un trazado de categoría 1. Ahora, la Comunidad de Madrid quiere contar con el suyo propio. Aunque también existe la alternativa del circuito de velocidad de Morata de Tajuña, aún en fase embrionaria, lo cierto es que la inversión necesaria es mucho más alta: el Jarama-RACE ya cuenta con una fuerte base sobre la que empezar, algo de lo que carece un trazado totalmente nuevo.
Hay algunos requisitos indispensables, como que la recta del circuito no supere dos kilómetros para evitar que los monoplazas lleguen a una velocidad demasiado alta a la curva. En caso de hacerlo, hay que poner una 'chicane', tal y como sucede en La Sarthe. El Jarama no tiene ese problema, ya que la recta tiene 879 metros. Otra exigencia indispensable es que la longitud de la pista supere los 3,5 kilómetros, algo con lo que también cumple (3.850 km), aunque en este caso la FIA también exhibe flexibilidad: el circuito urbano de Mónaco no llega a esas dimensiones mínimas y está en el calendario.
Donde sí hay más problemas es con los peraltes (ángulo de inclinación de la curva). Aunque también hay ciertas excepciones, ya que hay varias curvas que sobrepasan los límites en el Mundial, sí es posible que el Jarama tenga que hacer ajustes para reducir el peralte de alguno de sus tramos, especialmente en la curva 'Le Mans'. Esto mismo sucede con la recta de meta, que supera los dos grados de pendiente exigidos por la FIA, así como con la anchura de pista, escaso en algunos tramos de la trazada. Pero todos estos cambios se evaluarán una vez el proyecto de remodelación del Jarama sea firme, ya que de momento este no existe, según fuentes del propio circuito.
A todo ello hay que sumar los cambios que debe haber en los alrededores del circuito, ya que el Jarama solo tiene una grada construida, la de la recta, por lo que la FIA podría exigirle añadir alguna más. El Jarama-RACE tiene una amplia 'pelouse' (zona de césped) y algunas gradas en otros puntos del trazado, aunque estas no son construidas sino de tipo andamio. La federación también exige accesos pavimentados para los aficionados que utilicen sillas de ruedas, así como accesos y un área específica para personas con discapacidad.
¿Es posible aplicar estos cambios en un circuito que no puede expandir sus límites? El circuito confía en que no haya ningún problema. Otras voces autorizadas como la de Jarno Zaffelli, encargado de reformar Zandvoort para su regreso a la Formula 1, confirmó en declaraciones a Autopista que el proyecto es posible.
Silencio, los vecinos descansan
El circuito del Jarama-RACE, construido a las afueras de Madrid cuando no existían prácticamente nada a su alredededor, ahora se enfrenta a un problema: está rodeado por varias urbanizaciones donde vive gente de alto poder adquisitivo. Pese a que estas viviendas se construyeron después (El Plan Parcial Original data del 10 de enero de 1968), han logrado condicionar las actividades del autódromo.
Además, estos vecinos exigen silencio: solo se le permite al Jarama-RACE subir de los 90 decibelios durante veinte días al año. Por ejemplo, en el Europeo de Camiones, que justamente se celebra el próximo fin de semana. Fuentes del circuito aseguran que, de venir la Formula 1 a Madrid, "adaptarían el calendario" para dar cabida a esta competición, por lo que no habrá problemas con los vecinos, aunque el Jarama tendría que renunciar a algunas competiciones para permitir que los monoplazas rodasen cuatro días: dos de entrenamiento, uno de clasificación y otro más de carrera.
¿Cómo lo hace el Jarama el resto del año? Prohibiendo pisar el acelerador en ciertos puntos del circuito. Al llegar a la Hípica, los pilotos deben levantar el pie -hay un cartel que lo avisa- para evitar superar los 90 dB. Gracias a unos paneles, el circuito es capaz de reducir en 25 dB la acústica que llega a los vecinos. Allí hay un sonómetro para medir la potencia del sonido, de modo que se puede saber qué conductor ha sobrepasado los límites acústicos.
Pese a todas las especificaciones técnicas que debe aplicar el Jarama-RACE, la ilusión es máxima. Los aficionados al motor, especialmente los residentes en Madrid, ya sueñan con el regreso de la Formula 1 a la ciudad. El Jarama-RACE es un circuito de gran tradición y tendrá peso en la decisión de la FIA. Al fin y al cabo, albergó Grandes Premios de Formula 1 desde 1969 hasta 1981, aunque en la etapa 1976-1981 alternó la organización del GP de España con el circuito urbano de Montjuic. Ahora se podría repetir la historia a partir de 2026, fecha en la que finalizará el actual contrato que liga al circuito de Montmeló con la máxima competición automovilística del mundo.