Mongolia debería "adoptar medidas efectivas para eliminar los efectos negativos de la visita del Dalai Lama para evitar la ruptura del desarrollo saludable de las relaciones entre China y Mongolia", ha advertido el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Geng Shuang.
Mongolia ha ignorado repetidas veces las advertencias de China sobre la visita del líder tibetano, lo que ha provocado un profundo descontento en Pekín, según Geng.
El líder espiritual tibetano, disidente de China, llegó a Mongolia el viernes para reunirse con los líderes budistas mongoles, según ha informado el propio Dalai Lama en su página web.
Pekín ha expresado de forma continua su malestar hacia los países que han acogido al ganador del premio Nobel de la Paz, de 81 años, después de que huyese a India en 1959 tras un levantamiento tibetano fallido contra el Gobierno chino.
Tras la visita del Dalai Lama a Mongolia en 2006, China canceló los vuelos que conectaban Pekín y Ulán Bator, ya que China considera al Dalai Lama como un separatista, a pesar de que afirme que sólo busca la verdadera autonomía en la región del Tíbet, la cual fue "pacíficamente liberada" por las tropas chinas comunistas en 1950.
Grupos de Derechos Humanos y exiliados acusan a China de pisotear los derechos culturales y religiosos del pueblo tibetano. Pekín niega que esto sea cierto y que argumenta que ha traído prosperidad a una región atrasada.