La escritora Carme Riera, que fue elegida esta semana académica de la Lengua, no cree que la Real Academia Española "deba funcionar por cuotas", aunque sí está a favor de que las instituciones "se abran a las mujeres que tengan cosas que aportar" y, en el campo de la literatura, "hay muchas en este país".
"No estoy a favor de las cuotas porque tampoco me gustaría que algún día me dijeran que entré por ellas", afirmaba Riera en una entrevista concedida a Efe, en la que consideraba "un honor enorme" haber resultado elegida y en la que decía que María Victoria Atencia, la otra candidata al sillón "n", "es una persona estupenda y una gran poeta".
"A todo el mundo le apetece entrar en la Academia, y estoy muy agradecida a quienes me han propuesto (Pere Gimferrer, Carmen Iglesias y Álvaro Pombo)", y a quienes me han votado", señalaba Riera, novelista en lengua catalana y castellana, además de catedrática de Literatura Española de la Universidad Autónoma de Barcelona desde 1995.
"Yo tengo la suerte de enseñar literatura por las mañanas y de escribirla por las tardes", añadió con humor Riera, que decía sentirse orgullosa de escribir en dos idiomas.
"Las lenguas son una especie de cristal con el que vemos el mundo, y yo puedo verlo en esos dos idiomas", subrayó esta novelista cuya trayectoria ha recibido premios como el Anagrama de Ensayo, el Josep Pla de Narrativa, el Nacional de Narrativa y el Sant Jordi de novela.
El que haya pocas mujeres todavía en los puestos de responsabilidad y en las instituciones de prestigio "es un problema social que refleja la condición de la mujer en el mundo de hoy", opinó.
En la Universidad esa situación no es tan grave como en la Academia, "pero en todo el país las catedráticas son un quince por ciento, y eso es muy interesante porque, para que lleguemos al cincuenta por ciento, igual tiene que pasar medio siglo", comenta.
Como no conoce bien el mundo de la Academia, no sabe por qué hay tan pocas mujeres en ella, pero no cree que haya "ningún académico que tenga prejuicios contra las mujeres", señaló la nueva académica, que se considera mallorquina cien por cien aunque en su DNI ponga que nació en Barcelona.
"Mi abuelo era ginecólogo en Barcelona, pero a los tres días me llevaron a Palma", comentó Riera, que reivindicó gustosa su "insularidad".
Filóloga y escritora, esta doble condición le será "muy útil", espera, a la hora de colaborar en los trabajos de la Academia, pero ella va "a aprender más que nada de los maestros" que hay en esta institución, y a trabajar en todo lo que le digan.
A la nueva académica le preocupan "mucho" los recortes que están aplicando a la investigación y a la educación. "Entendemos que es un momento de crisis, pero creo que habría que recortar en otros presupuestos antes que en Educación e Investigación, porque son un rédito para el futuro".
"Somos un país prácticamente de servicios. Si no tratamos de ser punteros en aspectos como puede ser la investigación, nos vamos al garete", aseguró.
Riera lleva toda su vida dando clases de Literatura española y conoce bien los bajos índices de lectura de los alumnos. "Hay gente que no ha leído jamás al poeta García Lorca y algunos no saben siquiera quién es", comenta.
Si se leyera más, asegura, no pasaría lo que le sucedió "hace poco", cuando le preguntó a sus alumnos de Literatura "cuál era el último libro que habían leído", y una chica le contestó: "Alimentos con fibra. Cómo vencer el estreñimiento".
La autora de "Naturaleza casi muerta", su última novela y su debut en el género negro, considera que, de un tiempo a esta parte, la Academia "ha dado un cambiazo enorme, es mucho más transparente y llega mucho más al público".
"La gente se toma la Academia como algo suyo, por eso su papel es importantísimo", concluyó Riera.