El sábado 22 de septiembre, a las 18.00 horas, en el Teatro Fernán Gómez (Calle de Colón, 4), se estrenará en España Ai WeiWei: Never Sorry , el primer largometraje sobre el artista.r que ya fue distinguida con el Premio Especial del Jurado en el pasado festival de Sundance, examina la compleja simbiosis de la práctica artística y el activismo social del creador. Realizada por Alison Klayman, la película ha tenido una crítica unánime de aprobación en Norteamérica debido a la profundidad en las distintas facetas de Ai Wei Wei que muestra.
En los últimos años la figura del artista chino Ai Weiwei se ha perfilado dentro y fuera del arte como una de las más importantes, por su peso político, social y por la sustancia de su discurso creador, ya que procede de un interés genuino por los problemas relativos al estatus del arte y la calidad de la sociedad en general, demostrado en su continuo trabajo por crear oportunidades de expresión a otros artistas chinos. Su famoso blog activista que escribe en su casa es tan atractivo para el público en general, como las formas e ideas de que están compuestos sus trabajos.
Sobre él pesa una orden de arresto domiciliario que el gobierno chino todavía mantiene sobre él. Es uno de los creadores actuales más admirados e influyentes a nivel internacional, llegando incluso a situarse el año pasado en el codiciado número 1 del ranking Power 100 de la revista Art Review, por delante de figuras como Larry Gagosian, Damien Hirst o Gerhard Richter. Arquitecto, escultor y sobre todo artista conceptual, en su obra, pasado y presente se unen, para armar un discurso que pretende acercar influencia social y cultural a través del uso de objetos sencillos y domésticos como zapatos, pipas, muebles, bicicletas o vasijas neolíticas.
Un desterrado de la revolución cultural
Nacido en Pekín en 1957, Ai Weiwei fue hijo del renombrado poeta chino Ai Qing, deportado con su familia a Siberia durante la Revolución Cultural. Tras crecer en ese contexto y estudiar en el Instituto de Cine de Pekín, Ai Weiwei formó en 1978 el primer movimiento vanguardista chino por medio del colectivo Xing Xing “La Estrella”. Su formación artística se enriqueció en Nueva York, donde vivió entre 1981 y 1993, entrando por primera vez en contacto con la posmodernidad artística y quedando influido por el Fluxus y el Dadaísmo de artistas como Marcel Duchamp.
En el arte de Ai Weiwei es posible encontrar un equilibrado proceso de trabajo en el que se renueva tanto la tradición artesanal y arqueológica de la porcelana y la madera, perdida y denostada en China por la Revolución Cultural, como un lenguaje occidental contemporáneo también desconocido para las nuevas generaciones de su país.
El artista recicla restos auténticos de templos de dinastías milenarias como la Ming (1368-1643) o la Qing (1644-1911), para constatar la realidad del expolio cultural chino. Este carácter de su trabajo conceptual procede de la influencia de Marcel Duchamp visible en obras como la instalación Forever (2003), donde 42 bicicletas –luego utilizó mil-, entrelazadas entre sí por los ejes y ruedas, que recuerda al ready-made del artista francés.
En 1994 Ai Weiwei realiza una de sus primeras acciones fotografiadas: su polémico autorretrato en tres tomas, dejando caer una valiosa urna de la Dinastía Hang. A partir de entonces, Ai Weiwei trabaja con urnas paleolíticas adquiridas en excavaciones arqueológicas para intervenir en ellas cambios sustanciales como insertar en ellas logos de Coca-Cola (1995) o policromarlas con acrílicos de colores como en la instalación de 101 ánforas Whitewash (1993-2000).
En una de sus instalaciones más famosas de la pasada Documenta 12 de Kassel, Template (2007), el artista confeccionó una controvertida construcción a base de puertas y ventanas recicladas de palacios destruidos de dinastías milenarias. Un total de 1001 sillas de las dinastía Qing fueron restauradas en su taller, para servir como asiento a otros tantos invitados de su país natal en la instalación, titulada Fairytale (Cuento de Hadas). Los asistentes fueron elegidos entre miles de aspirantes y fueron llegando a Kassel desde China en distintas oleadas, para retar y cuestionar el concepto de sistemas y la elasticidad y autoritarismo de las estructuras sociales.
Además de este tipo de trabajos, Ai Wei Wei ha desarrollado un trabajo conceptual sobre la luna . La primera de ellas fue un conjunto de fotografías realizadas para la Bienal de Venecia de 1999, que recogían el proceso del último eclipse de luna del milenio el año 1997, que coincidió con la jornada reservada por los chinos para las celebraciones de la Luna, oponiendo así presente y tradición. A esa siguió su célebre instalación Sunflower seed presentada en la Sala de las Turbinas de la Tate Modern de Londres en 2010. Se trataba de cien millones de pipas hechas de porcelana, creadas a mano y pintadas una a una por 1.600 artesanos durante dos años, ocupan los 1.000 metros cuadrados del suelo del museo londinense.
“Por un lado me traen recuerdos de la Revolución Cultural”, dijo Weiwei. “Mientras a los individuos se les robaba la libertad personal, la propaganda presentaba a Mao como sol y al pueblo como girasoles dirigidos hacia él”.
Su posición contra el Gobierno chino
Desde que denunciara al mundo la mala calidad de las viviendas de Sichuan, afectadas por el terremoto que sesgó la vida de miles de niños, el gobierno chino ha acosado al artista, acusándole de delitos económicos y produciendo su arresto domiciliario que hoy todavía se mantiene (en 2011 llegó a estar dos meses desaparecido, creando una alarma que afectó al transcurso de la pasada Bienal de Venecia, donde había sido invitado).
Pese a esta falta de libertad que llegó incluso a provocar la destrucción completa de su taller por las autoridades chinas, Ai Weiwei ha seguido creando desde su taller casero junto a cientos de colaboradores que han participado no sólo en sus trabajos artísticos sino en el diseño de innumerables edificios célebres como el pabellón olímpico de los pasados Juegos Olímpicos de Pekín o el pabellón de la Serpentine Gallery de Londres, en colaboración con Herzog & de Meuron, recién inaugurado el 1 de junio de este año 2012.
Gran parte de los roces, persecuciones e impedimentos, pero también de la persistencia y de las reflexiones e inquietudes que forman parte del trabajo del artista son retratadas por Klayman en Ai WeiWei: Never Sorry, que se proyectará en las TimesTalks -organizadas por The New York Times-, que tendrán lugar en Madrid entre los días 21 y 23 de septiembre.