La adquisición de obras es una de las asignaturas pendientes del Museo Reina Sofía, según su director, Manuel Borja-Villel, quien reconoce que esa es "una batalla que hay que hacer" y en la que se está trabajando con ahínco en los últimos tiempos. En una entrevista con Efe, Borja-Villel asegura que en esta tarea cuentan con la ayuda de la Fundación del museo, que, entre otras acciones, ha gestionado la compra de artistas argentinos con coleccionistas y empresarios de ese país.
"El capítulo de adquisiciones ha sido este año el más corto", asegura el director del centro de arte, quien reconoce que es importante "recuperar dinero público" para ese fin, y recuerda que algunas piezas que han salido en subasta se han podido adquirir a través del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Manuel Borja-Villel considera que en el presupuesto público destinado a adquisiciones ya se ha "tocado fondo", aunque admite que, a pesar de que se produzca una recuperación económica, "nunca se llegará" a los niveles que había anteriormente. Resultan curiosas las palabras de Borja-Villel, más demandantes en lo que a intervención pública de refiere e incluso con un cierto tufillo a reproche cuando, hace dos años, dijo (a la misma agencia de noticias): "Son recortes muy duros, pero no tenemos derecho a quejarnos. No sirven las políticas de lamento, sino que hay que buscar soluciones alternativas".
Ahora, la estrategia debe ser, a su juicio, comprar obra de artistas "interesantes" por los que el mercado, de momento, no parece estar interesado. Además, el Museo Reina Sofía ha puesto en práctica líneas de protocolo con coleccionistas "para que sus obras entren en el museo y tengan dimensión pública", como ya ha ocurrido, por ejemplo, con piezas de la Colección Patricia Phelps de Cisneros. Una situación que ha sido ampliamente criticada en algunos ámbitos, ya que se considera que esa práctica supone un conflicto de intereses. Patricia Phelps es patrono de la institución. Cada vez que una obra suya se exhibe, se revaloriza. He ahí la cuestión.
Continúa la entrevista en letanía de la precariedad. La escasez de recursos ha dejado por el camino, en opinión del director, muchas piezas por comprar, entre las que cita alguna del alemán Martin Kippenberger, muy vinculado a Picasso y a España, ya que, asegura, cuando él llegó al museo sus obras se adquirían por dos millones de euros cuando ahora su valor ya nunca es inferior a los cuatro millones de euros. No obstante, Borja-Villel se muestra optimista al señalar que las colecciones "hablan no solo por lo que tienen, sino por lo que no tienen", y asegura que la colección del Museo del Prado es interesante "no solo por El Bosco o Velázquez" sino por la escasa presencia de Rembrandt en la misma, algo que le lleva a pensar que "las ausencias también son interesantes si se saben ver".