Steve McQueen ganó su prestigio hace una década gracias a Doce años de esclavitud (2013), la cinta que retrataba con toda crudeza y brutalidad los años en que los negros eran simples bestias de carga para sus amos. Muchos espectadores no la disfrutaron, pero fue elogiada por su precisión y riqueza de detalles. Ahora su director vuelve con otro drama histórico que carece de glamour pero encierra una historia muy potente: un episodio ocultado durante décadas por la autoridades británicas, acaecido durante el bombardeo de la Luftwaffe en la capital británica.
Hace dos años, el director británico explicó su proyecto al semanal The Observer: "No parece que mucha gente sepa lo que pasó en Bethnal Green. De hecho, surgieron tantas cosas durante la investigación [para la película] que me hicieron pensar: '¿Cómo es posible que no lo supiera? Estoy muy emocionado de poder mostrar estas cosas al público'”, adelantó. McQueen alude a la noche del 3 de marzo de 1943 en la estación de metro de Betnal Green. Supuso la mayor pérdida de vidas civiles sufrida en el Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial. Más de 170 personas, 62 de ellas niños, murieron aplastados cuando la entrada a la estación del este de Londres quedó bloqueada.
La tragedia radica en que todo fue evitable. Lo provocó una madre que llevaba a su bebé y resbaló en los escalones. La intensa oscuridad del lugar hizo que nadie supiera donde se metían y unas personas cayesen sobre otras. El pánico se agravó con el sonido de un nuevo cohete antiaéreo que se estaba probando en el cercano Victoria Park. Muchos supusieron que se trataba de la última arma alemana. Cientos de personas quedaron atrapadas en una escalera de apenas unos pocos metros de ancho, sin pasamanos, y pronto no pudieron respirar.
Secuelas de por vida
Tanto los supervivientes como los rescatadores sufrieron secuelas de por vida, a pesar de que no se lanzaron bombas en esa parte de Bethnal Green esa noche. El Ministerio de Seguridad Interior estimó que había casi 2.000 personas dentro de la estación en ese momento. La investigación gubernamental concluyó que era mejor ocultarlo por miedo a una victoria propagandística para el enemigo. También resultó traumático para el personal médico que tuvo que atender la tragedia. Por ejemplo, Joan Martin, que solo llevaba un año como licenciada en Medicina cuando llegaron los heridos. Sufrió pesadillas durante años, siempre con gente pisoteada hasta morir, pero al llegar a centenaria la eligieron para explicar en persona el episodio al primer ministro y a la BBC.
La tragedia terminó con familias enteras, incluso con tres generaciones que acudieron juntas en busca de refugio
Narró su experiencia en abril de 2016. "Apenas habíamos terminado de cambiar las camas cuando el primer cuerpo mojado y malva fue llevado al hospital. Mojados, porque al parecer cuando sacaron los cuerpos del albergue lo único que hicieron fue tirarlos al pavimento y echarles agua. Malva, porque todos estaban asfixiados. Siguieron llegando hasta las 11 de la noche. Al menos 30 cadáveres, en su mayoría mujeres y niños. Casi todos muertos", evocó. "Trabajamos toda la noche, mis dos estudiantes de medicina y yo. Estuve esperando que viniera un médico, pero nadie vino. Probablemente porque habían oído que ya todos habían muerto", recordó.
La tragedia terminó con familias enteras, incluso con tres generaciones que acudieron juntas en busca de refugio. Los nombres de las víctimas estuvieron ocultos 34 años. No recibieron un homenaje público hasta 2017, cuando se inauguro el monumento Escalera hacia el cielo, que se erige junto a la estación. Hecho con mármol y teca, y valorado en 600.000 euros, se construyó gracias a diez años de aportaciones privadas de los londinenses.
Blitz inaugura el Festival de Cine de Londres (LFF) el 1 de noviembre. También estará disponible en Apple TV+ a partir del 22 de ese mismo mes. El reparto se compone de nombres de prestigio cono Saoirse Ronan, Elliott Heffernan, Kathy Burke, Benjamin Clémentine, Harris Dickinson, Stephen Graham, Hayley Squires y Paul Weller.