Eurovisión ha llegado. Las imágenes de los ensayos ya han dejado algunas pistas de cómo se van a ver las propuestas encima del escenario. Malmö (Suecia) acoge la edición número 68. Desde el inicio del festival en 1956 muchas han sido las historias que se han transmitido: amor, desamor, fiesta, tradiciones de cada país, sobre la familia o seres queridos... Sin embargo, hay un tema de cuál no pueden tratar las canciones: política.
Para poder participar en Eurovisión, las propuestas deben cumplir una serie de normas. Cada actuación podrá estar compuesta por un máximo de seis artistas en escena, no se permiten animales vivos en el escenario, todas las canciones se interpretan en vivo en el escenario de la ciudad anfitriona, no se permite el uso de autotune, etc.
Pero una de las normas más importantes de Eurovisión es sobre la letra de las canciones. Y es que en ellas no se puede incluir palabras que vayan en contra de la "reputación del festival", pero tampoco puede contener consignas políticas ni menciones que sean publicitarias. Además, tal y como se puede en las reglas Eurovisión es "acontecimiento apolítico".
Esto quiere decir que todas "las emisoras participantes, incluida la emisora anfitriona, serán responsables de garantizar que se tomen todas las medidas necesarias dentro de sus respectivas delegaciones y equipos para salvaguardar los intereses y la integridad del CES (Eurovisión Song Contest) y de garantizar que el CES en ningún caso será politizado, instrumentalizado o desprestigiado de cualquier otro modo". A pesar de ello, los mensajes políticos han conseguido colarse en Eurovisión en más de una ocasión.
1944, la canción que consiguió ganar Eurovisión en 2016
En 2016, Jamala consiguió la victoria para Ucrania con la canción 1944. Lo cierto es que el tema no pasó por alto para muchos y fueron muchas las reacciones que llegaron. Y es que en ella, la artista contaba la historia de bisabuela, una mujer tátara de Crimea que fue deportada por Stalin. A priori este relato chocaba con las reglas de Eurovisión. Sin embargo, la representante ucraniana supo trasladar el mensaje sin hacer una mención a directa a esto, haciendo una canción en inglés y la lengua tártara.
Esta no es la única vez que la letra de las canciones de Eurovisión ha sido objeto de polémica. Un ejemplo está en nuestro propio país. España tuvo que modificar la letra de una de sus propuestas: Baila el Chiki Chiki de Rodolfo Chikilicuatre. El tema que representó a nuestro país en 2008 tuve que rehacer parte de su letra a petición de la UER por hacer referencia a los líderes políticos. Como mucho recordarán, en ella se hablaba de los expresidentes del gobierno de España, concretamente de José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy. Ambos eran nombrados y finalmente se tomó la decisión de eliminar los apellidos dejando solamente el nombre.
Un año más tarde, en 2009, la institución tuvo que rechazar un tema de Georgia titulado We don't wanna put in. Estaba interpretada por Stephane & 3G y se tomó esta decisión porque se hacia un ataque al primer ministro ruso, Vladimir Putin.
Y sin ir más lejos este año ha vuelto a haber disputa por la letra de una propuesta: la de Israel. La participación de este país en Eurovisión fue puesta en duda tras su ofensiva sobre Gaza. No obstante, presentaron su candidatura con October Rain. La UER no aceptó la canción puesto que consideraban que la letra tenía contenido político. Según explicaron los medios israelíes, en ella se hacia referencia a los más de 247 soldados muertos en los primeros meses de guerra y también a las flores, una metáfora usada dentro de la jerga militar para los caídos en combate.
Se llegó a descartar otra canción que presentó Israel, pero finalmente terminó cediendo y dio luz verde a la participación de Eden Golan con Hurricane tras haber modificado su letra.