Cataluña pierde peldaños en el ranking de las comunidades autónomas más importantes en el ámbito de la cultura. Madrid ocupa el primer puesto y el País Vasco el segundo, según el Observatorio de la Cultura, un estudio semestral del sector realizado por la Fundación Contemporánea. En medio de un contexto político cargado de tensión, Barcelona aún se sostiene como uno de los epicentros más importantes de la industria libro, pero pierde la relevancia cultural en su conjunto. Este dato resulta significativo de cara a la legislatura regional y autonómica que acaba de arrancar.
Históricamente, Barcelona ha sido uno de los bastiones de la industria del libro en España. Aporta el 50,8% del volumen de negocio editorial global español y conecta a casi todos los actores del libro: editores, distribuidores, autores. Ha sido cuna de las principales agencias literarias –la histórica Carmen Balcells, por ejemplo- y escenario de momentos decisivos de la historia literaria hispanoamericana, desde la primera edición del Quijote, pasando por el Boom latinoamericano hasta Roberto Bolaño.
Cataluña pierde peldaños en el ranking de las comunidades autónomas más importantes en el ámbito de la cultura. Madrid ocupa el primer puesto
El sector editorial ha incrementado su facturación tras los años más oscuros de la crisis. En 2015 alcanzó los 2.257 millones de euros. De esos, el 49,5% los aportó Cataluña. Nada y más y nada menos que la mitad. Es decir, 1128,5 millones de euros, según el Informe sobre el sector editorial español (2015), publicado por la Federación del Gremio de Editores de España. Madrid y Cataluña concentran el 92,9% de la facturación global. Cataluña es un mercado que funciona en castellano y catalán; de hecho, en Barcelona están concentradas 290 editoriales afiliadas a Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), entre ellas el grupo Planeta, el primero en España y el sexto en todo el mundo y que agrupa más de cien sellos, 15.000 autores y vende un promedio 130 millones de libros cada año.
En el año 2015, y en pleno huracán del independentismo, Barcelona hizo pública su candidatura para formar parte de las Ciudades de la Literatura Unesco, una red de capitales que trabajan conjuntamente para crear conexiones y llevar la literatura a públicos más amplios. Barcelona se reafirmaba en así en su voluntad de pretender esta titularidad, que aumentaría su visibilidad internacional a costa, por supuesto, del español. ¿Puede prosperar esa iniciativa en un clima políticamente poco propicio? ¿Puede Madrid mover ficha y dar más visibilidad cultural a Madrid a partir de la coyuntura catalana? Parte de la respuesta radica en un hecho significativo: el porcentaje más alto de empresas culturales se concentra en Madrid, con un 21,8%, mientras que Barcelona concentra el 20,2% seguida de Andalucía, 13,2%, y la Comunidad valenciana, 9,5% . Madrid, como plaza cultura, tiene aún mucho qué avanzar.
Mientras Madrid mantiene paralizada su renovación de infraestructura cultural, Barcelona intenta llevar a buen puerto la construcción de una sede del Hermitage
Las cifras de las comunidades más destacadas por la calidad e innovación de su programación cultural indican que Madrid sube del 84,3 % al 89,7 %; el País Vasco, del 60,6 % al 61,6 %, mientras que Cataluña baja del 71,1 % al 54,9 %. El estudio tiene un sistema de evaluación que puntúa por porcentaje de menciones de los panelistas consultados por la Fundación Contemporánea . No es la primera vez que Cataluña reprueba. Ya en 2014 y 2015, en lo que a innovación se refiere, Cataluña retrocedió de forma significativa mientras Madrid se imponía en el primer lugar.
Mientras Madrid mantiene paralizada su renovación de infraestructura cultural, Barcelona intenta llevar a buen puerto la construcción de una sede del Hermitage. Según los planes de los promotores, el museo recibirá 850.000 visitantes (el 70% turistas) el primer año y llegará, calculan, a los 1,5 millones a los 13 años de haber abierto. La fecha de finalización del proyecto, sin embargo, ha sido postergada en varias ocasiones. A pesar de eso, ocho de los diez mejores centros y eventos se encuentran en Madrid, entre ellos el Museo del Prado, el Reina Sofía y el Thyssen-Bornemisza, el Teatro Real o los Teatros del Canal.
El apartado literatura tiene en Sant Jordi uno de sus eventos más importantes. Es una seña de identidad de Barcelona y un evento cultural que marca la tendencia del mercado editorial. Sin embargo, y a pesar de los no pocos obstáculos que interpuso la alcaldía de Madrid en su celebración, la 78ª edición de la Feria del Libro de Madrid registró un total de 2,3 millones de visitantes y una facturación de diez millones de euros, 14% más que el año pasado. A pesar de eso, Madrid aún necesita un evento central que vertebre e identifique a la ciudad.