En el teatro Municipal de Macael, en Almería, no cabía ayer un alma. Las colas de aspirantes a extras se perdían de vista. Y es que, tal y como se anunció, está previsto que el rodaje de la nueva película de Ridley Scott comience en septiembre. El desierto de Almería podría recibir a Christian Bale, quien interpretará a Moisés en la versión que de Éxodo planea hacer Scott. Entretanto, el director británico lo pone todo a punto: convoca castings, busca artesanos para construir el decorado… No es su primera vez en España. Algunas escenas de El reino de los cielos (2005) –hechas en el Castillo de Loarre, en Huesca- y de 1492, la conquista del paraíso (1992) las filmó en España.
La noticia ha caído como agua de mayo y no sólo para la industria del cine. Comerciantes, hosteleros, carpinteros, chóferes se frotan las manos. La llegada del inglés y su equipo reactivará, sin duda, la vida económica de los almerienses. De hecho, nada más conocerse la decisión de Scott de rodar en nuestro país, la Spanish Film Comission, creada en 2001 precisamente para atraer a España a los productores internacionales y facilitarles la labor, vio el cielo abierto: "En este momento de crisis del cine español, los rodajes internacionales son un nicho importante para el mantenimiento de la industria", dijo Carlos Rosado, presidente del organismo. En total, en España hay 24 film comissions, 8 autonómicas, 4 provinciales y 12 de ciudades.
Ahora que muchos productores prefieren Túnez, Marruecos o países de Europa del Este para sus exteriores, España intenta sacar pecho. Se habla, incluso, de incentivos fiscales para los cineastas que vengan aquí a rodar sus películas. La propuesta inicial habla de incentivos de un 20%, pero en Canadá es de 40%. Y aunque sólo 20% de los proyectos de rodaje llegan a buen puerto, España goza sin embargo de una nada despreciable trayectoria de filmes.
En Andalucía se han rodado escenas de títulos como Doctor Zhivago (1965), Indiana Jones y la última cruzada (1989), La muerte tenía un precio (1965) o Star Wars. El ataque de los clones (2002). Sin embargo, el atractivo venía de mucho antes. Durante los años sesenta y setenta, España recibió buena parte de las superproducciones internacionales. Sin embargo… ¿Por qué fue tan atractiva? La primera razón fue, sin duda, su increíble riqueza monumental, un factor que durante mucho tiempo inclinó la balanza a su favor. A eso se sumó, por supuesto, el bajo coste con respecto a otros países.
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El Castillo de Molina de Aragón en Guadalajara fue testigo de las investigaciones de Sean Connery en El nombre de la rosa. La ciudad de Soria y los campos de su alrededor sirvieron en cambio para recrear el mundo del Doctor Zhivago y también para que Orson Welles filmara Campanadas a Medianoche (1965). La historia de El Cid, protagonizada por Charlton Heston y Sofía Loren, se rodó en el Castillo de Belmonte en Cuenca, el de Manzanares el Real en Madrid, y las playas mediterráneas de Peñíscola en Castellón.
Clásicos como Lawrence de Arabia (1962) encontraron en el Parque Natural del Cabo de Gata, en Almería, y la Plaza de España de Sevilla algunos de sus escenarios. Eso sin contar el filón que encontró el spaghetti western el desierto de Tabernas, allí se rodaron películas como Por un puñado de dólares (1964), La muerte tenía un precio (1965) o El Bueno, el Feo y el Malo (1966), estas dos últimas protagonizadas por Clint Eastwood.
Otras películas más recientes también se han rodado en España. En la playa de Mónsul, en elCabo de Gata, Steven Spielberg filmó la escena de Indiana Jones y la última cruzada (1989) en la que Sean Connery espanta gaviotas con un paraguas para derribar un avión alemán. En El ataque de los clones, el segundo capítulo La Guerra de las Galaxias, la Plaza de España de Sevilla es el palacio de la reina Amidala situado en el planeta Naboo.
El Museo Guggenheim Bilbao sirvió de escenario a James Bond en El mundo nunca es suficiente (1999); en Muere otro día el agente británico se pierde por las calles de Cádiz. Dos de las grandes ciudades españolas, Madrid y Barcelona, acogen frecuentemente rodajes. En Barcelona, las calles del Barrio Gótico, la Plaza Real, el Pueblo Español y el parque del Laberinto de Horta ambientan sirvieron para la adaptación cinematográfica de El Perfume. Lugares emblemáticos de Madrid como la Plaza Mayor, la Gran Vía, el Círculo de Bellas Artes o el Paseo del Prado forman parte de producciones como The Tourist, interpretada por Ewan McGregor y Hugh Jackman, o El Ultimátum de Bourne, con Matt Damon. También Woody Allen incluyó a Oviedo en Vicky, Cristina, Barcelona y hasta Tom Cruise aterrizó en Sevilla para rodar la secuencia de un encierro de San Fermín.