Vance Joy, es un cantante y compositor australiano que parece sacado de la película High School Musical. No por su estilo musical, sino por su historia. Capitán del equipo fútbol de la escuela católica primaria y secundaria St. Kevin'sen el colegio y estudiante de abogacía decidió dejarlo todo para dedicarse a la música. Está decisión vino impulsada porque el cantante, al haber pasado del fútbol local a la VFLE, consideraba que había alcanzado su máxima meta en este deporte. Además, Joy siempre supo que su corazón estaba destinado para hacer música.
Vance Joy, de cantar en micros abiertos al éxito
Cuando su carrera musical comenzó a despegar James Gabriel Keogh quiso ponerse un nombre artístico para que su entorno entendiera que iba en serio en su carrera profesional como músico. Vance Joy fue el nombre que eligió haciendo honor a un personaje cómico del libro Bliss, del autor australiano Peter Carey. El cantante pensó que este seudónimo facilitaría que la gente recordara su nombre ya que tiene un apellido que es complicado de pronunciar.
En sus inicios, como muchos otros, comenzó tocando covers en los suburbios de Melbourne en distintos clubes, bares y cafeterías con su ukelele. Joy saltó al estrellato gracias a su segundo sencillo folk indie "Riptide", el cual triunfó en Australia y Reino Unido y terminó siendo un éxito mundial, llevándole a firmar con Atlantic Records. En el realiza una metáfora para describir la fuerza irresistible de la atracción hacia otra persona, así como las inseguridades y miedos que pueden surgir al iniciar una relación o al enfrentarse a cambios en la vida.
El estilo musical de Vance Joy , que a una temprana edad aprendió a tocar el piano y dio clases de música con el con el músico Chet Faker, se puede definir como folk-pop. Se caracteriza por su afán alegre a la vez que nostálgico. A pesar de que el artista aprendió a tocar la guitarra muy joven (a los catorce años), las melodías pegadizas de ukelele son las que caracterizan su música junto con su particular voz. Sus letras hablan sobre situaciones cotidianas de la vida, especialmente sobre el amor, que hacen al público empatizar directamente con sus vivencias.
Un viaje de las Noches del Botánico a Australia
El paso de Vance Joy por las Noches del Botánico fue toda una bocanada de verano con tintes festivaleros. Los globos flotaban por el aire, la ambientación se caracterizaba por representar los colores del cielo cuando el sol cae y el público, lleno de jubilo, bailó y entonó sus sus canciones al unísono una y otra vez mientras Joy disfrutaba junto a su banda inundando todo de una felicidad colectiva. Escuchar a Vance Joy es trasladarse directamente a una playa en Australia viendo el atardecer.
Armado con su guitarra y ukelele, que fue alternando a lo largo de la noche, comenzó el concierto con canciones como “Mess is Mine”, de índole más profunda, para pasar a hacer un recorrido por sus grandes hits y sorprendiendo al público con un cierre inesperado, la banda sonora universal del verano: ABBA. Esto despertó furor en el público que conocía a la perfección el tema del musical "Gimme! Gimme! Gimme! (A Man After Midnight)". Sólo una cosa podía dejar mejor sabor de boca en los espectadores para despedirse, cantar tema más esperado de la noche, "Riptide", poniendo el gran colofón final a la velada.