Esto es una feria; de arte contemporáneo, pero feria al fin y al cabo. Lo que no la exime de ostentar su propia noria, su tiro al blanco y su mujer barbuda. Para soportar el peregrinaje proponemos una guía cínica con cinco fáciles consejos que el lector podrá –o no– atender. Que no diga que no lo advertimos.
- Sin moralismos: el arte ha muerto y no pasa nada por bailar sobre su tumba. Si desde hace ya tiempo, antes de Walter Benjamin -allende el romanticismo que diría Woodsworth-, hablamos de la muerte del arte, esto no puede ser otra cosa que el entierro de la sardina, uno que dura 5 días: desde el 19 y hasta el 23 de febrero, las fechas en las que ARCO abre sus puertas. En sus pasillos es posible conseguir desde strippers en topless –las que colocará Yan Letto en la Galería T20– hasta un tàpies que a nadie hiere –acaso porque nadie, realmente, se detiene a observarlos–. El asunto, sea dicho, es simple: hay que vender y este año nadie quiere viandantes y curiosos apretándose en los pasillos. Algo así como un véndeme este bolígrafo, a lo Belfort. Por tanto no se extrañe si consigue más espectáculo que arte, pues de eso –en parte– se trata el asunto.
- Si lo que quiere es ver a Tita Thyssen o Carmen Lomana, vaya el jueves. Como buen sarao cultural, en ARCO –a veces– lo cultural queda colgado como un apéndice triste, un calcetín con agujeros. La inauguración de ARCO suele ser, por lo general, la pasarela de curiosos, un pase de la pseudo-fama y su fauna y en el que igual es posible encontrarse a los príncipes de Asturias, estoicos, escuchando a Juana de Aizpuru sin mucha atención, o a personajes como Carmen Lomana, Cayetano Rivera o el mismísimo Karanka, quien el año pasado parecía muy entretenido en el stand de la galería Marlborough. El pistoletazo de salida se dará el 19, pero la inuguración oficial será el jueves 20, a las 12.0 horas. Eso sí, hay que tener en cuenta una cosa: las visitas para profesionales serán los días 19 y 20. Si no es usted galerista, personaje público o simplemente no le han invitado, puede darse un paseo por las puertas de Ifema ese día, alrededor de las once, para ver con quién se topa.
- Eso lo hace mi hijo de tres años. Bien, si eso es lo que tranquiliza, adelante. Todo gesto cínico es útil cuando de sobrevivir al arte contemporáneo se trata. Eso sí. No se fíe de sus prejuicios, porque suelen ser falibles. Este año hay propuestas que prometen dejar a muchos en el sitio. Se trata de Atila. Sí, Atila, así se hace llamar la videoartista Eija-Liisa, quien llega a la feria como parte del programa fuerte del país invitado, Finlandia. Su obra, de una calidad cinematográfica que eclipsa, remueve constantemente el poso de ira que domina en las relaciones humanas. ¿Eso puede hacerlo también su hijo de tres años?
- No vaya por ahí perdido asintiendo, busque un mapa. No es una experiencia sencilla. Que el asunto es largo y complicado. No en vano la feria abarca dos pabellones, los 7 y 9, de Ifema. Por tanto: hágase con un mapa mínimo. Piense qué quiere ver y qué le interesa. Este año acuden a ARCO 219 galerías de 23 países. Sus propuestas y ubicación están descritas en la página oficial ARCO Madrid 2014. Este año existe el llamado formato Solo/Duo, que integra a 26 galerías del Programa General que exhiben tan sólo a uno o dos de sus artistas. A estas se suman las galerías de #SoloProjects y #FocusFinland, que también presentan un único artista en cada stand, hasta un total de 80. A esta selección se suman además las 13 galerías finlandesas invitadas.
- Si lo que le interesa son las fiestas pero no las galerías… De cumplirse esa regla, no juzgable pero sí un poco rara, de preferir los canapés a las conferencias –habrá excelentes jornadas con artistas y gestores culturales este año–, hay un par de citas que quizá te interesen, entre ellas la fiesta de los Premios Ron Barceló. Para ver y dejarse ver, recomendamos Espacio Comer. En los stands de illycaffè, Heineken, Magasand, Solán de Cabras, Lateral, Ramses, Vilaplana Catering y ArTÉ de Winsor & Newton,habrá presentaciones y saraos varios.