De este modo, el canal más fuerte del grupo pretende hacer un hueco en su programación al cine, el cual tenían bastante abandonado. De hecho, cuando se suprimió este espacio, Paolo Vasile alegó que el cine hacía descender la audiencia de la cadena y que las películas estaban hechas para ser disfrutadas en las salas. ¿Habrá cambiado de opinión?
‘Cine cinco estrellas’ tiene un nombre que recupera la esencia de aquel Telecinco primigenio de las Mamachicho y las Cacao Maravillao, y en el que igual que cada programa deportivo arrastraba la marcha ‘Pressing’ (Pressing catch, Pressing Boxeo, Pressing Fútbol…), había cine y hasta ‘Humor cinco estrellas’. De hecho, cuando empezó ‘Cine cinco estrellas’ el glamour de Hollywood quedaba más que lejos, pues se emitían títulos castizos -en la línea de aquel ‘Tetacinco’ -tales como Juana la loca… de vez en cuando, con Lola Flores como Isabel La Católica, o Cristobal Colón, de oficio descubridor, con Andrés Pajares como el genovés que se embarcó con los hermanos Pinzones en busca de las Américas.
El cine ya no tiene la presencia que tenía antaño en la televisión, en el que a altas horas de la noche se encadenaba una película tras otra, obligando a los más cinéfilos a programar el vídeo VHS para grabar tal o cual título, que por entonces sólo se podía ver alquilándola en un videoclub, y si tenían esa cinta con suerte.
Pese a todo, aún hay programas contenedores que bajo un título genérico programan éxitos generalmente recientes, tales como La película de la semana de Televisión Española los domingos por la noche, El peliculón que Antena 3 emite los fines de semana, El Blockbuster de Cuatro (ahora los jueves, antes los viernes) y El taquillazo de La Sexta; curiosamente, taquillazo es como se llama en España a lo que los angloparlantes llaman blockbuster. Originalidad en estado puro.
Cine veterano en la tele
De todos estos veteranos, El peliculón es el que mejor ha soportado el paso del tiempo. La marca lleva en la casa desde casi los orígenes de Antena 3, y el primer largometraje que se emitió, allá por 1993, fue Mi novia es una extraterrestre, que se pudo ver un jueves justo después de un nuevo capítulo de Farmacia de Guardia.
Mirando la parrilla de la programación, algo que cada vez se hace menos, se pueden encontrar otros vestigios de tiempos pasados, tales como el Sesión de tarde de Televisión Española, que los fines de semana trae alguna producción para toda la familia. Y también sigue en La 2 Versión Española, donde cada semana ofrece un título de lo más granado del cine patrio con alguna entrevista previa.
Y casi igual sucede con Cine de Barrio los sábados por la tarde, solo que allí el cine español que se puede disfrutar es más popular y añejo. De hecho, el proyectar películas como El taxi de los conflictos (1969) le ha valido algún disgusto a TVE, pues en ella un personaje recomendaba a otro que diese palizas a su mujer, y por ello la Defensora del Espectador, Elena Sánchez Caballero, instó al ente público a que “contextualizase” las películas.
Qué grande es el cine aunaba películas y tertulias de la mano de José Luis Garci.
Otro programa que también aunaba cine y tertulia son Qué grande es el cine, donde José Luis Garci fumaba y charlaba con colegas de profesión sobre la grandeza de Alfred Hitchcok, Luchino Visconti o Pedro Almodóvar, según se terciase. Y en Telecinco Concha García Campoy capitaneó La gran ilusión, dedicado también al cine español y donde un jovencísimo Amenábar presentó por primera vez en abierto su ópera prima Tesis.
Incluso la judoka Coral Bistuer debutó en televisión como presentadora en un espacio cinematográfico, Cinturón negro, donde se emitían películas de Bruce Lee y similares y en el que entrevistó a mitos del cine de acción como Chuck Norris.
Los aficionados al cine de terror esperaban al fin de semana para ver alguna cinta llena de vampiros, asesinos o espíritus en Alucine de La2 o en Noche de lobos en Antena 3 (marca que desapareció a finales de los noventa y que a inicios de la década siguiente tuvo un breve resurgir). Y los que quisiesen emociones subidas de tono tenían que ver a altas horas de la noche el cine erótico que Telecinco programó en un ciclo.
La lista de contenedores dedicados al cine sería inacabable (Tarde de acción, Cine de amor, Cine fiesta…), pero sin duda, por su rareza, merece la pena recordar aquel Polvo de Estrellas que tuvo a histriónico Carlos Pumares al frente. Y es que tal fue el interés que Antena 3 tuvo en impulsar aquel producto que hasta editó un juego de mesa en el que había que producir un largometraje, y para ello había que ganar tarjetas haciendo mímica o pruebas similares al Tabú. ¿Se imaginan un juego de Cine de barrio?