Es el monarca que ha fascinado por igual a actores como Laurence Oliver o al mismísimo Al Pacino. Pero esta vez será el veterano actor español Juan Diego quien deba traerlo a la vida. Se trata de Ricardo III, personaje que da título a la última obra de la tetralogía que William Shakespeare dedicó a la historia de Inglaterra y cuyos dilemas serán llevados al escenario del teatro Español en Madrid, en una versión de José Sanchís Sinisterra dirigida por Carlos Martín.
Aunque hay quienes aseguran que la actualización de los clásicos es peligrosa, hay otros que defiende que toca arriesgarse, justamente para acercar estos textos al público contemporáneo; y eso es lo que pretende Sanchís al plantear esta versión que lleva por título Sueños y visiones del rey Ricardo III la noche que precedió a la infausta batalla de Bosworth.
La obra ha alterado la estructura del texto original; es, dice Sanchís, una (per) versión.
La obra ha alterado la estructura del texto original y coloca como centro de la acción la escena tercera del quinto acto de la obra de Shakespeare. La intención es confeccionar una síntesis que permita llegar a la esencia de la tragedia: la derrota y la muerte de un ser acorralado por sus propias debilidades y conflictos.
Todo ocurre la víspera de la gran batalla de Bosworth, en la que Ricardo III habrá de morir. Un hombre consumido por la ambiciónn y el resentimiento –un conspirador nato que envidia a su hermano Eduardo e intenta quitarse del camino a quienes interfieren para quedarse él con el trono -, se prepara para la ofensiva en su tienda de campaña.
Según el propio Sanchís, esta “ (per)versión” de la tragedia shakespeariana propone, más que una reflexión sobre la ambición humana, una interrogación sobre eso que llamamos “conciencia, ese espejo interior, tan a menudo turbio, en cuyo azogue se reflejan y refractan los actos que nos definen ante el mundo y ante nosotros mismos”.
Ricardo III es un ser malformado, jorobado, oscuro, sombrío, ambicioso.
Ricardo III es el personaje perfecto para ese ejercicio: un ser malformado, jorobado, oscuro, sombrío, ambicioso. Alguien a quien sería posible mandar al infierno –es capaz de hacer cualquier cosa: asesinar, mentir, enturbiar- o al psiquiatra, acaso por las oscuras pulsiones que alimentan sus actos.
De ahí que el actor Juan Diego se proponga llevare a cabo un "exorcismo". Y lo hará en una especie de recorrido por los miedos y traumas de Ricardo III, quien atraviesa el mundo de los espectros en el que vive y al que el destino está a punto de enviarle de forma definitiva. Mientras examina la armadura -metáfora del propio fin- la conciencia se convierte en el altavoz de un hombre retratado en su perfil más débil.
Acompañan a Juan diego en este Sueños y visiones del rey Ricardo III los actores Juan Carlos Sánchez, Jorge Muñoz, José Hervás, Lara Grube, Ana Torrent, Anibal Soto, Oscar Nieto, Carlos Álvarez-Nóvoa, José Luis Santos, Asunción Balaguer y Terele Pávez.