Cultura

Consiga que un personaje literario lleve su nombre

Es una subasta poco usual: aquel que lo desee puede pujar para que su nombre aparezca en una novela de Ken Follet o Ian MacEwan. Con suerte, el próximo premio Booker podría llamarse como usted.

Leopold Bloom pudo llamarse Carlos Ruiz o Juan Calvo. ¿Por qué no? De haber existido esta iniciativa entonces, quizá hoy podríamos leer El gran Fernández de Scott Fiztgerald . El asunto es que ahora será posible que escritores como Ken Follet o Julian Barnes bauticen el personaje de su próxima novela con el nombre de cualquiera de nosotros, siempre –eso sí- que estemos dispuestos a pagar por ello.

La fundación médica Freedom from Torture, que trabaja para ayudar a víctimas de torturas, ha lanzado la iniciativa para conseguir dinero mediante una original puja en la que todo el que quiera puede optar al privilegio de que su nombre o el de un ser querido aparezca en la próxima novela de su autor favorito.

Margaret Atwood, Julian Barnes o Margaret Atwood ofertarán al mejor postor el nombre de alguno de los personajes de sus próximas novelas en una subasta benéfica el 20 de noviembre en Londres. Además, también participarán destacados escritores de actualidad, entre ellos Ian McEwan, Zadie Smith, Joanna Trollope, Martina Cole, Adam Foulds o Adam Mars-Jones.

Julian Barnes, uno de los autores más renombrados del momento, ha sido el primer escritor en poner a disposición el nombre de un personaje de su próxima obra, al que bautizará con el de una persona real que se imponga en la curiosa puja. La subasta será el próximo 20 de noviembre en la Royal Institution del Reino Unido. Además, para todos aquellos que no puedan asistir a la subasta pero quieran apoyarla, podrán realizar su oferta a través de internet.

Desde el año 2000, Freedom from Torture ha organizado varias subastas de este tipo. En ese tiempo ha ocurrido de todo. En la primera subasta recaudaron 25.000 libras. Al año siguiente, varios autores se negaron a ofrecer un personaje. Sin embargo, hicieron su aporte. Por ejemplo Ruth Rendell dijo a los organizadores que " odiaba " la idea de la subasta, sin embargo, donó 10,000 libras  y otros autores, entre ellos Martin Amis, se negaron a participar. Un nombre es algo crucial en una novela, como para cambiarlo.

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