Los números tienen de todo, menos de halagüeños. El horno no está para bollos y así lo demuestran algunas cifras: las que tocan los bolsillos de los españoles y las que se reflejan en el consumo, el de la vida cotidiana, el del día a día, pero también en los que tienen que ver con el consumo de cultura. Tan solo esta semana, en lo que a libros y música respecta, queda muy claro que si la reactivación del consumo está a la vista, bastante camino queda por recorrer hasta recuperarlo.
Rosalina Díaz Valcárcel, que acaba de ser reelegida presidenta de la Asociación de Editores de Madrid, ha comentado que a falta de los datos de facturación que se desprenden del Estudio de Comercio Interior que saldrán en primavera, las estimaciones, en virtud del informe Nielsen, son que las cifras de ventas de libros en 2013 se redujeron en un 13% respecto a 2012. Si a eso se suma que en los últimos cinco años, el mercado del libro se ha contraido en un 30%, el panorama se ocurece, y bastante.
También la venta de música mantiene la tendencia de bajada de los últimos doce años, con un descenso del 15 % en 2013. Por primera vez se "trunca" el despegue de los últimos años en el marcado digital, según informó este jueves la asociación de productores Promusicae. Los españoles se gastaron 119,8 millones de euros en música grabada frente a los más de 141 de 2012, han precisado los Productores de Música de España en un comunicado.
Un "descalabro", subrayan, que se prolonga en el sector desde que 2001 se cerrara con la cifra récord de 626 millones, por lo que desde entonces la contracción experimentada por la industria discográfica española "supera ya el 80%". Y, aunque esta tendencia hacía previsible en 2013 la bajada en las ventas de los soportes físicos -CD sobre todo-, la "sorpresa desagradable" se ha producido en el mercado digital, "donde el despegue de los últimos años se trunca" para comenzar a descender aunque sea ligeramente, un 0,35%.
Así, en el ámbito digital solo suben los servicios de streaming por suscripciones, que permiten escuchar música online sin necesidad de descarga, como Spotify, Deezer o Napster, que el año pasado supusieron un desembolso anual de 20,3 millones, un 9,4% más que en 2012.