Se define como liberal moderado, aunque ya sus juicios sobre el Islam de templados tienen más bien poco. Se trata del politólogo italiano Giovanni Sartori (Florencia, 1924), considerado por la crítica como uno de los máximos expertos en ciencia política. Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales (2005), entrega ahora a sus lectores La carrera hacia ninguna parte. Diez lecciones sobre nuestra sociedad en peligro, una especie de manual de supervivencia que se suma a su amplísima obra, en la que destacan Homo videns, La democracia en treinta lecciones y Qué es la democracia. Costará, y mucho, a los lectores, reponerse de un brote de pesimismo y desengaño en el discurso de los máximos pensadores. Como si la demolición europea se constatara en cada idea que se precipita en su pesimismo; los trozos de un edificio que se cae a pedazos.
Publicado por el sello Taurus, el nuevo libro de Sartori presenta una serie de preguntas en torno a diez temas determinantes de la actualidad: la crisis de la política, los borrosos límites entre la libertad y la dictadura, el choque cultural y de civilizaciones entre el islam y el cristianismo, la “guerra contra el terror”, el sistema electoral perfecto, la ola de inmigración y el derecho a la ciudadanía, así como la delicada cuestión de cuándo la vida biológica se convierte en verdaderamente humana. Carrera hacia ningún lugar recoge las desengañadas palabras de un pensador en quienes muchos identifican al gran sabio de la cultura política, quien señala en esta entrega el lento declive al que Europa parece abocada, justamente por no haber sabido salvaguardar los valores fundamentales de una sociedad realmente liberal-democrática. Lo dicho, un manual de reflexión pero también un libro de instrucciones que acompañe el harakiri a La Europea.
En estas páginas, Sartori decide ser el aguafiestas, y no le importa en lo más mínimo. En las palabras introductorias, asegura que este “cuadernillo” aparece “inspirado” por su “atávico espíritu de contradicción”. Algo de ello hay en su afirmación, porque intenta cumplirla cabalmente, folio a folio. Publicado en Italia en junio de 2015, a las puertas del Ferro agosto, Sartori aseguró que no le importaba fracasar en ventas si con ello podía demostrar que los libros serios no están proscritos para el verano. Que incluso con calor se puede pensar.
No queda títere con cabeza en el libro de Sartori, quien atiza por igual al fanatismo islámico como a quienes intentan frenar su avance. Entiende el mundo actual como una guerra inédita que califica como: terrorista, global, tecnológica y religiosa. Al respecto, sobre el laicismo y el enfrentamiento religioso, asegura: “Durante cerca de un milenio el cristianismo y el islam se enfrentaron y combatieron así, como dos religiones. Pero desde el siglo XVII, la res publica christiana se fue disolviendo y secularizando gradualmente, mientras que el islamismo siguió siendo una civilización teocrática”.
Pero al igual que atiza al Islam, lo hace con Europa. Asoma cuán ridículo considera el intento de algunos países europeos de construir muros para defenderse de los inmigrantes a la vez que critica la política de crecimiento de la UE, incapaz de proponer una política sobre inmigración coherente para sus propias dimensiones. Tampoco se trata de un baño con manguera, hay distinciones y matices: "La Unión Europea que hoy consta de 28 Estados está obviamente pasando por un mal momento, aunque es importante distinguir entre los países de Europa del Norte y los demás. Los primeros han sido acogedores e incluso un poco ilusos, dentro de lo posible; pero ahora están saturados y hasta decepcionados. La gran sorpresa ha sido que los musulmanes de tercera generación no solo no se han integrado, sino que son los más rebeldes, los más extranjeros".
Giovanni Sartori, nacido en Florencia (Italia), es una de las personalidades de mayor prestigio internacional en el ámbito del Derecho Constitucional y el estudio de la democracia representativa y las transformaciones en las sociedades abiertas, según FAES. Su trayectoria ha sido merecedora de distintos reconocimientos como el Premio Príncipe de Asturias de las Ciencias Sociales, la medalla al mérito cultural y educativo del presidente de la República italiana, el Comendador de la Orden de la Cruz del Sur, que otorga el presidente de Brasil, y la Gran Cruz de la Orden de Bernardo O'Higgins, entre otros.