Cultura

Gafas para los leones del Congreso como plan de lectura: ¿por qué cada desagravio agravia más a Cervantes?

Para la "Semana de Cervantes", el Congreso ha preparado un "extenso programa" de actividades que comenzó este lunes...

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Leer el Quijote es algo que deberían hacer -y más a menudo, por cierto-, los parlamentarios. De momento, comenzarán  a hacerlo los dos leones de bronce que adornan la escalinata del Congreso de los Diputados. Sí: desde este lunes, Daoiz y Velarde, "leerán" de forma simbólica El Quijote como parte de la conmemoración del el 400 aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes". Ataviados con unas gafas, los felinos darán cuenta de la obra más importante del escritor.  Hubo quienes llegaron a pensar que se trataba de una broma, acaso por lo poco sustancioso de la medida en un país en el que casi la mitad de sus habitantes no ha leído el clásico cervantino.

Homenaje...

Para la Semana de Cervantes, el Congreso ha preparado un extenso programa de actividades, entre los que destaca una exposición, conferencias y un concierto de música clásica en el hemiciclo, para rendir homenaje al genio de Alcalá de Henares (Madrid). Así lo han informado este lunes el presidente del Congreso, Patxi López, y el presidente de la Comisión de Cultura, Toni Cantó, de los actos organizados por la Cámara Baja para conmemorar el IV centenario de la muerte de Cervantes. Durante toda la semana, la fachada del Palacio de la Carrera de San Jerónimo lucirá unas banderolas verticales con motivos del escritor.

En el edificio de ampliación del Congreso de los Diputados estará disponible durante toda la semana una exposición, a la que se podrá acceder por la puerta de la calle Cedaceros, con diversos objetos, publicaciones y documentos de Cervantes que han sido conservados por el Archivo y la Biblioteca de la Cámara. Los actos continuarán el miércoles 20 cuando, tras finalizar el pleno, los diputados y diputadas acudirán a la estatua de Cervantes situada en la plaza de las Cortes, frente a la puerta de los leones, para hacer una ofrenda floral.

El miércoles se celebrará en el hemiciclo un concierto del Burleske de Quixotte, de George Phillipp Telemann, en el que se incluirán breves actuaciones del espectáculo La Cervantina que el grupo Ron Lalá ha coproducido con la Compañía Nacional de Teatro Clásico. El asunto promete, justamente por el sitio donde será representado...A través de la selección y tratamiento del texto clásico, los de Ron Lalá consiguen hacer espejo de lo que pasa en la calle –Bankia, Blesa, Rato, Urdangarin- iluminándolo con el genio cervantino. Personajes de hace cuatro siglos viven todavía entre nosotros y no como espectros: el ladrón sigue siendo ladrón, y el pícaro, pícaro; el corrupto, corrupto y el necio, necio.  Este espectáculo se complementará con la lectura de textos de Cervantes por los actores José María Pou y José Luis Gómez y además tendrá lugar una breve actuación del cantante Miguel Poveda inspirada en la obra del Quijote. La totalidad de este acto será retransmitido por Radio Nacional de España en Radio 5.

Cada gesto de desagravio es peor...

Los huesos. Los famosos huesos cuya búsqueda emprendió el Ayuntamiento de Madrid y que aparecieron, a su manera: no había forma de certificar que fuesen de Cervantes.  Pero es no fue lo más grave. En la placa conmemorativa del monumento a Cervantes que inauguró la alcaldesa Ana Botella, había un error en el epitafio elegido. "El tiempo es breve, las ansias crecen, las esperanzas menguan, y, con todo esto, llevo la vida sobre el deseo que tengo de vivir".  El texto, que pertenece a Los trabajos de Persiles y Sigismunda. En el momnuemnto sin embargo apareció mal citado, la alcaldesa inaiguró  Segismunda con 'e', en lugar de Sigismunda con 'i' latina.

El gesto de las gafas para los leones incurre en el mismo principio: la concepción del Quijote no como lectura, sino como aquelarre de títeres o espectáculo escolar. Por ejemplo, unos 600 kilos de pasta de mazapán y 500 horas de trabajo se han empleado en la elaboración del Quijote de Mazapán más grande del mundo, con el que la ciudad de Toledo aspira a batir el récord Guinness, el próximo 23 de abril, fecha de la muerte de Miguel de Cervantes hace 400 años.
 Ese será el "pistoletazo de salida". Una forma amarga -a pesar del empalago- de resistirse a la lectura de una obra que permanece ignorada.

Hay quienes piensan, como Andrés Trapiello, que lo ocurrido con Cervantes es una muestra más del desinterés y la desidia con la que España ha tratado a sus mayores genios. Después de siglos extraviados, los huesos de Miguel de Cervantes comenzaron a importar en 2015. Acaso como atracción turística. Hubo autores como Arturo Pérez- Reverte que vieron en aquello una farsa vergozonsa o el mismísimo Juan Goytisolo, quien en su discurso al recibir el Premio Cervantes atizó a unos y otros. Criticó el "empecinamiento" de las autoridades en desenterrar "los pobres huesos" del escritor y "comercializarlos tal vez de cara al turismo como santas reliquias fabricadas probablemente en China".

Acaso porque la entonces alcaldesa de Madrid confiaba en el poder de los huesos como amuleto para aumentar el turismo en la ciudad, Ana Botella respaldó la búsqueda que llevó a cabo un  grupo  grupo de técnicos, forenses y antropólogos en el el madrileño Convento de Las Trinitarias. Harían historia, aseguró. Y en efecto puede que así fuese: pasaron a la historia como  los primeros en resolver un enigma de este tipo sin prueba de ADN que permitiera contrastar la identidad de la osamenta.

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