Seis meses después de la publicación del inédito Ve y pon un centinela (Harper Collins Ibérica), la escritora estadounidense Harper Lee vuelve a acaparar titulares, esta vez por la noticia de su muerte, a los 89 años de edad. La escritora, que ganó el Premio Pullitzer en 1961 por el clásico Matar un ruiseñor, falleció este viernes, según han confirmado fuentes de su entorno en Monroeville (Alabama), ciudad en la que nació y en la que residía desde hace años.
Muere amargamente Harper Lee. 55 años de silencio transcurrieron entre Matar un ruiseñor y la publicación de Ve y pon un centinela, cuya lectura cosechó enormes críticas negativas
55 años de silencio transcurrieron entre Matar un ruiseñor y la publicación de Ve y pon un centinela, cuya lectura cosechó enormes críticas negativas e incluso una desafección general a causa del inesperado racismo de Atticus Finch, el abogado protagonista de Matar un ruiseñor y que defiende a un hombre negro acusado de violar a una mujer blanca en el sur de Estados Unidos durante los años 30. Para algunos más realista, aunque con menos destrezas y sutilezas literarias, la Harper Lee de este libro luce mucho más directa en sus ideas sobre la segregación que reflejó en Matar un ruiseñor, en 1960.
Las palabras clave de este libro son decadencia, pudrición y corrupción. Atticus Finch, el hombre viudo, padre de dos niños (Scout y Jem) y abogado defensor de la igualdad, aparece en Ve y pon un centinela como un hombre envilecido. Finch experimenta lo que para algunos lectores ha sido una irritante y asombrosa transformación: se vuelve racista, simpatiza con el Ku Klux Klan y se opone a los intentos de la Corte Suprema de imponer derechos de igualdad y educación.
Autora de un solo libro, aquejada por el síndrome Salinger
Cuando en la primavera de 1957, Harper Lee, entonces una aspirante a novelista de 31 años, entregó a su agente Ve y pon un centinela, el manuscrito cayó en manos de Teresa von Hohoff Torrey, una editora independiente con mucha experiencia, que vio en el libro un diamante en bruto. "La chispa de una verdadera escritora brillaba en todas las líneas", dijo. Sin embargo cuanto más leía el texto, más se convencía Hohoff de que no era, en modo alguno, un texto apto para ser publicado. Se trataba más de una “serie de anécdotas que de una novela totalmente concebida." Durante los siguientes dos años, la editora asesoró a Harper Lee para convertir ese proyecto en una novela en su acabada y que retituló Matar a un ruiseñor.
Hasta la publicación de este inédito, todos repetían que Harper Lee era autora de un solo libro. Ella, al igual que J. D. Salinger, tampoco condecía entrevistas y vivía retirada en su casa.
Cronológicamente, Ve y pon un centinela sería, aunque fue escrita primero, una 'segunda parte' de Matar un ruiseñor. De ahí que algunos aseguraran que Ve y pon un centinela fuese la versión 1.0 de un manuscrito que terminaría convirtiéndose en el 2.0, es decir, en Matar un ruiseñor, que Harper Lee editó y trabajó. Hasta la publicación de este inédito, todos repetían que Harper Lee era autora de un solo libro. Ella, al igual que J. D. Salinger, tampoco condecía entrevistas y vivía retirada en su casa. Eso, aun y a pesar de la fama que le confirió la adaptación que hizo Robert Mulligan en una memorable película galardonada con tres premios Óscar en 1963.
La publicación de este inédito, ante tan avanzada edad y el pasmoso silencio de años, llevó a muchos a preguntarse quién se beneficiaba de esto y porqué. Se tejieron muchas hipótesis: las mermadas facultades de Lee, el interés de un especialista en libros antiguos, el silencio deliberado de una agente. Una versión publicada por The New York Times apuntaba a que la fecha del hallazgo había ocurrido no en 2015 sino en 2011, cuando un experto en libros antiguos de la casa Sotheby’s dio con un texto que parecía una versión preliminar de Matar un ruiseñor. Habría sido Alicia Lee, hermana de la escritora, quien posiblemente autorizó la publicación.