El apartado de cultura casi nunca pasa de diez folios en los programas electorales. Es el eslabón más débil, por no decir una de las áreas peor atendidas en lo que a diagnósticos y propuestas de gobierno respecta. Faltando apenas unas semanas para las elecciones, un repaso a los proyectos de gobierno en materia de cultura formulados por los principales partidos demuestra la falta de perspectiva al identificar cuáles son los problemas más urgentes del sector y las medidas idóneas para instrumentar las soluciones. El debate siempre se libra en un territorio arenoso, que se hunde entre el paternalismo, la caspa y la incompresión.
Podemos, PP, Ciudadanos y PSOE coinciden en una misma medida: crear un Estatuto del Artista
¿Qué aspectos de la política cultural han apuntado los partidos? ¿En qué coinciden y en qué se contradicen? ¿Se repiten las mismas ideas en partidos ideológicamente opuestos? La respuesta a todas las preguntas es sí. Hay coincidencias obvias entre todos: la reducción del IVA Cultural –excepto el PP, todos plantean esta reivindicación, la más fuerte del sector-; la creación de un Consejo de la Cultura –una propuesta que comparten el PSOE e Izquierda Unida- o todavía más curiosa -porque la defienden desde los liberales hasta los socialdemócratas- es la insistencia en la creación de un Estatuto del Artista, una propuesta que incluyen en sus programas el PSOE, PP, Podemos y Ciudadanos.
Un elemento mucho más delicado une la retórica electoral en torno a la cultura: la concepción de ésta como escaparate, entendiéndola no como un motor asociado a la educación, sino como una especie de sucedáneo de la Marca España que tanto promovieron los populares. Esa postura, que busca endosar a la cultura “una utilidad” –como si en sí misma no lo fuese- persiste en casi todos los programas, excepto en el de Podemos, que suele tener una concepción más ideologizada y que entiende la cultura como un extensión del ejercicio militante de la política. El problema, en lo que a cultura respecta, apunta un hecho: el debate es más profundo del que está dandose. Ni la cultura pertenece del todo al Estado-su naturaleza indepedniente se lo impide-, ni es lo suficientemente apreciada por los ciudadanos como un bien común, que atañe a todos. La suya es una orfandad casi total.
Todos los programas arrastran carencias importantes en temas de Patrimonio, Propiedad Intelectual y Mecenazgo
Todos los programas arrastran carencias importantes en temas de Propiedad Intelectual y Mecenazgo, dos materias en las que los populares han tenido actuaciones pobres y decepcionantes y que ninguno de sus adversarios políticos ha sabido identificar y corregir, ni siquiera como mera arma de guerra electoral. La memoria y el Patrimonio Nacional son los grandes ignorados en la mayoría de las propuestas, que apenas sobrevuelan la Ley de Patrimonio sin aludir a las graves carencias que en esta materia existen.
- La Cultura del PSOE, tan ambiciosa… que hasta parece de utilería. Aunque se deje ver en la alfombra roja de Los Goya y se rasgue las vestiduras a último minuto con el IVA Cultural –que en cinco años no dijo nada, de nada-, el discurso de Pedro Sánchez en materia cultural suena a utilería, tanto como este programa electoral. Entre sus propuestas están: la creación de un Ministerio de Cultura; la bajada inmediata del IVA cultural al tipo reducido del 10%; un modelo de financiación del cine que –además de la restitución de 100 millones en los presupuestos- idea un sorteo de Lotería para financiar el cine; la creación de un Consejo de la Cultura como enlace entre creadores, industria y administración y la aprobación de un Estatuto del Artista, donde se abordarán desde jubilación a enfermedades profesionales. El PSOE promete una Estrategia para el Desarrollo de las Industrias Culturales, la aprobación de una Ley de Participación Social y Mecenazgo, así como la Reforma de la Ley de Propiedad Intelectual. Sobre este tema sí merece la pena destacar la propuesta de una exención a los municipios con menos de 50.000 habitantes de pagar el canon bibliotecario. Su acercamiento a la cultura es paternalista y poco creativo. Un rosario de promesas cuyo cumplimiento, además de remoto, luce aparcable.
- PP… con no prometer parece suficiente. En las elecciones de 2011, tres fueron las promesas de los populares en asuntos culturales. La primera, una Ley de Mecenazgo; la segunda, una reforma en condiciones de la Ley de Propiedad Intelectual y finalmente el fomento del español como mascarón de proa de eso que les ha dado por llamar Marca España. Cabe destacar que ninguna de las tres llegó a buen puerto. Así que… ambiciones las justas en este programa. Con los cuatro años de maltrato al sector cultural les ha bastado como para no proponer ni siquiera una enmienda a su inacción y desinterés. En este programa llevan 27 propuestas, todas ellas cenizas y de las que vale la pena rescatar ejemplos como éste, que ilustran la desafección de los populares por lo cultural: "Mantendremos el tipo súper reducido del 4% a los libros y revistas”, aseguran en el punto 19. Que lo obvio y lo justo se venda como propuesta resulta sencillamente sorprendente. Dentro de esos 27 apuntes, el PP propone dos asuntos llamativos: la creación de un Estatuto del Artista, así como la presentación de una Ley de Economía Creativa que apueste por las Industrias Culturales y Creativas “como industrias innovadoras”. El Cervantes y el español entendidos como marca presiden la mayoría de las propuestas.
- Ciudadanos, el mejor programa con diferencia. La formación política encabezada por Albert Rivera aprueba con notable en lo que a Cultura respecta. Han hecho los deberes y se nota. El de Ciudadanos es, con diferencia, el programa electoral más completo en lo que a cultura respecta, entre otras cosas, porque aborda y comprende la estrecha relación entre la educación y la producción cultural. En los aspectos concretos destacan: una bajada del IVA Cultural; una batería de medidas en temas de Propiedad Intelectual, desde la modificación de la Ley, pasando por los cambios en la copia privada, la modificación de las estrategias de la comisión de Propiedad Intelectual en la lucha contra la piratería así como la creación de juzgados especializados en la protección de la propiedad intelectual ligada a las nuevas tecnologías. En los sectores Danza, Música y Teatro tienen un detallado programa –excesivo, a veces, pues hasta señalan la normativa de los conservatorios-, al igual que sus proyectos relacionados con el mundo del libro: un ambicioso Plan de Fomento de la Lectura y apoyo a las Bibliotecas. Plantean una reforma en la gestión del Instituto Cervantes además de un plan de Patrocinios, la aprobación de una Ley de Mecenazgo –cuya promulgación, aseguran, no eximirá al Estado de promover la cultura- además de un Estatuto de la Cultura que incluya a los trabajadores del sector.
- La Cultura de Podemos. Las promesas electorales de Podemos en materia cultural incluyen: la creación de un fondo para la financiación de la Cultura y de un Estatuto del Artista que regule la situación de los profesionales del sector; una bajada del IVA al tipo reducido; la creación de un Ministerio de Cultura y Comunicación; una Asamblea de Profesionales de la Cultura y un Observatorio Ciudadano de la Cultura con capacidad decisoria en las políticas culturales. En el tema Patrimonio, Podemos tiene una postura más agresiva que los otros partidos. "Limitar la apropiación del espacio público y el patrimonio edificado por iniciativas privadas y marcas comerciales con fines puramente mercantiles o publicitarios", aseguran en el documento La Cultura que Podemos. Plantean además, recuperar aquellos espacios públicos en desuso para destinarlos a fines culturales. Sus propuestas en temas de Propiedad Intelectual son casi las mismas que el PSOE y Ciudadanos en lo que a canon respecta. En el caso de las entidades de gestión son bastante más intervencionistas.
- Izquierda Unida: IVA, Propiedad Intelectual y trabajadores del sector. Tres son las propuestas más claras de Izquierda Unida, las mismas del programa electoral de las municipales: un IVA único para la cultura del 4%; una legislación de Propiedad Intelectual que contemple muchas más actores y partes involucradas, así como las condiciones de trabajo en el sector. IU fue la única agrupación que se ha reefrido expresamente a la situación laboral de las industrias culturales en España.
- Las propuestas culturales de UPyD: pocas, pero concretas. La formación con la que Andrés Herzog entra en la carrera por la presidencia de Gobierno presenta muy pocas propuestas, pero todas ellas centradas en un análisis pertinente en lo que a Propiedad Intelectual respecta. Piden una nueva "que devuelva el control de sus derechos tanto a los creadores como a los usuarios, dejando de criminalizar el aprovechamiento de nuevas tecnologías y volviendo a priorizar los derechos fundamentales". Proponen incentivar y flexibilizar el mercado de patentes y licencias, para evitar "la concentración industrial excesiva de los derechos en manos de oligopolios y grandes corporaciones". En lo que al IVA respecta, plantean un tipo del 4% (superreducido) para el libro electrónico y del 10% para el resto de las actividades culturales. Tres apuntes de política cultural son especialmente lúcidas: la revisión de los incentivos fiscales al cine; la eliminación de la duplicidad de las subvenciones y ayudas a las industrias culturales, así como la integración del Instituto Cervantes en el Ministerio de Cultura.