El Día del Libro, sobre todo, consiste en celebrar el placer de la lectura. Además, conviene hacerlo de la manera más pública posible, como Sant Jordi en Cataluña, la Noche de los Libros en la Comunidad de Madrid y decenas de pequeñas ferias en toda la geografía española. Desde Vozpópuli, contribuimos pidiendo a las principales firmas de la sección de Cultura que nos recomienden algún texto que les haya estimulado especialmente. El resultado es una selección tan suculenta como heterodoxa:
La mirada quieta, de Mario Vargas Llosa (Alfaguara)
Recomendado por Mariona Gumpert
“Últimamente recomiendo como lectura ágil y muy entretenida Los episodios nacionales de Benito Pérez Galdós. Antes de descubrirlos me sonaban a clásico infumable que todo el mundo cita pero nadie lee. Yo lo hice porque huno un verano en el que Trafalgar, el primero de los episodios, era lo único que tenía a mano: fue un grandísimo hallazgo. Ahora Mario Vargas Llosa acaba de publicar un ensayo en el que repasa la obra de Galdós: nunca hubo mejor momento para leer a uno de los novelistas más brillantes de los que escriben en español”.
El burro flautista, de Enrique García-Máiquez (Comares)
Recomendado por Julio Llorente
“Se trata de textos costumbristas en los que se concitan un talento literario desbordante , el humor irónico y la profundidad intelectual. También destacan por una mirada inocente sobre la realidad. Creo que este libro es la prueba más evidente de que Enrique, con sus mirada limpia sobre lo que le rodea, combinado con sus sentido del humor, merece que le consideremos nuestro Chesterton”.
Las ciudades, de Andrés María García Cuevas
Recomendado por Irene Domínguez
Una novedad literaria de este año es un poeta joven de Murcia, del año 1999, que ha ganado un accesit del último premio Adonáis (además, justo ayer estuvo leyendo unos poemas en el Instituto Cervantes de Alcalá de Henares, por la inauguración de una exposición que acaban de organizar sobre el premio). Es su primer libro, antes era completamente inédito, sólo tenía publicado un cuadernillo de poemas llamado Más allá del principio, que fue en parte el germen de esta obra. El libro tiene poemas ambientados en varias ciudades (Madrid, Zaragoza, Buenos Aires, etcétera) y está dividido en dos partes: La ciudad encendida, que trata el tema de la amistad y el amor, y La ciudad arrasada, sobre la ausencia y muerte en relación con la familia (para mi gusto es la mejor parte de todo el poemario sin duda). Lo recomiendo especialmente porque me llama mucho la atención el cuidado de su poesía y una madurez que sorprende para un primer libro, y que pueda combinarlo con referencias en las citas (donde se encuentran tan pronto poetas consagradísimos como César Vallejo como frases de canciones del rapero Zatu, o la Maravillosa Orquesta del Alcohol y Lágrimas de Sangre). Le da un toque bastante urbano y mucha frescura.
Las otras niñas, de Santiago Díaz (Reservoir Books)
Recomendado por Carlos H. Vázquez
El escritor y guionista madrileño Santiago Díaz retoma a la inspectora Indira Ramos después de El buen padre (Reservoir Books, 2021) para resolver esta vez el crimen de las niñas de Alcasser. El ritmo ágil de la historia -gracias a los capítulos cortos- consigue que la lectura mantenga la atención del lector gracias también a una escritura tan visual como adictiva. Por otro lado, la evolución argumental de algunos de los personajes que ya aparecían en el título anterior, le añade valor a esta nueva entrega, entrelazando la vida personal de los protagonistas con el delicado caso que ahora se trata. Si Las otras niñas es igual o superior a El buen padre, ya es cosa de quienes se metan en esta historia, pero desde luego es una narración de altos vuelos.
Duval ha escrito una novela que no dura más de dos días en la mesilla de noche; es difícil encontrar a algún lector a quien haya dejado indiferente
Crónicas de la América Profunda, Joe Bageant (Libros del Lince)
Recomendado por Julio Tovar
En 2008, mucho antes de que nadie conociera el concepto de 'España vacía', ni mucho menos ganara Donald Trump apelando a ese estadounidense abandonado, se publicó aquí el libro de Crónicas de la América Profunda. Escrito por el periodista sureño Joe Bageant, describía con crudeza y humor muy poco correcto la paupérrima circunstancia del 'Estados Unidos vacío'. Este 'continente oculto' para neoyorquinos y angelinos vivía su extinción entre subvenciones, y adicciones llegando a sufrir una sátira maliciosa en la serie de televisión Roseanne.
Muerto el periodista por cáncer en 2012, solo el reportero vigués Alfonso Armada -que conoció a Bageant- vindicó este libro como absolutamente “profético”. Ahí, en esas páginas inadvertidas -que debemos en castellano al buen hacer de la editora Los libros del lince- está todo lo que ocurre en el occidente actual: la identidad como dogma de las elites urbanas (los entrañables señoritos de Manhattan y New Yorker), el olvido clasista de las zonas rurales (que llegó incluso a personaje de Los Simpson con Cletus) y el desprecio mutuo entre esos estamentos. De esa desconfianza, de ese odio saturnino de clase, surgirán górgonas como Trump y Le Pen.
Madrid será la tumba, de Elizabeth Duval (Lengua de Trapo)
Recomendado por Iago Moreno
“Una historia de amor gay entre un militante neonazi y un activista de Lavapiés supone, a todas luces, una provocación que la república de Twitter no podía admitir. Sin embargo Elizabeth Duval, con sus dejes houellebequianos y su creatividad torrencial, no sólo ha sabido ganarse la bula de sus lectores progresistas sino que ha cautivado a autores en sus antípodas políticas como el tradicionalista Juan Manuel de Prada. Madrid será la tumba es una novela fugaz que no dura más de dos días en la mesilla de noche pero es difícil encontrar a algún lector a quien haya dejado indiferente. Leerla, además, es la mejor forma de desenmarañar a la Duval de las portadas posando con ropa chic de la joven que está demostrando que hay vida inteligente más allá de la boomercado. Un primer paso para conocer a una generación zoomer que ya demanda por méritos propios ser algo más que una cuota o una casa de fieras”.
Las ciudades de Andrés María García Cuevas
Recomendado por Irene Domínguez
Es una novedad literaria de este año de un poeta de Murcia joven, del año 1999, que ha ganado un accesit del último premio Adonáis (además, justo el martes estuvo leyendo unos poemas en el Instituto Cervantes de Alcalá de Henares, por la inauguración de una exposición que acaban de organizar sobre el premio). Es su primer libro, antes era completamente inédito, sólo tenía publicado un cuadernillo de poemas llamado Más allá del principio, que fue en parte el germen de este libro. El textito tiene poemas ambientados en varias ciudades (Madrid, Zaragoza, Buenos Aires, etc) y está dividido en dos partes: La ciudad encendida, que trata el tema de la amistad y el amor, y La ciudad arrasada, sobre la ausencia y muerte en relación con la familia (para mi gusto es la mejor parte de todo el poemario sin duda). Y te lo recomiendo especialmente porque me llama mucho la atención el cuidado de su poesía y una madurez que sorprende para un primer libro, y que pueda combinarlo con referencias en las citas (donde se encuentran tan pronto poetas consagradísimos como César Vallejo como frases de canciones del rapero Zatu, o la Maravillosa Orquesta del Alcohol o Lágrimas de Sangre). Cosa que le da un toque bastante urbano y le da mucha frescura
Los usos del alfabetismo, de Richard Hoggart (Capitán Swing)
Recomendado por Víctor Lenore
Estamos ante un clásico del análisis cultural, escrito en 1957 pero plenamente vigente, por eso hay que celebrar la oportuna reedición de Capitán Swing. “Un poco de caviar para los esnobs y paletadas de basura para las masas”, así describí Hoggart la oferta cultura del Reino Unido a mediados del siglo XX. Se podría aplicar perfectamente a la oferta actual en España. Pero la cultura no puede reducirse a una eslogan, ya que los pobres han aprendido a hacer cosas valiosas con pocos medios y a aprovechar lo poco que se deja de la ponzoña que les ofrecen los medios. Solemos menospreciar a las personas que consumen Mediaset, bailan flamenquito y leen novelas románticas, pero Hoggart nos demuestra que los contenidos culturales nunca se asumen acríticamente, sino que se procesan y adaptan según la experiencia y circunstancias sociales. El problema, casi siempre, es la imposición de un mercado oligopólico, manejado por unas élites de la industria cultural que se niegan a ofrecer contenidos sustanciales.