Cultura

Einstein, Heisenberg, Ramón y Cajal... Los grandes científicos son religiosos y los cientificistas ateos

Algunos científicos sostienen que alguien o algo ha puesto en marcha el universo con un fin

  • Plano corto de La Tierra girando sobre el Sol. -

Afirmar que los grandes científicos de la historia son ateos o agnósticos es un clásico de las fake news, porque en realidad, en una amplia mayoría de los casos, ocurre lo contrario: Albert Einstein, Arturo Compton, Louis de Broglie, Kurt Gödel, George Lemaitre, David Berlinski, Wernher von Braun, Gregor Mendel, Francis Collins, Werner Heisenberg, Louis Pasteur, Jhon Barrow, Tulane Frank Tripler, Richard Smalley, Freeman Dyson, Ramón y Cajal, John Eccles... son científicos teístas, creen en Dios. ¿Cuál es la explicación? La tiene el mencionado Werner Heisenberg, el famoso físico que estableció el principio de incertidumbre, cuando dijo: «El primer trago del vaso de las ciencias naturales te convertirá en ateo, pero al fondo del vaso, Dios está esperándote».

Recientemente han sido publicados dos libros que van por este camino. Dios -La ciencia, Las pruebas escrito por Michel–Yves Bolloré y Olivier Bonnassies, un bestseller en Francia. Y Nuevas evidencias científicas de la existencia de Dios de José Carlos González-Hurtado que está ya, en menos de un año, en su 3ª edición en España. 

La tesis de estos libros redunda en la idea de Heisenberg, cuanto más se profundiza en la explicación de cómo funciona nuestro mundo, más claro queda que no es fruto del azar. Reduciendo a unas pocas líneas, se puede decir que la ciencia cada vez tiene más claro que el universo está en expansión, tiene un tamaño mayor del pensado, una cantidad de masa concreta ya medida, un principio y un fin, un tiempo finito y un principio antrópico que condiciona el orden del universo, para que pueda haber vida humana. Lo cual lleva a muchos a concluir que alguien o algo ha puesto en marcha el universo con un fin. En este artículo entraremos en la cuestión.

El físico Albert Einstein.

Lotería todos los días

Desde 2010, gracias al satélite WMAP, sabemos que la edad del universo  es de 13.750 millones de años. Está compuesto por un 5% de materia visible, un 23% de materia oscura y un 72% de energía oscura. La materia visible tiene una masa de 1053 kg.  Que la Tierra exista tal y como la vemos, es decir como un planeta donde hay vida humana, en el que usted está leyendo este artículo tranquilamente en su móvil, portátil o tablet, con sus circunstancias personales, es  altamente improbable que suceda, a menos que el universo esté diseñado para que sea posible nuestra existencia.  

Esta probabilidad, la de que el universo se muestre tal y como lo vemos, ha sido calculada por José Carlos González-Hurtado con este sencillo desarrollo.  Sabemos que todo comenzó hace 13750 millones de años. Si lo multiplicamos por 365, sabremos los días que tiene el universo. A su vez si lo multiplicamos por 24 sabremos las horas. Si lo seguimos multiplicando por 60, dos veces, sabremos los segundos. Si lo multiplicamos por 1043 (el mínimo de tiempo de Planck) lo reducimos al mínimo de unidades de tiempo y lo multiplicamos por 1053 Kg, que es la masa existente en el universo observable y seguidamente lo multiplicamos por 108, para reducirlo al mínimo posible de unidades de masa, el resultado es aproximadamente 10120. ¿Cómo interpretar este número? ¿Cómo hacer entendible esta cifra a nivel concreto o práctico? ¿Qué supone?

Para ejemplificar gráficamente este número estadístico, González-Hurtado nos muestra en su libro la historia imposible de la lotería. Nos cuenta de una manera sencilla, como este mundo en el que vivimos es tan impensable como si nos tocara la lotería en el día de hoy. Pero ahí no queda la suerte, porque la volvemos a echar mañana y nos vuelve a tocar. Pasado mañana volvemos a repetir la operación y vuelve a suceder lo mismo. Y así todos los días de nuestra vida. Y aunque viajemos por todo el mundo nos sigue tocando la lotería. Y probamos otros juegos de azar y seguimos acertando.  Después de este proceso tan absurdo e imposible es difícil pensar que la Tierra funciona por puro azar. Concluiríamos que alguien está haciendo trampas para que esto sea posible. Dicho de otra manera, todo indica que tiene un diseño con un fin concreto. Es decir, no es sostenible nuestro mundo a menos que haya unas leyes que lo rijan, que permitan que desarrollemos nuestra vida en libertad. Por eso paradójicamente dice González-Hurtado: «Se necesita mucha fe para creer en el azar como responsable de la creación».

¿Qué es el principio antrópico? 

El Principio Antrópico viene a explicar que los parámetros que configuran el universo tiene un ajuste fino para que “suene bien la melodía del universo”, en el que se dan múltiples circunstancias que permiten la vida humana, algo que fruto del azar es altamente improbable, por lo que alguien ha “trucado la lotería” a nuestro favor. 

Al científico australiano Brandon Carter, se le atribuye haber usado por primera vez el uso de este término. Su explicación viene del siguiente cálculo: «una reducción de un 2% en la fuerza nuclear fuerte (...) haría imposible la formación de elementos más pesados que el hidrógeno. Por otro lado, si la fuerza nuclear fuerte fuera sólo un 2% mayor de lo que es entonces todo el hidrógeno habría sido convertido en helio y elementos pesados desde el principio dejando al universo sin agua y sin combustible a largo plazo para las estrellas». Por lo que vivimos en un equilibrio estable del que no somos conscientes la gran mayoría del tiempo de nuestra vida.

Paul Davies, físico inglés, plantea algo parecido, cuando explica que la relación entre la constante gravitacional, la fuerza nuclear débil y la cosmológica tiene un ajuste fino que permite una armonía. Si fueran diferentes sus valores en sólo una parte entre 1050, la estructura quedaría modificada y no existiría un universo antrópico.

Estos son algunos de los argumentos que se muestran en estos dos libros, por lo que merecen la pena ser leídos ambos y sacar nuestras propias conclusiones. Una cuestión que nos podemos preguntar para terminar, entonces… ¿Quiénes son muchas veces los ateos en el mundo científico? La respuesta a la que podemos llegar es que, en gran medida, son personas de una clase social acomodada que es cientifista e ideologizada. Ya que un científico no utiliza la ciencia, investiga y trata de explicar el funcionamiento del universo y se rinde ante las evidencias… El universo por puro azar no puede funcionar.

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