Cultura

'Esperando a Dalí': el verano que Ferrán Adrià cocinó para el genio del surrealismo

David Pujol dirige 'Esperando a Dalí', un cuento estival que imagina el encuentro entre el artista de Figueres y un prometedor cocinero

No es Ferrán Adriá, pero sí su alter ego y esta historia bien podría haber sido real. El cineasta David Pujol dirigió en 2009 una serie documental sobre el nacimiento del restaurante elBulli, en 1963, y cómo el cocinero se puso a los mandos en 1984. Unos años después, en 2018, dirigió un exhaustivo documental sobre Salvador Dalí y su musa, Gala, así que era cuestión de poco tiempo que Esperando a Dalí, una deliciosa ucronía veraniega que llega este viernes a los cines, se hiciera realidad.

La estrategia de David Pujol ha sido la de contar una verdad a medias y poner la realidad al servicio de la ficción para imaginar una historia ficticia en la que Jules, el excéntrico dueño de un restaurante, Fernando, el prometedor chef que trabaja para él, y su hermano, Alberto, trabajan sin descanso para convertir a Salvador Dalí en uno de los comensales de su terraza, situada a apenas a unos metros de distancia de su casa.

"Fue inevitable pensar qué habría sentido Dalí, que era un gran gourmet y un amante de la cocina, si se hubiera sentado en la cocina de elBulli"David Pujol, director de cine

"Surgió la chispa durante el rodaje de ambos documentales transitando en este territorio, filmando esos paisajes, y fue inevitable pensar qué habría sentido Dalí, que era un gran gourmet y un amante de la cocina, si se hubiera sentado en la cocina de elBulli", cuenta a Vozpópuli David Pujol, que debutó en la ficción audiovisual en 2001 con la cinta de terror La biblia negra y que ahora cambia de registro para adentrarse en la comedia.

Pujol, que se convirtió casi en un experto en el artista catalán tras rodar Salvador Dalí, en busca de la inmortalidad, está convencido de que al genio del surrealismo "le habría fascinado esta nueva manera de entender la gastronomía" y afirma que este encuentro imaginario habría sido posible porque "eran prácticamente vecinos". "En línea recta no hay más de diez kilómetros de distancia", agrega.

Además, no esconde que su protagonista está inspirado en el famoso cocinero catalán que, además, es el asesor culinario de la película en todas las recetas y platos innovadores que aparecen, pero no solo el prestigioso chef, sino que Alberto es el alter ego de su hermano Albert Adrià mientras que Jules es el de Juli Soler, el socio de Ferrán. "Esos tres personajes están inspirados en la realidad y he picado en cada uno de esos aspectos que evidentemente están caricaturizados. Me resultaba más sencillo tomar esos personajes y trasladarlos a los años 70 para que pudieran ser contemporáneos de Dalí", cuenta Pujol.

Además de estos cocineros, el director de Esperando a Dalí también retrata de manera fiel al chófer del artista, Arturo Caminada, su "hombre de confianza". "Le acompañaba a todos los sitios, le conseguía lo que necesitaba Dalí para pintar y se ocupaba de la casa en invierno. Junto a Rosita, la cocinera, que también es un personaje real, al igual que lo es el entorno y la casa", apunta el director, que presentó esta película en la pasada edición del Festival de Málaga.

'Esperando a Dalí': Cadaqués, 1974

La acción de esta película está ambientada en Cadaqués en el año 1974, apenas un año antes de la muerte de Franco, por lo que la combinación de elementos es tan jugosa como uno pueda imaginar: hippies extranjeros, una pareja de la Guardia Civil preocupada por mantener el orden, cocineros en busca de la receta perfecta y las excentricidades de uno de los artistas españoles más famosos del mundo.

Para que las piezas de esta comedia encajasen a la perfección y para encontrar el clima de ruido y enredo perfecto, David Pujol buscó un contexto en el que los personajes caminaran en direcciones dispares. Por un lado, señala que en los últimos días del franquismo "hubo muchas salidas a la calle por parte de la gente joven que tenía ansias de poder decir las cosas con una cierta libertad". "Esas famosas cargas policiales en las calles al estilo de mayo del 68 era el contexto ideal porque refleja un país que está en un momento de tránsito", señala.

"Dalí estaba en un momento de popularidad increíble y la gente llegaba para verle desde todas partes del mundo, como si fuera una especie de peregrinaje, y congregó a muchos artistas y a mucha gente de la cultura"David Pujol, director de cine

Asimismo, destaca que "Dalí estaba en un momento de popularidad increíble y la gente llegaba para verle desde todas partes del mundo, como si fuera una especie de peregrinaje, y congregó a muchos artistas y a mucha gente de la cultura". Al mismo tiempo, en ese contexto de revolución se instalan los dos hermanos cocineros: uno de una forma "silenciosa e introspectiva", porque está "a punto de hacer una revolución en el mundo de la gastronomía sin saberlo", y el otro porque "forma parte de esa revolución en las calles, aunque tampoco sabe muy bien qué es lo que está buscando y sale a gritar porque todos lo hacen".

No falta la iglesia, su sacerdote y la Guardia Civil, así como los primeros turistas llegados de países como Suecia o Noruega, "gente más liberada" que viajaba a Cadaqués "atraída por la estela de Dalí" y, con ellos, "los primeros topless en las playas". "Eso chocaba frontalmente contra la moral de la Guardia Civil, que tenía que poner un poco de orden, y esas cosas de la pistola ocurrieron, de vez en cuando amenazaba a la gente que estaba en las playas", señala el director de Esperando a Dalí.

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