A Salamanca luces no le faltan. En ella está emplazada la tercera universidad más antigua de Europa y en sus claustros se gestaron debates que en ultramar encontraron un nuevo continente. Pero a veces hacen falta otros focos para iluminar lo importante. Por eso, en estos días sube el voltaje. Se trata del Festival Luz y Vanguardias, que este año alcanza su cuarta edición y que hasta el domingo 16 de junio inunda los pasajes y plazas de la ciudad con distintas intervenciones de luz sobre los monumentos más importantes: desde su plaza Mayor hasta la universidad.
Durante cuatro noches visitantes y salmantinos encontrarán en las calles de la ciudad obras de artistas consagrados, creaciones de artistas del ámbito del videomapping y propuestas artísticas y documentales desarrolladas por jóvenes creadores de las universidades salmantinas. Todo ello en diálogo con edificios y lugares cargados de historia y que forman parte del patrimonio de la Humanidad.
El Festival, que está concebido como un acontecimiento cultural y festivo, se divide en cuatro apartados: seis intervenciones artísticas; la sección de concurso, con propuestas a cargo de los estudiantes; un programa de Jóvenes Creadores y el apartado +Luz, que involucra a los principales espacios artísticos de Salamanca con propuestas estéticas y culturales que abarcan desde las opciones más alternativas hasta otras más convencionales, y que abren la puerta a una ciudad cuya belleza se recibe luz al tiempo que la irradia.
Dos escenarios acogerán las obras site specific creadas para Salamanca por los artistas invitados en esta edición. El reconocido creador multimedia y Premio Nacional de Fotografía, José Manuel Ballester, presentará la propuesta Kayapó sobre el río Tormes, a su paso por el puente de Enrique Estevan. Kayapó representa el devenir de la civilización encarnado en la corriente del río y busca llamar la atención sobre los grandes retos que tiene que afrontar nuestra sociedad para disfrutar de un planeta sostenible.
Javier Riera, cuya obra se caracteriza por la intervención de la arquitectura y la naturaleza con creaciones luminosas, transformará el exterior de la Catedral Nueva con su propuesta Hacer leve la tierra, una obra que habla de la desaparición de más de la mitad de la avifauna de Europa en las últimas tres décadas y la consecuente pérdida de una dimensión metafórica de nuestra experiencia del mundo.
A Salamanca luces no le faltan, pero en ocasiones es necesario realzarla, recuperarla o propiciarla. De ahí la importancia de este acontecimiento impulsado y organizado por el Ayuntamiento de la ciudad, Iberdrola y Estudio de Comunicación y que resignifica las calles de esta ciudad Patrimonio de la Humanidad. La experiencia pasa de ser puramente estética para hacerse política, ya que cada instalación propicia la reunión de los salmantinos con su ciudad.
