El Festival de Cine Europeo de Sevilla se ha convertido en su 17 edición en un oasis dentro de la segunda ola de coronavirus que vive el país y, a pesar de las restricciones y las limitaciones, y también de la amenaza constante ante un posible confinamiento, el certamen sigue adelante con la misión de servir de apoyo a la industria cinematográfica en el momento más delicado para la cultura.
José Luis Cienfuegos, director de este certamen desde 2012, defiende la resistencia del festival como una declaración de intenciones y desde la militancia. "Los festivales de cine han de ser presentados en sala de cine y han de contar con la celebración de cineastas", señala a Vozpópuli con la misma rotundidad y cautela con la que meses atrás habló el director del Festival de San Sebastián, José Luis Rebordinos, sobre la celebración de la 68 edición ante la adversidad.
El festival cuenta en esta edición con 150 títulos, 28 estrenos mundiales y 72 premieres nacionales. Tal y como ha anunciado esta semana la organización, a pocos días de que dé comienzo el festival, la Academia de Cine acogerá proyecciones y presentaciones de las películas españolas de la Sección Oficial, y acogerá jornadas de promoción de otros títulos de producción española cuyos equipos no han podido viajar a Sevilla debido a las restricciones de movilidad en el contexto de la pandemia.
De este modo, en Madrid se podrán ver 'Karen', la mirada de la cineasta María Pérez Sanz a los últimos tiempos en África de la escritora Karen Blixen, a quien interpreta Christina Rosenvinge; 'La vida era eso', producción en la que David Martín de los Santos narra la amistad entre dos españolas de distintas generaciones que emigraron a Bélgica, con Petra Martínez y Anna Castillo como protagonistas; y 'El año del descubrimiento', en la que Luis López Carrasco plantea un juego de espejos entre ayer y hoy con el foco puesto en la celebración de las Olimpiadas de Barcelona y de la Expo de Sevilla.
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"Es un mensaje de apoyo y solidaridad hacia la industria del cine, de la distribución y la exhibición, y va en consonancia con la campaña del Ministerio de Cultura de que los cines y los festivales son un lugar seguro, como se ha demostrado en Málaga, en San Sebastián, en Sitges y ahora en Seminci", ha destacado Cienfuegos.
En cuanto al panorama internacional, la segunda ola de covid-19 amenaza con mantener en el tiempo los efectos devastadores de la pandemia y arrastrar las mejores intenciones de un sector que intenta improvisar y adaptarse a las circunstancias con la mejor precisión, teniendo en cuenta las dificultades que supone organizar un evento de estas características.
Hace apenas unos días finalizó la edición simbólica del Festival de Cannes, certamen que decidió cancelar su edición de 2020 y que ya prepara un plan de contingencia ante un recrudecimiento de la pandemia en 2021, tal y como ha señalado su director, Thierry Fremaux. ¿Y si finalmente el festival más prestigioso del mundo no se celebra? ¿Aguantará la industria y, especialmente, el cine de autor, huérfano ante la ausencia de su mayor escaparate y también su principal defensor? No hay que olvidar que su Palma de Oro en 2019, 'Parásitos', de Bong Joon-ho, fue la gran galardonada en la pasada edición de los Oscar, donde recibió los premios a la mejor película, mejor dirección mejor guion original.
"Cannes es decisivo para todos y lo está siendo este año. Hemos vivido el mercado de manera diferente, algunas de las películas que presentamos en Sevilla se han visionado durante el mercado de Cannes y va a seguir siendo una referencia, desarrolle el modelo que desarrolle. Si hay un festival con una militancia absolutamente radical de lo que es la sala de cine es Cannes y su director, Thierry Fremaux", ha dicho Cienfuegos.
¿Qué va a ocurrir con los nuevos públicos que se han acostumbrado a ver películas fuera de las salas comerciales y que chocan con la forma tradicional de organizar los festivales?"
En este sentido, y respecto a la reivindicación de las salas de cine como templo y refugio, el director del Festival de Sevilla, que fue responsable del Festival de Cine de Gijón, entre 1995 y 2012, está convencido de que la situación va a cambiar "radicalmente" el circuito de exhibición porque entra en juego un elemento que no se ha tenido en cuenta en los últimos años y que quizás esta pandemia ha acelerado: "¿Qué va a ocurrir con los nuevos públicos que se han acostumbrado a ver películas fuera de las salas comerciales y que chocan con la forma tradicional de organizar los festivales?". Según advierte Cienfuegos, habrá que "trabajar mucho y cambiar los modelos de ayuda pública, y no va a ser fácil".