El asunto viene de lejos. En el año 2015, la Fiscalía se querelló contra el escritor superventas barcelonés Ildefonso Falcones, acusado de defraudar entre 2009 y 2011 un total de 1,4 millones de euros al transmitir los derechos de autor de sus obras, como La Catedral del Mar, a sociedades radicadas fuera de España. Tres años después, la fiscalía de Barcelona ha pedido condena de nueve años de prisión para el escritor y abogado.
En marzo de 2016 la titular del juzgado de instrucción número 25 de Barcelona archivó la causa contra Falcones, su mujer Maria Carmen Rosich y su hermano Rafael Maria Falcones al considerar que no habían cometido un fraude contra la Agencia Tributaria porque había transmitido sus derechos de autor antes de sus éxitos editoriales.
Sin embargo, en septiembre del mismo año, la Audiencia de Barcelona, ordenó reabrir la investigación después de que la Fiscalía y la Agencia Tributaria presentaran un recurso contra la decisión de la magistrada de archivar la causa. A su parecer, los documentos hallados en la investigación confirmaban que Falcones utilizó “sociedades pantalla” en diferentes estados, algunos paraísos fiscales, para ocultar que era el titular de sus obras.
En ese momento Ildefonso Falcones se desvinculó de cualquier supuesto entramado y aseguró que desconocía que las sociedades estuvieran radicadas en países con un sistema de tributación favorable. Defendió estar al día en el pago de impuestos a la Hacienda española y negó que hubiese ocultado parte de los beneficios de sus obras al fisco cediéndoselos al entramado radicado en el extranjero.
La catedral del mar en República Dominicana
La querella que presentó la Fiscalía en 2015 aseguraba que Falcones transmitió en noviembre de 2004 al Bufete Falcones SL los derechos económicos sobre la obra que le dio la popularidad, La Catedral del Mar. Un año después, Bufete Falcones SL transmitió a la sociedad Inversiones Neagh SA, con sede en República Dominicana, el 80% de los derechos económicos sobre la obra, por 60.929 euros. Poco después, la mercantil Índice Empresarial SL, de la que era administrador y socio mayoritario el hermano del escritor, encargó a Falcones la elaboración de diez obras literarias a cambio de una remuneración de 36.000 euros anuales, mientras la sociedad se quedaba con el 80% de los derechos económicos de las mismas.
Según la Fiscalía, Índice Empresarial compró, en enero de 2006, el 70% de los derechos que había adquirido Inversiones Neagh, por 250.660 euros. Además, la cotitular de los derechos de autor de las ediciones en lengua castellana y en catalana era la sociedad irlandesa Kurmon LTD, mientras que la titular de los derechos de autor para las ediciones extranjeras era la mercantil chipriota Erensia Trade & Invest LTD, sociedades todas ellas controladas por Falcones, su esposa y su hermano, según el ministerio público.