François Ozon es uno de los nombres más habituales en el Festival de San Sebastián, donde en 2012 ganó la Concha de Oro por su película En la casa. Recientemente, presentó en el certamen donostiarra Peter von Kant, una adaptación libre de Las amargas lágrimas de Petra von Kant (1972), del cineasta alemán Reiner Werner Fassbinder, de quien se siente heredero artístico.
En este filme, el francés abandona el mundo de la moda y decide cambiarlo por el universo del cine, y convertir al género masculino a los tres personajes principales. Peter von Kant, que da título a la cinta, es un director de éxito que vive con su asistente Karl, al que maltrata y humilla. Gracias a la actriz Sidonie, conoce y se enamora de Amir, un apuesto joven de origen modesto, a quien ofrece compartir su casa y apoyarle para entrar en el mundo del cine. La película está protagonizada por Denis Ménochet (a quien pronto se verá en As bestas, de Sorogoyen) y cuenta en el reparto con Hanna Schygulla, con quien Fassbinder trabajó en el filme original.
En su versión del filme, el director galo cambia el género de la protagonista y, en general, de todos los personajes femeninos porque, según señaló en un encuentro con varios medios de comunicación -entre ellos, Vozpópuli-, "no se trataba de hacer un remake" de una película que, a su juicio, es "maravillosa". "Me pareció desde siempre que Fassbinder hablaba de sí mismo, y tuve la confirmación por parte de la montadora de sus últimas películas de que así era, que de lo que hablaba era de la relación es que tuvo con un actor que se llama Günther Kaufmann, lo que me dio pie a cambiar de género", explica.
Tal y como cuenta, además de una profunda admiración por la película de Fassbinder, lo que le interesaba realmente a François Ozon era "mostrar lo que ocurre en la actualidad" en relación al año en el que se rodó el filme original, de 1972, es decir, medio siglo después del "Me Too y de Harvey Weinstein", así como "la relación de poder que se instala en los rodajes y esa jerarquía tremenda que existe".
El hecho de que el hombre sea como sea no significa que uno deba dejar de mirar la obra. Lo que hay que hacer es contextualizar, ver dónde, cuándo y cómo se hizo esa obra", señala François Ozon
Las adicciones y los contrastes que existen entre la vida y la obra son algunos de los temas de esta película. En este sentido, y preguntado por aquellos artistas brillantes pero con conductas reprochables, François Ozon cree que "el hecho de que el hombre sea como sea no significa que uno deba dejar de mirar la obra". "Lo que hay que hacer es contextualizar, ver dónde, cuándo y cómo se hizo esa obra.
"El hecho de que Picasso tratara fatal a sus mujeres es una cosa y eso no significa que vayamos a dejar de ver la obra de Picasso, pero si la contextualizamos quizás entenderemos por qué las pintaba así, qué transmitía. Lo que sí me parece terrible es que se borre la obra de una persona, sea quien sea, por su forma de ser. No vas a romper una estatua, prohibir que se lean los libros o que se vea una película", opina.
A su juicio, "una cosa no implica la otra". "Conozco a directores que hacen películas políticas muy comprometidas, de izquierdas, que están con la gente oprimida y que luego en su vida privada se comportan como pequeños tiranos de ultraderecha", recalca.
François Ozon, director prolífico
En cuanto a la configuración psicológica de Peter von Kant, el amor y la pasión le nutre y le sustenta al mismo tiempo que le enferma y le convierte en un ser despiadado y cruel, lo que entronca con el concepto de relaciones tóxicas al que tanto se recurre en los últimos tiempos. "Más que amor yo diría que es una pasión devoradora lo que siente Peter. La pasión implica posesión, y cuando te apasionas por alguien realmente quieres poseer, quieres que sea tuyo. Sin embargo, el amor es algo muy diferente, acepta a la persona tal y como es", opina.
La inspiración no es el problema sino el deseo, las ganas. Porque historias hay en todas partes", afirma el director
Para referirse a su actividad tan prolífica, François Ozon, en cambio, prefiere hablar del deseo como motor creativo. "La inspiración no es el problema sino el deseo, las ganas. Porque historias hay en todas partes. Me cuentas tu vida, tu vida con tu marido, y de ahí saco una película. Pero lo importante son las ganas de contar la buena historia", afirma el director que presentará su nuevo trabajo a comienzos de 2023.
En el momento en el que se realizó esta entrevista, Jean-Luc Godard acababa de morir apenas unos días antes. Para el director francés, su nombre se podría equiparar en el cine a la relevancia de Picasso en el arte. "Inventó el cine, deconstruyó el cine, se atrevió a hacer cosas que nadie se atrevía a hacer, mostró otra faceta del cine", resume François Ozon. Sin embargo, matiza que personalmente se siente "más cercano" dentro de la nouvelle vague a nombres como Claude Chabrol, François Truffaut o Éric Rohmer, que contaban con "más narrativa dentro de sus historias".