Cultura

CONSPIRACIONES

De los Illuminati a "los pájaros no existen", cuando la conspiración pasa del meme a la creencia real

Nacidas en entornos satíricos, varias teorías de la conspiración cobraron vida propia y se convirtieron en creencia para millones de personas

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Fotograma de la película 'Señales', en la que los personajes se ponen un gorro de papel de aluminio "anti lectura de mentes".

Miles de jóvenes en Estados Unidos llevan saliendo a las calles desde 2018 para denunciar que “los pájaros no existen”. En el mes de mayo, el movimiento pajaronegacionista llegó a Barcelona y celebró la primera manifestación en la que se podían leer carteles con lemas como “Pajas, sí; Pájaros, no”, “Los pájaros nos fumigan” o “AVE: Aparato Volador de Espionaje”. Esta última es la base de la teoría: los pájaros se extinguieron hace décadas pero la inteligencia estadounidense los sustituyó por aparatos de videovigilancia, una especie de drones que descansan en el tendido eléctrico para cargar sus baterías, y que cuando se posan unas encima de otras intercambian información. Todo lo que acaba de leer forma parte de una teoría conspirativa satírica que pretende ridiculizar la mentalidad conspiranoica, y la mayoría de sus seguidores acuden a las marchas y publican en redes estas chaladuras de una forma sarcástica. Lo realmente interesante sería poder conocer cuántas personas en el mundo han terminado creyendo la teoría de los pájaros falsos desde que se creó en 2018. 

Una vez que el creador de la teoría salió a los medios de comunicación a explicar su plan, muchos se sentirían avergonzados por haber apoyado semejante chifladura, pero como ha sucedido con otras conspiraciones, otros tantos imaginarían otra enrevesada idea para no aceptar la realidad: ¿Estará siendo amenazado por los servicios de inteligencia?

La pérdida del paródico contexto inicial podría hacer que dentro de un tiempo alguien rescate esta conspiración y genere un movimiento que realmente crea que los pájaros son robots. Ya lo hemos visto en algunas de las teorías más extravagantes e influyentes de los últimos años como la del ‘Pizzagate’ y Qanon. Ambas nacieron en foros que en un origen eran de humor pero que terminaron siendo el lugar de reunión de la extrema derecha estadounidense. ¿Cuántos de los primeros lectores de la teoría del Pizzagate realmente creyeron en la trama de explotación de menores dirigida por miembros del Partido Demócrata? Nunca lo sabremos, pero años más tarde y después de que políticos y algunos medios de información dieran pábulo a estas locuras, un hombre de 28 años irrumpió en una pizzería con un arma para liberar a las supuestas víctimas de explotación. En el caso de Qanon, varios de sus miembros terminaron asaltando el Capitolio, completamente convencidos de que a Donald Trump le habían robado las elecciones.

Los illuminati

En el mundo de los foros de internet hay tantas capas de sarcasmo acumulado en un entorno autorreferencial que, sin el debido contexto, dichas teorías están a un click de llegar ‘al mundo real’ y que alguien las termine creyendo. 

No es un fenómeno exclusivo de la potencialidad viralizadora de internet. Antes de que las redes se llenaran de pirámides con ojos, ‘los iluminados de Baviera’ ya eran un fenómeno en publicaciones y programas de misterio. Su origen como una especie de dueños del mundo también proviene de una publicación satírica, en concreto, de un artículo del verano de 1969 en la revista ‘The East Village Other’, como explica Noel Ceballos en el último número de ‘Minerva’.
“En el contexto de 1969 todo el mundo entendía que se trataba de una sátira. Sin embargo, dos décadas después, esas páginas empezaron a circular descontextualizadas y muchos teóricos de la conspiración se creyeron que los Illuminati de Baviera controlaban este entramado de sociedades secretas que movían los hilos entre bambalinas para crear un nuevo orden mundial, y consideraron el artículo un texto legítimo y real”, que en 2022 publicó El pensamiento conspiranoico, donde rastreaba el origen de algunas de las teorías más conocidas.

Cómo enfrentarse a un conspiranoico 

Puede que se la haya pasado del rádar por la multiplicidad de vías de entretenimiento, pero junto la Eurocopa, uno de los contenidos más vistos de este fin de semana ha sido un debate entre ciencia y conspiración. Organizado en The Wild Project, el podcast más escuchado de España, en este momento el debate roza los 4 millones de visitas solo en Youtube. 

En un lado de la mesa estaba Javier Santaolalla, ingeniero y doctor en física de partículas, que trabajó en el CERN y abandonó la investigación para volcarse en la divulgación de Ciencia cuando esta era esta poco más que pequeñas charlas en bares. Pero llegó YouTube y el resto de plataformas audiovisuales y demostraron que la ciencia podía llegar al gran público, ahora en su canal de YouTube acumula 3,8 millones de suscriptores y en TikTok se acerca a los 5 millones. A su lado Rocío Vidal, periodista especializada en desmontar bulos científicos y combatir la pseudociencia en su canal La Gata de Schrödinger, que ahora cuenta con 795.000 suscriptores. Enfrente ‘Rimbel’ y ‘Mr, Tartaria’ con otros tantos miles de seguidores por difundir teorías conspiranoicas por internet como que la Tierra es plana.

Los highlights del debate se centraron en varios cruces entre Santaolalla y “Mr. Tartaria” entre los que destaca el momento en el que pizarra en mano, la parte conspiranoica reformula la ecuación más famosa de Einstein (E = mc², donde E es la energía, m es la masa y c es la velocidad de la luz en el vacío). Tartaria introdujo una “H”, argumentando que era "el movimiento energético del electrón al núcleo" pero que no sabía exactamente a qué se refería. "Si tú le preguntas a Faraday o a Tesla no estarían muy contentos con esa fórmula. Lo que nos cuentan los datos que a mí me llegan (no como experto que no lo soy), es que Tesla conocía la pieza que le falta", comenzó en su perorata ante, recordemos, un doctor en física de partículas que ha investigado para uno de los mayores centros de ciencia del mundo.

En una interesante charla posterior con el presentador del programa, el youtuber Jordi Wild, Santaolalla explicó por qué había decidido aceptar un debate en estas condiciones y la importancia de estar siempre en medios y no ridiculizar al adversario. Durante el debate, Vidal y Santaolalla se mostraron extremadamente respetuosos y pacientes ante personas que decían que el Imperio Romano había nacido en Kiev, que existieron razas de gigantes o que iban a demostrar en directo cómo una persona se transformaba en león. 

El físico explicó que muchas veces desde la Academia se critica estos debates como una forma de darle altavoz al negacionismo, un altavoz que como el contador de visitas de sus videos demuestra, ya poseen.

La revista de 1969 que revitalizó a los Illuminati o los foros que crearon el Pizzagate ya están siendo sustituidos por videos de un minuto que dicen que la Tierra es plana o que el 5G controlará nuestra voluntad. Se puede ignorarlos y que sigan acumulando millones de visitas o sentarse frente a ellos y, con rigor y educación, desmontarles el chiringuito. Santaolalla y Vidal hicieron lo segundo y vencieron, venció la Ciencia.

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  • S
    Susanam

    Que los hombres más ricos sean judíos sionistas es casualidad...

  • R
    rastapopoulos

    Una técnica habitual en los medios es mezclar churras con merinas y colar informaciones falsas (cuanto más chorrescas, mejor), haciendo un "totum revolutum" que confunde al lector. Por ejemplo, hablar de que no existen los pájaros y seguidamente dejar caer que los que "asaltaron" (cosa harto difícil, dadas las medidas de seguridad) el Capitolio estaban dirigidos por Trump. Sin irnos tan lejos, aquí tenemos un caso espectacular -el 11M-, en el que los que no creen la disparatada versión oficial son tachados de "conspiranoicos" por los mismos medios que difundieron la teoría del atentado islamista. Resumiendo: para leer la prensa hay que ir con pies de plomo, informarse también por medios "no oficiales" y saber distinguir el grano de la paja. En fin...