El pensador, escritor, diplomático y resistente francoalemán Stéphane Hessel, autor del popular manifiesto "Indignaos", falleció hoy a los 95 años, informó su esposa a medios locales franceses. Nacido en Berlín en 1917 y refugiado en Francia durante la Segunda Guerra Mundial, Hessel fue capturado por la Gestapo y pasó por los campos de concentración de Buchenwald y Dora-Mittelbau.
Tras el final de la contienda participó en la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948. Pero su fama mundial llegó de la mano de "Indignaos", un manifiesto político publicado en Francia en 2010 y que, en palabras del autor, "exhorta a los jóvenes a indignarse", informa Efe.
Un manifiesto por la resistencia
"Este libro ha transformado totalmente mi vida. Yo era un pequeño diplomático jubilado que llevaba una vida tranquila y ahora no puedo pasearme por París sin que alguien me pare en la calle para darme las gracias. Es maravilloso", afirmaba el autor hace unos meses. En apenas 32 páginas, Hessel hizo todo un llamamiento a la resistencia de la población que inspiró movimientos de protesta en todo el mundo, entre ellos, el de los "Indignados" de España.
Publicado por una pequeña editorial de Montpellier, en el sur de Francia, sin apenas promoción mediática, el libro se convirtió en un gran éxito de ventas, con casi un millón de ejemplares en apenas diez semanas. El libro traspasó fronteras, ha sido traducido a una treintena de lenguas y se han vendido unos cuatro millones de ejemplares en un centenar de países.
Hessel estaba promocionando un nuevo libro para indignados en Italia, donde tuvo que ser repatriado por su delicada salud
A partir de ese éxito editorial, Hessel se convirtió en un referente de la izquierda, muy crítico con las políticas llevadas a cabo en occidente, en particular en lo referente a la acogida de inmigrantes o las políticas sociales. A partir del éxito de "Indignaos" escribió otros libros que también tuvieron buena acogida. La promoción de uno de ellos, "À nous de jouer", un "llamamiento a los indignados de este planeta", le había llevado a Italia, desde donde tuvo que ser repatriado hace unos días por un problema de salud que, finalmente, le ha costado la vida.