Veinte mil euros: es la cantidad que puede terminar pagando el historiador y filólogo Luciano Canfora por sus insultos contra Meloni, pronunciados el pasado 11 de abril. Aquel día, en el instituto Enrico Fermi de Bari, durante una conferencia sobre la invasión de Ucrania, el académico dijo que la futura primera ministra era "una pobrecita", "neonazi en el alma" y "una mentecata muy peligrosa". Tendrá que responder por ello ante el juez Pascuale Santoro el próximo 7 de octubre.
Un juicio por tres insultos puede parecer un exceso, además de un atentado contra la libertad de expresión, pero en el caso de Meloni llueve sobre mojado, ya que denigrarla es un deporte habitual para la izquierda transalpina. Hace medio año, tuvo que preguntar en público al sindicalista Mauricio Landini (CGIL) qué opinaba de los calificativos que le dedicaban algunos militantes, entre ellos el de "puta". Landini condenó esas vejaciones “violentas y sexistas, que no forman parte de la cultura y la práctica de mi organización", tras asegurar que no conocía a los protagonistas del video que Meloni compartió en sus redes.
En febrero de 2021, el mundo de la política ya había apoyado a la líder italiana después de que un profesor de la universidad de Siena, Giovanni Giozzini, catedrático de Historia, la insultase en el programa radiofónico Bene bene male male. "Solidaridad con Giorgia Meloni objeto de violencia verbal inaceptable", ha dicho la presidenta del Senado, Maria Elisabetta Alberti Casellati. "Los insultos dirigidos a Giorgia Meloni son intolerables e inaceptables. Un lenguaje brutal como el que se usó para atacar a la presidenta de Fratellide Italia debe ser rechazado. Mi solidaridad", afirmó por su parte el presidente de la Cámara de los Diputados, Roberto Fico. Incluso Laura Castellati, del Movimiento 5 Estrellas, salió en su defensa. El profesor Giozzini se vio obligado a disculparse.
Un rockero contra Meloni
Las estellas de rock tampoco se libran de esta fiebre. El cantante Brian Molko, del grupo rock británico Placebo, aprovechó el festival Stupinigi Sonic Park (Turín) del pasado julio para despacharse a gusto. El músico llamó "fascista" y "nazi" a Meloni ante 5000 seguidores, muchos de ellos con un móvil donde grabaron el momento. Tras meditar la situación, Meloni decidió demandarle. Ese mismo mes el canciller italiano, Antonio Tajani, se vio obligado a cancelar un viaje a Francia tras las "ofensas" a Meloni del ministro del Interior, Gérald Darmanin, quien afirmó que la jefa de gobierno era "incapaz de resolver los problemas migratorios". Estas fueron las palabras de Tajani: “No iré a París para la reunión prevista con la ministra Colonna. Los insultos al Gobierno y a Italia proferidos por el ministro Gérald Darmanin son inaceptables. Este no es el espíritu con el que deben abordarse los retos europeos comunes", tuiteó tras anular su viaje la capital francesa para una reunión oficial.
En 2022 Meloni inició acciones legales por “difamación criminal agravada” contra los editores del periódico Domani. La cabecera afirmó que la líder conservadora había intentado ayudar a un diputado de su propio partido a conseguir un contrato gubernamental para adquirir mascarillas durante la pandemia de la covid-19. Meloni rechazó la acusación y reclamó al periódico una indemnización de 25.000 euros. Está previsto que el juicio comience en julio de 2024. Roberto Saviano, autor de Gomorra, también se enfrenta a un juicio por los comentarios que hizo sobre Meloni a propósito de su postura sobre la inmigración. Ella le demandó por difamación y un juez de Roma dictaminó que el escritor debía ser juzgado. De ser declarado culpable, Saviano se enfrenta a una pena de hasta tres años de cárcel. ¿Terminarán los insultos y difamaciones a golpe de demanda o hace falta algo más?
Fernandoo
Como ha degenerado Italia. Si hace 40 años nos decían que en España faltaba finezza el tono de estos señores hacen parecer las palabras que empleaba en sus tiempos Alfonso Guerra las de un discurso de Demóstenes. Y nosotros también hemos ido empeorando.