Ha sido una edición extraordinaria, por el número récord de manuscritos presentados (634, el máximo de la historia del galardón) y acaso porque, en los corrillos y no sin acritud, muchos se referían a éste como el último premio Planeta que se concederá en España. Anécdotas y polémica secesionista a un lado, este domingo, en Barcelona, durante la cena que tradicionalmente se ofrece en Palau de Congresos de Cataluña, se ha dado a conocer el nombre de Javier Sierra como ganador del LXVI Premio Planeta con El fuego invisible, novela presentada como La montaña artificial y firmada con el pseudónimo Victoria Goodman. El puesto del finalista corresponde a Cristina López Barrio con Tánger, manuscrito que concursó con el título La nueva vida de Penélope, y que aparecía entre los finalistas firmada con el pseudónimo Bella Linardi.
El anuncio de Javier Sierra como ganador del Planeta no ha sorprendido. El jurado confirmó lo que ya se decía en los corrillos, y lo hizo además en una cena sin relumbrón político. A la celebración del Planeta, fecha señalada del calendario editorial, no acudió el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, quien este lunes a las diez de la mañana debe dar respuesta al requerimiento del Gobierno para responder si declaró o no la independencia. En representación del Ejecutivo acudió la presidenta del Congreso, Ana Pastor, invitada asidua a esta cena, a la que ha asistido en otras ocasiones. El presidente del grupo Planeta, José Creuheras, ejerció de anfitrión en una velada a la que acudieron personajes de la literatura y la cultura, pero también políticos, periodistas y otros nombres que se reparten entre la farándula y el espectáculo.
Javier Sierra (Teruel, 1971) es un autor de la casa y lo avalan las cifras de ventas de El maestro del Prado (Planeta 2013), su décima novela, que mezclaba la historia del arte, las profecías y los secretos oscuros detrás de las pinturas de la pinacoteca más importante de España. En esta ocasión, el escritor y periodista aragonés vuelve a su línea Santo Grial. El fuego invisible, la novela ganadora, está protagonizada por un joven profesor radicado en Dublín, un personaje de raíces españolas (es nieto de un famoso escritor fallecido) que permitirá a Sierra volver al mecanismo que sabe usar: el misterio. Tras pasar unos días en España, el protagonista se verá envuelto en una enigmática trama relacionada con un objeto, de propiedades específicas, y con el que intentan hacerse los más poderosos enemigos.
Tras la buena acogida entre los lectores de otras novelas suyas como El ángel perdido, La dama azul o La cena secreta—publicadas en más de cuarenta países—, Javier Sierra se muestra como una opción de solvencia editorial y comercial para tomar el testigo a Dolores Redondo, ganadora de la edición pasada del Planeta con Todo esto te daré, una novela que ha registrado las mejores cifras en los últimos años del Premio. Nada más publicarse, el libro de la autora de la Trilogía del Baztán se ubicó entre los cinco más vendidos de 2016 y se mantuvo en la lista de los súper ventas a lo largo de 2017. Lo nuevo de Javier Sierra está llamado, entonces, a mantener el nivel justo en el último trimestre editorial, antes de la campaña navideña.
La finalista, Cristina López Barrio (Madrid, 1970), tiene sus bemoles este año. Entre otras cosas, porque supone un zarpazo al catálogo de Plaza & Janés, el sello en el que hasta ahora había publicado sus primeros libros y que pertenece Penguin Random House, grupo competidor de Planeta en España. La novela elegida como finalista por el jurado, Tánger, narra la historia de una mujer atrapada en la mediocridad cuya vida “da un giro después de acostarse con un desconocido”. La búsqueda de ese “hombre misterioso” la lleva a una “ciudad exótica”, para encontrar a la autora de una novela cuyo protagonista se llama igual que su amante. Allí, asegura la nota aportada por Planeta, “descubrirá que la ficción y la realidad van cogidas de la mano”.
Cristina López Barrio estudió Derecho en la Universidad Complutense de Madrid y se ha especializado en Propiedad Intelectual. Su primera obra ganó el II Premio Villa de Pozuelo de Alarcón de Novela Juvenil, de la editorial Everest (2009). Con su primer libro para adultos, La casa de los amores imposibles (Plaza & Janés, 2010), se dio a conocer al gran público. Su segunda novela, El cielo en un infierno cabe (Plaza & Janés, 2013) consolidó su éxito en la acogida de lectores y crítica.
El Premio Planeta de Novela, que está dotado con 601.000 euros para la obra ganadora y 150.250 euros para la finalista, ha sido concedido por un jurado integrado por Alberto Blecua, Fernando Delgado, Juan Eslava Galán, Pere Gimferrer, Carmen Posadas, Rosa Regàs y Emili Rosales. Este año se recibieron 634 novelas. Madrid (68) y Barcelona (46) son las provincias españolas de las que proceden más manuscritos. Del extranjero, destacan las procedentes de América del Sur (127 obras), América del Norte (71), América Central (19) y resto de Europa (17). En América, los países con más escritores que han presentado sus originales al premio son: México (47), Argentina (41), Colombia (35), EEUU (21) y Venezuela (19).