Miguel Ángel Revilla se comporta como el perejil: está en todas las salsas; y parece encantado, además. Con trescientos mil seguidores en Twitter, el expresidente cántabro es un habitual en tertulias televisivas -serias o no; ha llegado a compartir plató con Chicote- y ha arrasado con su libro Nadie es más que nadie (Espasa), que lleva más de 30 semanas entre los más vendidos. No ha sido igual el éxito comercial de otras apuestas, por ejemplo, la de José Bono, quien a finales de septiembre pasado presentó el primer tomo de sus memorias: Les voy a contar (Planeta). Su acogida fue más bien fría entre los lectores.
Mejor suerte han tenido otras apuestas de la casa Planeta, que tras probar con Aznar y Bono va con otro grueso tomo de memorias, en este caso las de Alfonso Guerra. En su libro Una página difícil de arrancar (Planeta, 2013), el político socialista carga contra todo y contra todos: Felipe González, José María Aznar, Javier Solana, Joaquín Almunia, Carlos Solchaga, Narcís Serra, Manuel Chaves o Baltasar Garzón. El volumen lleva ya cinco semanas entre los más vendidos. Los ejemplos anteriores, sumados a otros, apuntan a una cierta tendencia editorial –que recrudece en estos días- para hacer de personajes políticos bestsellers. Para muestra un botón: La noche de Mario Conde, serie inspirada en la vida el ex directivo de Banesto, emitida por Telecinco y basada en el libro Los días de gloria.
¿Dónde empieza la política y dónde termina el entretenimiento? ¿Se trata más bien de un raro híbrido entre ambas, el 'politainment'? ¿Qué diferencia un ensayo político sesudo o unas buenas memorias, de una apuesta editorial en la que el auge mediático sobrepasa al tema? “Hay distintos tipos de libro político. Por un lado están los de análisis, del que Akal ha publicado muchos, que buscan presentar un estudio razonado, argumentado y serio de la actualidad. En España, estos libros tienen un público fiel, aunque minoritario (…)Por otro lado están los que se comportan como un bonito producto de mercadotecnia”, dice Jesús Espino, jefe de Edición de Akal, sello con solera en lo que a libros de análisis político se refiere. “¿Por qué el libro de Revilla ha tenido tanto éxito? ¿Por tratarse de un ex presidente de una comunidad autónoma o por su desenvolvimiento en programas, debates, tertulias…? Ese tipo de libro no sólo carece de interés, sino que no aporta el análisis y la información necesaria en un momento tan grave como el que atraviesa España”, comenta.
"Que uno de los libros más vendidos sea una biografía de Keynes significa algo: la gente quiere enterarse, no quiere que la tomen por boba".
Bibliografía del desastre: ¿Rentabilizar la crisis o producto de demanda social?
Desde hace unos años la crisis impulsa un oleaje de libros que se mueven entre el análisis sobre la economía, el estudio social o la reflexión sobre la actualidad, en este último apartado sin embargo, existe una creciente tendencia a la proliferación de volúmenes. ¿Son todos lo que prometen ser? Desde ensayos al uso pasando por títulos con cierto sesgo militante como A la puta calle, de Cristina Fallarás, hasta otras propuestas escritas no necesariamente por expertos sino por personajes públicos. ¿Un ejemplo? Liquidación por derribo, libro en el que Lucía Etxebarría se propone “analizar lo que está pasando en España y explicárselo al ciudadano medio”. En momentos de crisis aparecen iluminados hasta debajo de las piedras.
“Hasta cierto punto es lógico. En este momento, todo está cuestionándose. Que uno de los libros más vendidos sea una biografía de Keynes significa algo: la gente quiere enterarse, no quiere que la tomen por boba. Con respecto a libros como el de Lucía Etxebarría, habría que entender por qué surgen. El detonante fue Muñoz Molina y otras personas con predicamento, que toman conciencia de la ciudadanía y quieren transmitir su propia experiencia. Cuando Lucía (Etxebarría) o Antonio (Muñoz Molina) se ponen en el ojo del huracán en parte es para contar su experiencia como funcionarios y para plantear una determinada lectura de la realidad”, comenta Luis Domínguez, librero de Marcial Pons y respetado prescriptor en materia de literatura sobre historia y ciencias sociales. Admite Domínguez que este tipo de libro no es la apuesta de una librería especializada como la que representa. Sin embargo, reconoce que este tipo de libros tiene por detrás un factor que empuja con insistencia: la realidad.